NUESTRA LÍDER

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-Puf, por fin he terminado -fuí sin pensarlo al despacho de mi jefe para dejarle los informes. Toc, toc. Y abrí la puerta- Señor, aquí tiene los informes de hoy...-fue cuando dejé los papeles cuando me dí cuenta de que estaban manchados de sangre- Oh -miré mi mano herida del corte que me hice. Se había vuelto a abrir la herida y la venda estaba empapada- Lo- lo siento -me apreté más la venda para parar la sangre.

Derek se levantó y vino hacia mí. Me cogió mi mano derecha y me quitó la venda.

-¿Qué-qué hace? -aparté la mano pero me la volvió a coger.

-Estate quieta -se la acercó a la boca y clavó sus colmillos en la palma de mi mano. Unos pequeños jadeos salieron de mis labios sintiendo el placer que me hacía sentir.

Cuando se apartó, pude comprobar que mi herida había desaparecido. Me quedé mirándola sin entender nada.

-Me ha curado -le miré sorprendida.

-No quería que me siguieras manchando los informes -se alisó la chaqueta y volvió a sentarse en su silla.

-Si, claro -miré resignada al suelo- Es la hora de irme. ¿Necesita algo más?

-No, puede irse -me señaló la puerta con la cabeza.

Cogí el pomo de la puerta para abrirla, pero ya no aguantaba más presión. Tenía que salir de allí. ¡Acababa de beber otra vez de mi sangre! Y me trataba así.

Taconeé rápido hacia mi escritorio y cogí mis cosas lo más rápido que pude.

De camino al ascensor, me choqué sin querer con alguien que giró la esquina. Todos mis papeles que llevaba bien colocados se cayeron al suelo.

-No -comenzé a recogerlos apenada por haber perdido el tiempo anteriormente ordenándolos para nada.

-Lo siento -unas manos de chico me ayudaron a recoger el resto del jaleo.

Cuando nos levantamos ambos, pude ver al final su rostro. Era asombrosamente atractivo. No tendría más de dos años más que yo.

-No-no pasa nada -le sonreí como una completa tonta.

-¿Eres Karen Watson? -me entregó los papeles los cuales ya me molestaría en arreglar en mi casa.

-Si, esa soy yo -me coloqué bien el bolso- ¿Y usted es...?

-James Sharman -me tendió una mano y se la cogí- Tenía un encuentro con Derek Traynor a las 19h, pero no he podido venir antes por un inconveniente -explicó.

-Oh, si -recordé- Le tenía en mi agenda. El señor Traynor sigue aquí y creo que le queda para irse, así que aún está a tiempo -le acompañé hasta el despacho y toqué la puerta por él.

-¿Quién es? -preguntó a regaña dientes Derek al otro lado. Abrí la puerta poniendo los ojos en blanco.

-Señor Traynor, James Sharman está aquí -se asomó detrás mía- No pudo venir antes.

-Voy a marcharme ya -dijo sin apartar la mirada del ordenador.

-Oh, venga ya Derek. No seas tan estúpido con tu hermano -entró como si aquello fuera su casa. Esperad, ¿había dicho hermano? Es verdad que James era guapísimo, pero ni de lejos se acercaba a la belleza de Derek.

-Soy el mayor y te respondo como me dé la gana -se levantó cabreado de la silla- ¿Por qué le ha dejado entrar, señorita Watson?

-Lo tenía en la agenda y pensé...

-A las siete. Y son las ocho y media. No tiene excusa. Ya sabes -se dirigió esta vez a su hermano- Puedes irte por donde has venido -le abrió la puerta el mismo.

-Tenemos que hablar ya sabes de qué -me miró de reojo sabiendo que teniéndome allí, no podía decir lo que sea que tenía que decir delante de mí.

-No hoy. Lárgate James. Ya sabes como me pongo cuando me cabreo -le advirtió semi gruñendo.

-Vale, vale -levantó las manos yendo marcha atrás- Vendré mañana si eso. Algo que es mejor. Así tendré una excusa para volver a ver a esta preciosidad de secretaria que tienes -me guiñó un ojo antes de despedirse con un simple gesto con la mano.

Me quedé paralizada y se me subieron los colores. ¿Ese pivón me acababa de llamar "preciosidad"?

-¿Conocía a mi hermano de antes, señorita Watson? -me preguntó con frialdad.

-Qué va... No -respondí aún perpleja. El móvil comenzó a sonar. Genial, era la niñera que milagrosamente había conseguido contratar esa misma mañana- Debo irme señor Traynor. Hasta mañana -y salí andando rápido hacia el ascensor.

Cuando llegué a la planta baja, me encontré un auténtico desastre. Un par de cuerpos con estacas clavadas en el pecho yacían inertes en el suelo. Y los propios causantes de todo aquello estaban en el vestíbulo. Me vieron y echaron a correr a por mí.

El paso para subir de nuevo en el ascensor estaba bloqueado por uno de ellos y mi única opción eran las escaleras. Aparte de que no era muy rápida, aquellos tacones no me daban a más, con lo cual les fue fácil cogerme.

-Eh, tranquila -me dijo de mala gana el que me cogió.

-Suéltame -todas mis cosas cayeron al suelo, incluido mi bolso con mi móvil. No podía llamar para pedir ayuda.

Una chica me cogió el bolso y buscó mi monedero, el cuál abrió sin vergüenza alguna. Me tranquilizó más cuando supe que sólo era por ver mi DNI.

-Karen Watson -leyó en voz alta- Espera. ¿Watson? -me estudió atentamente- Eres la hija de ella...

-Perdona, ¿de qué estás hablando?

-De nuestra líder Watson. La líder de los caza vampiros.



******
Parece que al final Karen ha vuelto a reunirse con ellos. ¿Qué creeréis que sucederá? Siento la tardanza, pero ahora que he vuelto a la rutina se me hace más difícil actualizar.

EN BUSCA DE MI ESCLAVA DE SANGRE (2ª PARTE DE "ESCLAVA DE SANGRE") Donde viven las historias. Descúbrelo ahora