A la mañana siguiente, no quería despertar. Estaba demasiado cómoda, demasiado cansada, y demasiado convencida de que había hecho lo correcto como para quedarme una eternidad en ese instante.
Me encontraba medio recostada boca abajo sobre el torso desnudo de Ash, mientras él me rodeaba con su brazo. Sentí cómo dibujaba formas abstractas sobre mi piel con su dedo pulgar a medida que yo comenzaba a tomar conciencia de que mi sueño se estaba yendo.
Mis ojos, aún cerrados, se negaban a enfrentarse a la luz del día.
¿La luz del día?
-Mierda, mierda, mierda... -me incorporé de un salto, me puse la primer remera que encontré tirada en el piso, y me asomé por la puerta. Todo ocurrió en menos de veinte segundos, por lo que me encontré a mi misma algo mareada.
-Buen día... -susurró con voz rasposa mientras se acomodaba un poco su pelo revuelto y se incorporaba sobre la cama.
-¿Qué hora es? -pregunté algo nerviosa y, claramente, bastante perdida.
-Tranquila, se fue hace un rato -contestó, tranquilizándome- Estoy despierto desde temprano, no sabe que estoy aquí.
Me relajé bastante con lo que dijo. Dejé que se me escapara un suspiro inundado de alivio, y volví a la cama, haciéndome pequeña nuevamente entre los brazos de Ashton.
-¿Por qué no me despertaste si tú lo estás hace tanto? De seguro te aburriste.
-Te veías muy tranquila durmiendo. Y muy hermosa. -enredó sus dedos en mi cabello y comenzó a acariciarme lentamente, ayudándome a relajarme otra vez- Supuse que lo necesitabas.
Me tomé unos minutos para absorber el aura de paz que se respiraba en el ambiente. Estaba en ese lugar entre el sueño y la realidad, donde nada importaba.
-¿Vamos a desayunar? -pregunté un rato después.
-Claro -contestó sonriente.
Me levanté de la cama nuevamente, y observé la remera que me había puesto. Era la suya, y estaba impregnada con su aroma.
-¿Vas a querer esto de vuelta? -volteé mientras hablaba, y me encontré con un Ashton amanecido por primera vez desde que lo conocía. Vestido con sus boxers únicamente, su pelo estaba revuelto y su cuerpo tenía estampadas algunas marcas de los pliegues de las sábanas. Era hermoso, al borde de lo perfecto.
No me había dado cuenta que estaba observándolo con detalle hasta que él se dignó a hablar.
-¿Qué? ¿Te gusta lo que ves? -preguntó de forma traviesa, sosteniendo su pantalón con una mano. Mordí inconscientemente mi labio inferior.
-En verdad, no. Tápate, das asco -soltó una risita ante mi sarcasmo, y, de forma rápida y muy ágil, me abrazó por la cintura. Lo acompañé con una sonrisa que luego se desvaneció en un beso.
-Me gusta despertarme a tu lado -susurrró.
Preparé algo de café, tostadas y un poco de jugo de naranja, mientras Ashton me daba charla desde el comedor, que estaba semi conectado a la cocina con una ventana que funcionaba como barra. Noté cómo leía con atención algo en mi teléfono mientras me hablaba. Su cara se iba transformando con cada miraba que yo le echaba.
Sin que me diera cuenta, apareció a mi lado mientras yo esperaba que las tostadas se terminasen de hacer. Se apoyó contra la mesada cerca mío, con mi teléfono en su mano.
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Let me be the one to save you || a.i.
Fanfiction¿Qué pasa cuando las relaciones dejan de ser de a dos? ¿Qué pasa cuando se convierten en relaciones de a diez, de a cien, de a millones? Kate conoce a quien cree es el amor de su vida de forma inesperada. Todo parece ir bien hasta que nota que no e...