¿A QUIÉN PRETENDÍA ENGAÑAR?

14.4K 1K 34
                                    

Cuando llegué a casa ese mismo día no paraba de darle vueltas a lo que había ocurrido en la oficina. La mirada de mi jefe sobre mí cuando creía que no le miraba... Y luego esa mentira. ¿A qué venía mentir sobre que no fue él que se decidió por mí?

Recogí a José antes de ir a casa, ya que me pillaba de camino la casa de su amigo. Me contó todo sobre lo que hizo desde el día de antes, cuando le dejé.

-Karen, ¿me estás escuchando? -por fin desperté de mi ensoñación.

-Si, si, claro -dejé el coche en mi aparcamiento de la casa.

-No, ¡no me estabas escuchando! -y salió corriendo del coche.

Cuando entré, él ya estaba subiendo corriendo las escaleras. Dejé mis cosas y, resoplando, subí a duras penas por ellas.

-José, escúchame... -me asomé por la puerta de su habitación.

-¡La que deberías de escucharme eres tú! ¡Estás siempre liada buscando trabajo y ahora que lo tienes pasas más de mí! -chilló sin control.

-He empezado hoy...

-Pero ayer montaste una fiesta -me sorprendí al ver que lo sabía- ¿Qué te crees? ¿Qué no lo sabía? Me llevaste para quitarme de encima... -se dió la vuelta para que no lo viera llorar.

-José, nunca te quitaría de encima... -quise llegar a él pero me apartó y salió corriendo por la puerta- Ven y cenemos. Podemos hablarlo -cuando me dí cuenta que había salido por la puerta principal, salí corriendo alarmada.

Cuando llegué a ella, ví como un coche hacía que mi hermano saliera por los aires.

-¡José! -salí corriendo hacia su cuerpo que yacía inconsciente- No, no, no... -negaba una y otra vez marcando el teléfono de la ambulancia- Por favor, necesito una ambulancia a la calle principal... ¡Dense prisa! -y colgué.

-Oh dios mío... -la mujer del coche se bajó llorando- Lo siento, no le he visto... -los vecinos también comenzaron a salir para ver lo que estaba pasando.

Agradecí cuando la ambulancia llegó y nos alejó de aquella muchedumbre. No podía parar de temblar al ver el estado en el que se encontraba mi hermano.

Salí de casa sin móvil y sin nada, aunque bueno, excepto a mis amigos, no tenía otro familiar a quién llamar.

Esperaba en la sala de espera para noticias sobre mi hermano. Cuando pasó una enfermera que reconocí de verla antes con mi hermano, la cogí.

-Hola, soy la hermana de José, Karen... Mi hermano, ¿cómo está? -eran ya la siete de la mañana.

Llevaba más de siete horas de espera. Había pegado varias cabezadas, pero no había logrado dormir más de una hora.

-Ha habido esta noche mucho lío y la operación se retrasó... Están ahora en ello. No ha empeorado, eso es bueno -me sonrió con ternura- Debería de ir a trabajar o estudiar, o lo que haga... Le llamaremos enseguida. No se preocupe -sus manos se colocaron en mis hombros- Su hermano está en buenas manos.

-Yo... Llamenme en cuanto sepan algo -me asintió con fuerza y me fuí en dirección a mi casa para prepararme e irme a trabajar. Era mi segundo día y no podía arriesgarme a perder a mi hermano.

Una vez preparada, entré sin poder dar dos pasos al edificio. Llegaba una hora tarde, lo sabía, pero no me encontraba con fuerzas para nada.

-Señorita Watson... -fuí a mi busca Kim- ¿Le ocurre algo?

-No, no ocurre nada -y me dirigí a la planta superior.

Apenas me había arreglado, pero es que no veía con fuerzas para nada. Me senté sin ganas de trabajar, pero no tenía otro remedio.

El teléfono comenzó a sonar, y lo cocí cuando estaban a punto de colgar.

-Dígame -me limpié una lágrima.

-A mi despacho. Ahora -rugió mi jefe al otro lado de la línea.

Me levanté y dejé a un lado el café que me había comprado para espabilarme. Toqué por respeto y entré, sentándome directamente en los sillones situados en el lado contrario de la mesa donde él estaba sentado.

-Una hora tarde. ¡Una hora! -se echó peligrosamente hacia delante- ¿Qué excusa tienes para que no te eche ahora mismo?

-Se... -la imagen de mi hermano, perdiéndolo, me caló hondo, y rompí a llorar otra vez- Lo... lo siento. Lo siento de verdad -y salí corriendo de aquel edificio. ¿A quién pretendía engañar? No podía dejar a mi hermano, no ahora por un maldito trabajo. Prefería perder el trabajo que a mi hermano, y encina estando solo.

EN BUSCA DE MI ESCLAVA DE SANGRE (2ª PARTE DE "ESCLAVA DE SANGRE") Donde viven las historias. Descúbrelo ahora