CAPITULO 45 Crucero. Parte II.

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---Miyagi---

Cada día que pasa extraño tanto a mi niño.

Quiero recuperarlo.

Sé que me porte como un imbécil.

Que al principio solo era para sacarle información.

Pero...

Me enamore.

Ese chico se robó mi corazón.

Mi ser...

Mi todo.

Pero tuve que arruinarlo.

Tuve que expresar algo que no debía.

Mencionar el nombre de esa mujer.

¿Por qué la tuve que recordar?

¿Por qué demonios mencione su nombre?

Joder...

Lo siento tanto.

Si no la hubiera mencionado.

Tal vez Shinobu...

Ese chico estaría conmigo.

Seriamos felices juntos.

Soy un idiota.

Quiero recuperarlo.

Pero no quiero molestarlo.

Aunque me muero de ganas por abrazarlo.

Besarlo y decirle lo mucho que lo amo.

Que es mi todo.

Quiero poder mimarlo.

A él y a ese hermoso bebé que espera.

Estoy seguro que es mío.

Espero me permita convivir con él.

¿Cómo enamorarlo de nuevo?

¿Cómo hacerlo si la competencia es reñida?

Si Shinoda no me permite acercarme.

Sí él le ha demostrado un cariño sincero.

Él lo supo proteger.

Consolar.

¿Cómo puedo regresar el tiempo?

Soy un idiota.

Camine hasta la cocina y me tome una copa de coñac.

Las penas con alcohol son buenas.

Aunque no debería tomar.

Simplemente luchar.

Pero una lucha de caballeros.

No quiero perderlo por estupideces.

Quiero hacer las cosas bien.

Porque lo amo...

Y merece lo mejor.




---Hiroki---

Después de tener tres rondas con Nowaki en el camarote, me di un baño y me dirigí a la cubierta.

Me encanta el paisaje que hay.

Sinceramente no quiero quedarme encerrado.

Nowaki tiene mucho libido en el cuerpo.

Es un baka.

Pero es el baka que amo.

Camine por todo el lugar observando todo mi alrededor.

-Nos volvemos a ver Hiroki.

Voltee lentamente y me sorprendí.

-J-Jack. –tartamudee.
-Me alegro verte. –sonrió.

Maldición.

¿Por qué tengo que encontrármelo?

-Me alegro tanto de que nos encontremos aquí.
-S-Sí... -murmure.
-Ven te invito a mi bar personal.
-¿Huh?
-Digamos que soy la persona más importante en este crucero y me atienden como me lo merezco.
-Ya veo. –murmure.
-Vamos...
-Lo siento yo...

Él me tomo del brazo y me jalo hacía él.

Maldita sea.

Había olvidado lo idiota que él era.

Y yo más pro seguirlo.

Maldición.

Tal vez pueda sacar provecho a está situación.

Me llevo hasta su camerino.

-Adelante.

Sinceramente era el doble de grande que el mío.

Tenía su propio bar y una sala de entretenimiento.

-Vaya, -me sorprendí- es impresionante.
-Me alegra que te guste. –sonrió coquetamente.

Camine por todo el lugar observando cada detalle.

-Seguramente que tu pareja está a gusto con este lugar.
-No tengo pareja.
-...
-Aunque no me molestaría tenerla. –me miro.
-O-Ok.
-¿Una copa?
-Porque no.

Me senté en un sofá y él me dio una copa de vino.

-Es de 1879, el mejor año del alcohol.
-Wow.

Se sentó a mi lado y me miró fijamente.

-Sabes.
-¿Huh?
-Te me haces muy conocido.
-...
-Hummm

Trate de tranquilizarme y ponerme serio.

-¿A quién?
-A una pareja que tenía, el muy idiota solo me robo una reliquia y se marchó.
-Entonces ¿me llamas ladrón?
-No para nada, -susurro- solo que te le pareces un poco, ¿no tienes hermanos?
-No, soy hijo único.
-Seguramente son de esas personas que se parecen a algunos.
-Cierto.

Tome un poco del vino y mire hacia un cuadro.

-¿Viajas solo? –me miro.
-No.
-¿Algún amigo?
-Con mi pareja. –comente
-Ya veo. –su semblante cambio a uno más serio.
-Bueno, gracias por la copa, yo debo irme.

Al pararme me sentí un poco mareado.

¿Qué demonios?

-¿Estás bien? –pregunto.

Este idiota seguramente quiso drogarme.

Pero no cuenta con mis habilidades.

Escupo la pastilla sin que se dé cuenta.

Al menos no se deshizo por completa.

-Deberías recostarte un rato.
-...
-Ven te llevare a mí...

No lo deje terminar ya que le di un golpe en el estómago.

-No juegues conmigo idiota.

Camine hasta la puerta y salí de su camarote.

Me siento un poco mareado pero no es tanto.

Ese idiota trataba de drogarme seguramente para violarme o yo que sé.

Mi cuerpo está un poco adaptado a este tipo de drogas.

Soy inmune a él.

Me quede de nuevo en la cubierta a respirar aire fresco.

