Capítulo 13

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Al mediodía ya estaba casi lista. No estaba del mejor humor del mundo luego de lo ocurrido la noche anterior, y de los tweets que había leído, pero le había prometido a Ash que lo vería para almorzar ese día. Intenté dibujar mi mejor sonrisa e hice un esfuerzo por no pensar en las horribles, y probablemente falsas, conclusiones que había sacado mi cabeza. Lo que más me atormentaba, en realidad, era todo lo que había leído anoche. Nunca pensé que simples palabras escritas anónimamente por alguien del otro lado de la pantalla de mi computadora me pudieran afectar tanto. Cada insulto resonaba en mi cabeza constantemente, sin permitirme pensar en otra cosa.

Bajé las escaleras rápidamente para encontrarme con mi madre en la cocina, arreglando algunas cosas.

-Ma, voy a salir -dije tomando mi cartera, las llaves del auto y dirigiéndome a la puerta.

-¿Salir? -preguntó- Creí que irías conmigo de compras hoy, como dijiste.

-¿Eso dije? -en verdad no lo había recordado.

-Así es, Kate.

-Ugh, lo siento. Lo olvidé completamente.

Odiaba ver la decepción en sus ojos, los cuales apenas se asomaban para encontrase con los míos. A veces era muy difícil hacernos un tiempo para pasar momentos de madre e hija. Ella trabajaba casi todo el día, y yo tenía la facultad. Durante las vacaciones, todo solía ser más sencillo, y pasábamos mucho más tiempo juntas. Pero ahora yo tenía a Ashton.

-Bueno, dame un segundo que hago un llamad...

-No te preocupes, hija. Podemos ir en otro momento.

Volteó para abrir la heladera y claramente simular buscar algo. Realmente me hizo sentir mal la situación. Y en verdad no necesitaba otra cosa en mi cabeza ese día.

Salí de mi casa dudando si insistir un poco más o no, pero llegué a la conclusión de que sería inútil.

Nunca había ido a la casa de Ashton. No sé si estaba ansiosa, o nerviosa, o emocionada. Vivía cerca de la casa de una de mis compañeras de la facultad con la que solía estudiar de vez en cuando, o incluso juntarnos a pasar el rato cuando podíamos, por lo que no se me hizo difícil encontrar la residencia Irwin.

Doblé en la esquina de su casa, y me encontré con un pequeño grupo de muchachas allí. Seguí avanzando sin darle mucha importancia. Me faltaban apenas unos metros para llegar, cuando noté por el espejo retrovisor que en medio de esas cinco o seis chicas se asomaba la cabeza de Ashton. Decidí no frenar en su casa, por las dudas, y di una vuelta manzana. Al pasar por la esquina, vi como Ash se sacaba las últimas fotos con ellas y estiraba su cuello disimuladamente al verme pasar, como intentando ver si se trataba de mi o no.

Di otra vuelta manzana con el auto, rogando que ya se hubiesen ido. Al pasar otra vez por ese lugar, Ashton ya se encontraba caminando con las manos en los bolsillos hacia su casa, mirando a un lado y al otro, como para estar seguro de que estaba solo. Supuse que no quería que supieran cuál era su casa. Tenía sentido.

Estacioné el auto al fin, y vino a recibirme. 

-Hola -dijo mientras bajaba.

-Hola, Ash -sonreí ligeramente y me acerqué a darle un beso en la mejilla.

Una vez dentro de la casa pude relajarme un poco, segura de que nadie nos veía. El único en la casa era su hermanito, quien supuestamente estaba bastante ocupado con su computadora.

Ashton me dijo que me sentara en uno de los sillones que decoraban el amplio living mientras él revisaba cómo iba la comida.

Se había tomado la molestia de cocinar él mismo.

Let me be the one to save you || a.i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora