Trampas de la Vida

CAPITULO 0 Un poco de mi vida.

TIEMPO ATRÁS...

  

---Nowaki---

Mi nombre es Kusama Nowaki, tengo 25 años y soy un Asesino a Sueldo...

Uno nunca sabe lo que le depara el destino, o mejor dicho la vida, algunos son doctores, otros abogados, o arquitectos, pero yo, soy alguien muy diferente.

No elegí ser un asesino, no planeaba serlo, pero...

Una organización Yakuza mató a toda mi familia, mis padres y mi hermano mayor...

Yo tenía 18 años cuando eso ocurrió, un hombre me ofreció su apoyo y ayuda, porque mis deseos de venganza eran más grandes que yo.

Aun no logro entender porque mi familia, no hicieron nada, yo estaba en la graduación y cuando volví encontré a toda mi familia muerta...

Fue lo peor...

Me convertí en un asesino y he eliminado a todo mafioso que se ha cruzado en mi camino.

Claro que primero lo investigo, no quiero matar a alguien que no se lo merezca...

Me gusta utilizar una magnum ya que fue el arma que me regalo ese señor que me cuido y me mostro algunas habilidades.

No me e interesado en conseguir alguna pareja, solo me acuesto con el primer chico que me parezca atractivo, realmente no quiero algo serio porque es una pérdida de tiempo, y para mis bolsillos, la verdad no, gano muy bien.

Ahora solo quiero enfocarme en mi trabajo, hace algunos meses fui llamado por un hombre perteneciente a la CIA que quiere contratar mis servicios.

No entiendo porque una organización como la CIA necesita de un asesino, pero conociéndolos son unos miedos a la hora de disparar.

Les avise a mis compañeros Ryu y Miyagi que nos veríamos en la autopista principal para hablar acerca del nuevo trabajo que tendremos.

Ryu me ayuda a despejar el área de trabajo mientras Miyagi es la cabeza del equipo, planea las estrategias para que nosotros entremos.

Ellos siempre han estado conmigo en las buenas y malas, a decir verdad ellos ya estaban en este negocio, pasaron por algo parecido.

-Hasta que el señorito se digna a aparecer. –comento Ryu.
-Tsss, no puedo tardar ni un segundo porque te pones de nena, suspire- te hace falta una buena...
-¿Buena qué? –gruñó.
-Ya chicos, relájense, están muy tensos. –suspiro Miyagi.
-Para nada, -sonreí divertido- Ryo ya te dije que si quieres relajarte yo te ofrezco mi ayuda, soy experto en eso.
-Maldito Nowaki no me acostaré contigo ni aunque fueras el último hombre en este asqueroso mundo.
-Tú te lo pierdes.
-Eres un...
-Bueno chicos es mejor que vayamos para que nos de nuestra nueva misión. –comento Miyagi.
-Pues vayamos en mi auto, -los mire- es el más rápido.
-Es cierto. –comento Ryu.
-Pues andando.

Mis amigos se subieron a mi auto y conduje hasta unas oficinas a las afueras de la ciudad, me estacione y entramos al lugar.

-El señor Ijuuin los espera en su oficina. –comento una recepcionista.
-Gracias muñeca. –sonrió coquetamente Miyagi.
-Él que decía que era serio. –murmure.
-Eso mismo. –sonrió Ryu.
-Lo siento pero a mí no me van los hombres. –encogió los hombros.
-Siempre llega el primero. –comente.
-Como tú con tus miles de chicos dulces.
-Algo así. –reí.

Llegamos a la oficina y entramos.

-Los esperaba desde hace 15 minutos. –comento al vernos.
-Tuvimos algunos inconvenientes. –comento Ryu.
-Como sea, -encendió un cigarrillo- quiero que hagan una tarea hoy mismo.
-¿De qué trata? –pregunte seriamente.

Él saco una foto de un mueble y la coloco en su mesa. Era un brazalete con diamantes rojos incrustados en el medio.

-Quiero que me traigan esta joya.
-Somos asesinos a sueldo. –comento Miyagi.
-Lo sé, pero para una misión más grande necesito que me lo traigan, es de mucha importancia, todos lo desean, y cualquier ladrón estará tras él, ustedes pueden eliminarlos.
-Supongo, -suspire- ¿de cuánto hablamos?
-Les parece, ¿300,000 mil yenes cada uno?

Intercambie mirada con cada uno de mis compañeros y asentimos.

-Aceptamos señor Ijuuin.
-Así se habla, -sonrió- deberían ir a dar una vuelta al lugar, se están exhibiendo varios artículos, les puede servir para planear una estrategia.
-Así será. –tome el folleto.

Todos salimos de la oficina y me dirigí a la exhibición. Estábamos bien vestidos para la ocasión, así que en cuanto llegamos les indique que nos separáramos para buscar esa dichosa joya.

Camine por todo el lugar y mire las pinturas, jarrones, joyas, había muchas cosas que observar, pero me detuve al ver a un castaño que miraba la joya que precisamente me mandaron robar.

Sonreí y arregle un poco mi ropa, me acerque lentamente a él.

-Es una joya preciosa ¿cierto?

---Hiroki---

-¿Seguro que no puedes quedarte más tiempo?
-Lo siento, -comente- debo ir por mi jefe y llevar a mi hermanito a la exhibición.
-Pero apenas tuvimos una ronda.
-Lo siento, -me levante y tome mi ropa dirigiéndome al baño- en verdad tengo que ir.
-Me gustaría seguir con lo nuestro.
-Podemos ducharnos juntos si quieres. –sonreí.
-No me negaré a una petición como esa. –se relamió los labios y me siguió.

Nunca creí que mi vida cambiaría drásticamente solo por negarme a ayudar a mi mejor amigo Usami Akihiko...



Soy Kamijou Hiroki y tengo 23 años...

Mi profesión: Ladrón profesional...

En todos mis años de vida he estudiado y trabajado para cuidar a mi hermano Shinobu, él tiene 20 años, y le falta 1 año para terminar la Universidad, está estudiando derecho porque quiere ser un abogado penal.

Es un chico tan lindo y bueno, un gran hermano...

Nos quedamos solos desde que tengo 15, lo he protegido junto con Shinoda, un gran amigo de mi padre, nos cuidó y nos trató como sus propios hijos.

Shinobu es muy pegado a él, lo quiere como un padre algo muy preciado, aunque a veces pienso que ese cariño es más que por un padre.
En estos momentos Shinoda está en otro lado, ya que tiene una pequeña empresa que quiere hacer prosperar...

Gracias a Shinoda he estudiado de todo, también defensa personal incluso algunas otras cosas para mejorar mis habilidades.

Solo basto un día para que toda mi vida tranquila se fuera al carajo.

Hace un año precisamente Usami Akihiko, al que consideré mi mejor amigo, me quiso proponer un negocio, pero no acepte...

Como me necesitaba, quiso involucrar a mi hermano Shinobu en un robo, pero como me di cuenta antes lo logre zafar pero...

Akihiko me amenazo que si no lo ayudaba mandaría a mi hermano a la cárcel, y eso era algo que no podía aceptar.

Así que acepte, me dijo que lo que debía robar eran las joyas de su madre, que una persona se las quito por coraje y enojo.

No pensé que mi vida fuera a cambiar, Akihiko me brindo todas las armas que me podrían ayudar...

Misaki trato de ayudarme pero no lo convenció.



-¿Hiroki?

Lo mire y suspire, me termine de cambiar.

-¿Qué pasa? –pregunte.
-Eso mismo preguntaba yo, -comento- te quedaste muy pensativo.
-Mmmm, no me di cuenta.
-Bueno, ¿quieres que te acompañe?
-Solo déjame en la estación. –lo mire.
-Como digas. –me beso.

Rodee su cuello con mis brazos.

-Haríamos una linda pareja. –sonrió.
-Sabes que solo somos amigos con derecho.
-Podíamos cambiarlo.
-No lo creo Tsumori, no puedo.
-No quiero hacerte sentir mal.
-Vamos.

Tsumori me llevo hasta la estación más cercana al edificio de Akihiko.

Tsumori es mi amigo con derecho, no me interesa el amor en este momento, no cuando yo soy un vulgar ladrón, creo que cuando reúna todas las joyas de Akihiko seré libre, y tal vez busque a una pareja estable.

Al llegar a la oficina de Akihiko fui recibido por Misaki.

-En verdad lamento todo esto. –se disculpó.
-No tienes la culpa Misaki, así que no te preocupes. –comente.
-Es que...
-Anda, llévame con Bakahiko.

Él sonrió y me llevo hasta Akihiko que estaba escribiendo en su laptop.

-Me alegra que llegarás. –la cerro.
-¿Qué es lo que quieres ahora?
-¿Tan directo?
-Habla ya.

Él suspiro y me mostro una foto.

-Está es la joya que tienes que robar, está en la exhibición de Francesco, quiero que la robes y me la traigas.
-Tsss, ¿dificultad?
-Media, no hay muchos guardias.
-¿La paga?
-500,000 mil yenes.
-¿Es importante?
-Fue el primer regalo que le dio mi padre a mi mamá.
-Entiendo, -comente- nos vemos.
-Hiroki.
-¿Sí?
-Suerte.

Salí de su oficina y tome un taxi rumbo a mi departamento donde mi hermanito me esperaba fuera, le dije que subiera.

-Tardaste mucho. –hizo un puchero.
-Lo siento hermanito, tuve que hablar de algo con mi jefe.
-¿No es tu amante?
-Claro que no, -rechine los dientes- ese tonto jamás.
-Jejeje, eres divertido.

Revolví su cabello y entramos al lugar.

Le indique a mi hermano que fuera a buscar lo de su tarea mientras yo iría por unos folletos, tuve que ver el mapa para dar con la joya que me indico Akihiko hasta que la vi.

-Impresionante.

Mire todo alrededor del lugar ideando un plan para poder robarla.

-Es una joya preciosa ¿cierto? –escuche tras mi espalda.

Lentamente voltee encontrándome con un hombre peliazul de ojos azules como el mar, tan profundos y con una mirada tan directa.

-Sí. –murmure.
-Aunque, -tomo mi mentón- eres más hermoso.
-¿Qué? –fruncí el ceño.
-¿Quieres acompañarme a tomar un café?

"Este idiota trata de conquistarme...."

-Lo siento pero tengo cosas que hacer.
-Por favor, -me dio su tarjeta- llámame si necesitas algo, mi nombre es Nowaki.
-Eh... con permiso.
-Espera...
-Lo siento pero no hablo con personas desconocidas...