Capítulo 25

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-¿¡Que hiciste qué!? -exclamó Luke del otro lado de la línea. Lo llamé desde el hospital para darle la noticia, ya que aún no podía ver a Ashley porque le estaban haciendo varios exámenes y pruebas. De paso, aproveché para contarle lo que había ocurrido con Jake.

-Quería probarme algo a mí misma, Luke -contesté ya harta de explicarle, muy segura de lo que había hecho.

-¿Dejando que tu mejor amigo, también conocido como el chico por el cual Ashton se enojó tanto, te besara? No entiendo tu lógica, Kate.

-No sentí absolutamente nada. Esa es mi lógica -dije, confiada de mí misma.

-Déjame pensar, -hizo una pausa- ¿tuviste que besar a Jake para finalmente darte cuenta que no sientes nada hacia él?

-Exacto -exclamé cuando, finalmente, comprendió mi punto- El enojo de Ashton me hizo dudar, pero ya está -dije alegremente.

-Claro... -contestó dubitativo- ¿Sos conciente de que tengo que hablar con Ash acerca de esto?

-¡Perfecto! Hazlo...

-A veces no te entiendo.

-Todo esto tiene una lógica, lo juro -afirmé.

-Como sea... ¿Qué más sabes de Ashley? -preguntó. Su voz denotaba alegría.

-Están haciéndole algunos estudios, apenas pueda verla te llamo. Lo prometo.

Tuvimos que esperar aproximadamente una hora hasta que finalmente pudimos tener unos minutos con ella. Antes de entrar a su cuarto, el doctor nos advirtió que estaba bastante cansada, pero que los exámenes había tenido buenos resultados.

Sus piernas respondían a los estímulos.

Un aire de alivio me rodeó mientras el hombre hablaba.

Aparentemente, no habría efectos secundarios de magnitud más allá de las cicatrices y golpes, y varias semanas de recuperación.

Entré al cuarto detrás de mi madre, buscando en el fondo de mi cabeza las palabras apropiadas que decir. Nunca las encontraría, me encontraba en una situación que nunca pensé que viviría. Ashley estaba recostada sobre la cama. Volver a ver sus ojos me llenó de vida.

Me encontré a mí misma sonriendo legítimamente luego de mucho tiempo, revitalizada.

Mi madre se abalanzó sobre ella. La besó, la abrazó, lloró, le dijo cuanto la necesitaba.

La imagen me conmovió.

Luego de un largo rato en el que ambas se pusieron al día, mi madre nos dejó un momento a solas.

No sabía por dónde empezar. Me senté a su lado en la silla en la que siempre me sentaba, y tomé su mano, como siempre lo hacía. Por unos minutos no hubo más que un profundo silencio en el cuarto. Simplemente nos observamos la una a la otra, volviendo a acostumbrarnos a nuestras miradas.

-Siento mucho haberte hecho esto, Ashley -comencé.

-No es tu culpa, Kate -contestó con esfuerzo- Al menos ahora tendré algo interesante que twittear.

Una sonrisa se asomó en su rostro y supe que, bajo esa cara lastimada y esas manos temblorosas, aún estaba mi hermana. Ashley. La misma de siempre.

Y me sentí completa de nuevo. Me sentí bien conmigo misma de nuevo. Estaba agradecida que todo esta situación no haya coartado su espíritu en lo más mínimo.

Liviana, esa era la palabra. Volví a sentirme liviana luego de nueve horribles días cargando con el mundo a cuestas.

-¿Luke? -preguntó cortando el hilo de mi pensamiento.

Let me be the one to save you || a.i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora