Capítulo 24

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Luke y Ashton volvieron a UK esa misma noche.

Le prometí a Ashton que hablaríamos luego de que la gira terminase, y el aceptó, casi a la fuerza, la idea de tomarnos un tiempo.

Aunque sea esa semana que restaba de gira.

No sólo hablaba mi enojo por lo que había dicho a la hora de pedirle algo de distancia, sino también esa parte de mí que, si escuchaba o leía otro insulto, se tiraría de un barranco. Necesitaba, y más aún considerando la situación que estaba pasando, algo de paz, de privacidad. Estaba harta de los rumores, de la especulación, de sentirme constantemente observada y presionada por un millón de pares de ojos, pendientes de cada uno de mis movimientos.

Ese era el precio que debía pagar por tener a Ashton en mi vida, lo sabía.

Pero me costaba, y cada vez se hacía más difícil. Extrañaba mucho las épocas en las que podía salir a la calle tranquila, o ir a un recital sin que todas me observen, o unirme a una red social sin recibir odio.

Ashton me pidió disculpas un millón de veces por lo que hizo, sin entender que, en sí, no tenía la culpa de que yo me sintiese como me sentía. Lo que dijo fue sólo la gota que rebasó el vaso de mi paciencia. Me sentí ofendida, sí, pero hubiese estado dispuesta a seguir con nuestra relación perfectamente si no fuese por todo lo que tenía acumulado dentro mío. Estaba sobrecargada de sentimientos que se me estaban yendo de las manos.

Y Ashley era mi prioridad principal en ese momento.

Mi vida se basaba en ir y volver del hospital, esperando que mejore, esperando una señal, un indicio, algo que nos dijera que mi hermana aún seguía allí, dentro de ese cuerpo de aspecto frágil y frío. Me hacía muy mal verla así, y cada vez que observaba sus heridas y su dañado rostro, la imagen de la colisión se apoderaba de mi mente. Me costaba un rato poder volver a la normalidad y dejar la culpa a un lado. Se me cerraba la garganta cada vez que pensaba en lo que había causado, y probablemente cargaría con esa sensación por el resto de mi vida.

Yo ya había curado prácticamente del todo, e incluso me habían sacado los puntos de las heridas más pequeñas. No tuve ningún otro episodio de tipo post-traumático grave después del anterior, sólo algunos efímeros momentos de debilidad e inestabilidad emocional, que Jake sabía tratar bien.

Estaba siempre a mi lado, casi religiosamente.

El apoyo que había encontrado en él esos últimos días era más que gratificante, y tenerlo de vuelta en mi vida me hacía bien, como si me hubiesen devuelto una parte de mí.

Siempre, sin embargo, alguna que otra insinuación se le escapaba. Sabía que sus sentimientos hacia mí eran diferentes a mis sentimientos por él, pero, según su criterio, ese ya era un tema del pasado.

Sinceramente, lo que había pasado hacía apenas unos días no parecía coincidir con sus palabras, pero intenté hacerle caso, para no tener que agregar algo más a la interminable lista de cosas que me preocupaban.

El hecho de que Ashton haya confundido las cosas esa fatídica noche me llevó a cuestionarme si yo no lo había hecho. Por un par de días me pregunté si, en el fondo, yo no sentía algo parecido a lo que Jake sentía por mí.

Claro que no. Ashton era mi mundo.

Era.

Ashley era mi prioridad principal en ese momento.

Pensé que tomarnos un tiempo apaciguaría un poco la situación relacionada con las fans y todo lo que eso representaba. No más insultos, ni rumores, ni gente congregada fuera del hospital. La idea sonaba excelente en mi mente, pero mi decisión se volvió en mi contra cuando Ashton empezó a twittear, de un día para el otro, letras de canciones tristes, o dejó de acercarse a las fanáticas para saludarlas, o, incluso, no pudo terminar uno de sus recitales.

Let me be the one to save you || a.i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora