Capítulo 27

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Nuestra relación se tornó muchísimo más seria de lo que pensaba en los siguientes cuatro o cinco meses, casi tan seria que parecía que habíamos estado juntos una eternidad.

Tuve la oportunidad de conocer a su familia, y él conoció a la parte de mi familia que aún no le había presentado. Y, para mi sorpresa, todo fue muchísimo mejor de lo que esperaba. No sólo le agradé a su familia, sino que la mía pareció recibirlo increíblemente bien, cosa que no era de esperar considerando lo que mi madre solía pensar.

Parecía que, de a poco, todo empezaba a caer en su lugar.

Al fin comenzaba a encontrar un poco de paz y estabilidad en mi vida. Y era todo gracias a Ashton.

De repente, todas las canciones de amor hablaban sobre él, y todos los protagonistas de películas románticas eran insignificantes a su lado.

Me encantaba tenerlo en mi vida, me llenaba de energías, me hacía creer que nada en el mundo podía hacerme daño.

Llega un momento en la vida de uno en que todos los problemas se apartan, en que todo lo oscuro se ilumina de forma inpensada, y entonces, entonces te das cuenta que todo valió la pena.

Sabía que esta plenitud no sería eterna, lo sabía. Así como estaba segura de que, a lo mejor, Ashton y yo tampoco lo seríamos, y por eso no me preocupaba más. Simplemente,  me dedicaba a disfrutar esos momentos efímeros.

Tal vez era la forma en la que me miraba cuando sabía que algo estaba mal, o cómo entrelazaba sus dedos con los míos en medio de la ciudad, esperando que todos no vean, o cómo sonreía cuando alguna fanática le preguntaba por mí, pero siempre, de una manera u otra, sabía como despertar en mí un aire de confianza que me ayudaba a superar cualquier cosa.

Había aprendido de a poco a vivir con sus fans, e incluso, para ellas. Los comentarios agresivos disminuyeron muchísimo desde que Ashton oficializó todo de una vez, aunque, obviamente, al principio, hubo mucha controversia. Mis interacciones se llenaron de felicitaciones, de algunas que se llamaban a sí misma "envidiosas", de insultos, y de deseos de ser yo. De verdad no me quedaba muy en claro por qué alguien querría ser yo. Me costó mucho absorber todo lo positivo que me decían, y descartar de mi cabeza todo lo negativo, pero logré hacerlo, así como logré comenzar a ser indiferente ante ciertas cosas.

También empecé a hablar por Twitter con algunas de ellas, y a ganarme de a poco su respeto.

Siempre había, claramente, algún comentario hiriente o desubicado, pero aprendí a no tomarlos de forma personal. Me escudaba detrás del autoestima que Ash me había ayudado a formar. En principio, fue duro, pero comencé a pensar un poco menos en conformar a todo el mundo, y empecé a disfrutarlo a él un poco más.

Ashton sabía cómo convertir el infierno en mi hogar, y valía la pena cualquier cosa por tenerlo a mi lado.

Comenzé otro año de facultad, lo que nos quitaba un poco de tiempo para vernos, pero en parte era bueno tener la cabeza en otro lado por un rato. Me reencontré con mis compañeros, quienes me ametrallaron a preguntas, y con un millón de libros, que hicieron que el estrés y los dolores de cabeza retornasen a mi vida.

Me hice mucho más cercana a Calum, Michael, y especialmente a Luke, durante ese tiempo. Los acompañaba a algunos ensayos, y me mostraban las canciones nuevas. Iba a muchos de sus recitales, y salíamos juntos de vez en cuando.

Aprovechaba cada rato libre para pasar un momento con ellos, había encontrado un gran apoyo en ellos, al igual que Ashley.

No volví a ver a Jake, ni siquiera en la facultad.

No llamó, no envió ningún mensaje. No apareció más en mi vida.

La última vez que estuvimos en contacto, sonaba muy mal. Me hablo de que tenía muchas cosas que resolver consigo mismo, y me sentí terrible por ser, en parte, causa de todo lo que le estaba pasando.

Habíamos vuelto a lo mismo: a la nada absoluta.

Y me dolía, me dolía mucho, pero a la vez sentía que había hecho lo posible para solucionar la situación con él. Nada funcionó, así que lo único que me quedaba era la mínima esperanza de que, en algún momento, en un futuro no muy lejano, ambos hayamos madurado y crecido lo suficiente como para poder vernos a los ojos y no recordar nada de lo ocurrido, y, tal vez, empezar de nuevo.

Y si de madurar se trata, Ashton era un ejemplo. Con la intención de invertir bien lo que había ganado hasta el momento, compró un departamento en el centro de la ciudad. Ni yo, ni la banda, ni su propia madre podíamos creerlo.

En principio, apenas apareció en mi casa con las llaves, extremadamente contento, no creí que fuese una buena idea. Luego, cuando comencé a ver lo ventajoso que era tener un lugar despojado de todo el mundo, me sentí contenta de la desición que tomó.

No vivía allí permanente. No vivía allí en absoluto, en realidad. Únicamente lo visitaba cuando podía comprar algo con qué llenarlo. De a poco comenzó a amueblarlo. Empezó por una cama, mesa y sillas, un sillón, un televisor. Como podía, iba convirtiéndolo en su hogar.

También lo visitaba conmigo, a veces, para alejarnos del mundo un rato, estar juntos sin que nada más nos moleste, hacer lo que querramos.

Lo ayudé a pintar apenas lo compró, y a elegir las cortinas, y a acomodar lo que iba comprando.

Me encantaba el esfuerzo que estaba poniendo en ese lugar, y me gustaba muchísimo pasar tiempo con él allí. A veces ordenábamos algo para comer, y pasábamos la noche allí. También era un lugar bastante cómodo para estudiar.

En general, pasábamos bastante tiempo allí, por lo que no me sorprendí cuando, habiendo terminado de amueblar el departamento, y luego de nueve meses de relación, me sugirió que vivamos juntos, allí.

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Hola! Esto se llama capítulo de transición, por eso es corto, y por eso puede parecer algo aburrido.
Cómo sea, ojalá les guste, y espero sus votos y comentarios como siempre <3

Let me be the one to save you || a.i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora