QUIÉN ERA

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Cerré la puerta sin haber mejorado mucho mi estado de ánimo durante el trayecto.

-¡Hola morena! -me recibió Saray dando saltitos- ¿Te han dado el trabajo? ¿Pero qué digo? ¡Claro que sí!

-Saray... No estoy de ánimo -eché el bolso a la mesa de la cocina y abrí el frigorífico en busca de agua fría.

-Esa cara... -se sentó en la isla de la cocina- ¿Qué ha pasado?

-Llegué, cogí mi número y al ver que quedaba mucho, decidí bajar a tomar algo. Me puse a hablar con Adrián, y cuando me dí cuenta, ya había pasado más de una hora. Cuando subí ya se habían ido las demás candidatas y el jefe estaba a punto de marcharse -me bebí el vaso y continué- Se enfadó por mi impuntualidad y por mi currículum -me llené de nuevo el vaso- Lo que significa que adiós a mi posible "salida de este maldito infierno" -me bebí de nuevo el vaso y lo dejé en el fregadero.

-Eso no significa nada... -hizo un gesto con la mano restándole importancia- Hay muchos rumores de Derek Traynor -sonrió con picardía- Dicen que le gustan... las chicas bien formaditas -se señaló los pechos- Y tú -me dió con el dedo en el pecho- estás como un quesito -me guiñó un ojo- Lo tienes fácil.

-¿Qué lo tengo fácil? -me reí- Tu no vistes a todas las chicas que habían allí. Juraría que son modelos de Victoria Secrets o algo parecido -comenzé a prepararle un sandwich a Jose para que cenara- Comparada con ellas, no soy más que la palomita suelta -dije deprimida- Además, ¿de qué estoy hablando? ¡No se trata del físico! Quiere una secretaria digna del puesto, no va a fijarse en esas cosas.

-¿No sé trata del físico? -se bajó de la isla y se puso al lado mío- ¿Nunca has visto películas calentonas de secretarias y sus jefes? Las secretarias están para lo que están -puse los ojos en blanco al tiempo que batía el huevo- Además, habrád visto a las que trabajan allí. ¿Cómo son? -me preguntó.

-Bastantes guapas -le respondí sabiendo que tenía razón.

-Ahí lo tienes. Y seguro que exageras respecto a las otras candidatas... Tienes el autoestima muy bajo -me ayudó a recoger las migas.

-No, Saray, no exagero. Sé que tu deber como amiga mía es hacer que siempre piense en el lado positivo... Pero esta vez no hay manera de animarme. Tengo que encontrar un trabajo y... -un plato se me cayó al suelo sin darme cuenta- ¡Joder! ¡No puedo más! -me tiré al suelo.

-Karen, no puedes tener tanta presión sobre tus hombros -se agachó junto a mí.

-¿Qué no tenga presión? Mi padre murió al igual que mi madre, y tengo a un hermano de diez años a mi cargo. ¡Y dices que no tenga tanta presión! Esto es una mierda de vida. De esta manera no voy a poder encontrar a un chico, ni hacer una vida con alguien con quien formar una familia... -lloré desesperadamente.

-Deberías de ir a un psicólogo -soltó a cabo de unos segundos en silencio.

-Lo que me faltaba -iba a limpiar lo que quedaba de plato, pero me paró.

-Haz una cosa: sube a darte una ducha y a acostarte un rato. Tranquilízate y piensa sobre ello -me miró de una manera muy reconfortante.

-Está bien -le sonreí y subí a hacer lo dicho.

Me metí a la ducha, donde perdí la noción del tiempo. Dejé que el agua invadiera todos mis sentidos, al tiempo que sacaba aquellos malos pensamientos de mi cabeza.

Fuí entonces cuando caí en cuenta de la primera impresión que tuve al entrar en aquel despacho y encontrarme con aquel chico.

Sabía de la gran empresa BWL y de su gran jefe, pero debo reconocer que nunca había visto imágenes de él. Por lo que, imaginaros mi impresión cuando lo ví, fuerte y decidido. Pero, algo extraño "se despertó" en mí. Era como si lo hubiera visto antes... Pero eso no era posible.

Me obligué a pensar que tal vez había sido cosa de un anuncio que había visto y no me acordaba.

Negué con la cabeza por el lío que tenía en mi cabeza. A ese chico tenía la sensación que lo conocía de antes, ¿pero de qué?

Salí de la ducha harta de que no era capaz de relajarme ni por un momento. Tal vez Saray tenía razón y debería de ir a un psicólogo. Me puse mi pijama y bajé a despedir a Saray, que estaba viendo Crónicas Vampíricas por enésima vez junto con mi hermano.

-¿Qué? ¿Te has relajado ya? -me preguntó desde el sofá sin apartar la vista.

-No -me tiré enfadada conmigo misma sobre el sillón.

-Joder Karen, estás fatal. ¡Deja de pensar! -exclamó.

-Eso quiero... Creo que llevas razón. Necesito ayuda -Saray me sonrió sabiendo que había ganado la partida.

-Ok, pues, busquemos un psicólogo -nos pusimos a buscar en internet cuando sonó el teléfono.

-¿Diga? -lo cogió Saray- Ajá -de pronto, la cara se le iluminó- Si, si, claro, se la paso -y me tendió el teléfono.

-¿Quién es? -le susurré.

-Tú cógelo -me lo puso en la oreja.

-Hola -saludé a la persona que estaba en la otra línea.

-Hola señorita Watson, llamo de la BWL. Ha sido aceptada para la reunión que tendrá lugar mañana a las ocho de la tarde para decidir quién será la secretaria del señor Traynor -me quedé sin habla- Quién mejor propuestas y razones tenga, será elegida por el señor Traynor. ¿Le parece bien?

-S-si, claro -tartamudeé.

-Pues muy bien. La esperaremos -y colgó.

-¡Te lo dije! ¿Ves como siempre tengo razón? -daba saltos por el sofá asustando a mi hermano.

-¿Te han cogido? -preguntó mi hermano sin creérselo.

-Qué va. Sólo me han aceptado para la reunión en la que se dará la decisión final -por fin, una sonrisa se dibujó en mi rostro.

-Muy bien. Mañana tu y yo nos vamos de compras -me ordenó Saray.

-¿De compras? ¿Para qué?

-Para renovar tu vestimenta a una más... arreglada. Cuando trabajes en la BWL debes de dar una buena imagen. Pero sobre todo, para mañana. Tienes que vislumbrar a Derek Traynor -ambas sonreímos.

EN BUSCA DE MI ESCLAVA DE SANGRE (2ª PARTE DE "ESCLAVA DE SANGRE") Donde viven las historias. Descúbrelo ahora