Entre el amor y la amistad (Taro x Ayano x Budo)

La nueva Afrodita

Después de convivir con Budo y Taro en la fuente...estabamos platicando acerca de lo que habia pasado entre Kokona y Riku 

Budo como siempre haciéndome reir con sus ocurrencias para verme feliz como todo un gran amigo y Taro siempre conquistandome con su mirada y su sonrisa que me deleitaba con su dulce voz, aunque casi no hablaba respeto su forma de ser, simplemente me encataba todo de ellos...estos son los momentos donde me siento plena al máximo, al estar a su lado...me hacen sentir feliz...

Derrepente se me vino a la mente que debia deshacerme de mi siguiente rival Oka Ruto, tengo entendido que es la líder del club de ocultismo ya la he visto pero nunca me acerque a ella. Tal vez esta sea mi oportunidad para conocerla y después...matarla...no...que demonios pasa conmigo? Yo no soy asi...cada que pienso en mis rivales tengo ganas de asesinarlas pero es algo que me cuesta mucho controlar...esto ya esta comenzando a asustarme...porque no puedo ser una chica humana normal? Cada pensamiento psicópata que tengo...no...a este paso terminaré dañando a mis colegas incluyendo a mi único y gran amigo y por supuesto al hombre que más amo en el mundo. Tengo que controlarme cueste lo que cueste.

Pensando todo esto...no me fijé hacia donde caminaba que terminé justo en frente del club de videojuegos donde una chica de cabello bicolor me saludo. 

-Hola...te quieres unir al club de videojuegos? Me dijo en un tono amable

-Ahh si me encantaría...pero...yo... ya soy miembro de otro club...perdona es que estaba distraida en mis pensamientos que termine aqui. Le dije un poco apenada.

-Oh ya veo...eres yan chan verdad? Aqui ya eres toda una nueva Afrodita. Me dijo con una ssonrisa.

-A que te refieres? Le cuestione extrañada

-Si...bueno todos dicen que ayudaste a Riku y a Kokona a ser novios no? Me dijo sin perder su expresión de alegría. 

- En realidad no...no fue nada, tu sabes favores son favores. Le dije avergonzada 

-No tienes por que apenarte...haces lo correcto al ayudar a tus compañeros. Bueno y queria aprovechar que tengo aqui para...que me...ayudes por favor...

- seguro...por lo que veo es un chico no? Le dije amablemente aprovechando mi nuevo talento...deberia mantener arriba mi reputación. 

- si...lo siento...debes pensar que soy una abusiva que te busca solo para eso...Me dijo esta chica avergonzada ..la conozco bien se llama Pippi Osu, es muy raro verla lejos del computador. 

-No te preocupes...yo...se lo que se siente estar enamorada, harias lo que fuera por el chico que te hace sentir asi.Le dije sinceramente.

-Bueno...espero que tu lo conquistes aunque lo tienes fácil...con esta habilidad tuya

"Oh Pippi si supieras lo que tengo que pasar" pensaba mientras sonreia. 

-Bien y...quien es? Le pregunté 

-Oh...ahi esta...Me dijo en voz baja y ruborizada e indicandome con la mirada a un chico pelirrojo alborotado en pico hacia arriba con una banda colorada en su frente tez blanca y una mirada gris que estaba jugando en el computador. 

-Quédate aqui no te vayas a ir. Le dije a Pippi Osu, mientras me encaminaba al muchacho.

-Hola...le saludé amablemente 

- hola...ah yan chan? 

-Si, solo quería decirte si...no estabas interesado en alguien porque conozco a alguien que tu le gustas. 

-No sé a quien te refieras pero... Si me gusta alguien...Me dijo ruborizado a el tambien ya lo conocia se trataba de Ryuto Ippongo era tambien del club de videojuegos.

-En serio? Y quien es? 

-se llama Pippi Osu...es la chica mas linda del mundo...me dijo ilusionado 

-que me dirías si te digo que esa persona tu le gustas? 

-Que no es cierto. Me dijo incrédulo 

-Claro que si lo es...no es verdad Pippi? anda...dile que es muy guapo como me lo dijiste hace un momento. Le dije refiriéndome a ella y en ese instante los dos se pusieron rojos.

- Pippi yo...Dijo Ryuto levantandose y acercadose a Pippi 

-Bien...los dejare solos

Cuando me iba Pippi me tomo del brazo y me susurro "gracias" 

Finalmente llegué justo a tiempo a mis clases donde me sentia orgullosa de mi misma de portar este nuevo don.