-Hiro-san. –me abrazó.
-Tardaste baka. –sonreí.
-¿Huh?
-Nada. –lo jale y lo bese.



---Kaname---

Por fin Zero me ha aceptado.

Soy tan feliz.

Lo amo tanto.

Lo abrace con fuerza mientras él se sonrojaba.

-Te amo Kaname.
-Y yo a ti Zero, eres mi vida entera. –comento.

Lo iba a besar pero él se volteó.

-Se me hace tarde.
-¿Huh?
-Tengo clases con el sensei Yagari Toga.

Rechine los dientes y lo abrace.

-Eres mío.
-K-Kaname.
-No quiero dejarte.
-Baka.
-Vamos a celebrar nuestro noviazgo.
-Kaname.
-Anda.
-No, sabes que yo soy responsable.
-Pero...

Él me beso la mejilla.

-Nos vemos a la salida.
-Zero.

Él se fui a su salón y suspire fuertemente.

-Jejeje, no puedo entender tus celos. –rio.
-¡Sensei Toga!
-Hola.
-¿Qué es lo que quiere?
-Pues quería decirte algo.
-Tsss.
-Zero es el chico que quiero.
-¿Ah?
-Así que lo voy a conquistar.
-Es mi novio.
-Ya escuche.
-Entonces...
-Mira mocoso, -le dio una calada a su cigarrillo y me echo el humo- Zero necesita un hombre como yo.
-Será...
-Nos vemos, -sonrió- Socio.



---Zen---

Hoy es viernes.

Saldremos como la familia que somos.

Le dije a mi amado que esperara para que ambos le diéramos la noticia a Hiyo.

Me siento más tranquilo cuando mí amado osito me mandó un mensaje ayer diciéndome que Takano ya tiene una relación con un tal Onodera.

Me siento tan dichoso.

Ese hombre no se meterá en nuestra relación.

Que tranquilidad.

Es solo mío.

Me quede recargado en la pared esperando a mi osito.

-Hola Zen. –sonrió.

Mire a esa mujer.

-¿Te conozco?
-Que malo, -inflo sus mejillas- yo que te amo tanto.
-¿Huh?
-Soy Sakura amor.
-...
-Sabes Zen, aún sigo soltera y sinceramente me sigues gustando.

¿Sakura?

¿De dónde la conozco?

...

Oh, es verdad, de la escuela.

Ella rodeo mi cuello con sus brazos.

-Estás como quieres.
-Por favor Sakura, apártate, -intente quitarla- yo solo amo a Yokozawa.
-¿Aún amas a ese tipo? ¿A pesar de su traición?
-Déjame ya.

Mire hacía un lado y vi a mi osito junto con mi niña.

-Yokozawa te juro que...
-No te preocupes Zen, ya vi que no es tu culpa, ella está de zorra.
-¿CÓMO ME LLAMASTE? –grito Sakura.
-La verdad, eres una zorra que se le insinúa a todos.
-Eres un...
-¿Nos vamos ya papá?

Me aparte de Sakura y cargue a mi niña, tome a mi osito de la cintura y lo bese.

-Vamos.
-Esta humillación no se va a quedar así. –exclamo.
-Lo que digas. –comente.

Ella se subió a su auto y se marchó.

-Osito yo...

Él me beso y luego comenzó a caminar.

-Y bien, ¿no vienes?

Corrí hasta su lado y Hiyo se colocó en medio de nosotros tomando nuestra mano.

-¿Podemos ir al parque de diversiones?
-Claro, a dónde quieran. –sonreí.
-Gracias Zen. –murmuro.
-Gracias a ti y a nuestra hija, por darme una lección, y darme otra oportunidad.
-Mi mamá es muy buena.
-Demasiado diría yo. –relamí mis labios.
-P-Pervertido.


---Ryu---

Me siento tan tranquilo.

Estoy con Kaoru.

Y nada me pasara.

O al menos eso quiero creer.

Todo lo que viví con Seiya fue tan estresante.

Jamás creí que haría esto.

Me dio tanto miedo.

Ese idiota.

Abuso de mí.

Juro que cuando lo vea yo...

-¿Ryu?

Kaoru entró con una charola de comida.

-¿Cómo te sientes?
-Cansado.
-No te dejaré salir de la casa solo.
-Kaoru.
-Contrataré a un...
-No. No y más no.
-Ryu.
-Estás exagerando.
-No lo hago, no quiero que ese idiota te vuelva a tocar.
-Por favor Kaoru.
-Nada.
-Maldición.

Él se acercó y coloco la charola en la cama.

-Lo siento Ryu no quise sonar de esa forma.
-Te entiendo, -lo mire- perdón.
-Quiero protegerte mi amor, lo siento.
-No es tu culpa.
-Lo es, no te supe cuidar.
-Ya paso. –lo abrace.
-Te amo Ryu, eres mi todo.
-Igual, -lo bese- te amo.
-Mi Ryu, solo mío.
-Siempre.



--Akihiko---

Estaba esperando fuera del edificio.

Encendí otro cigarrillo y vi salir al idiota peliazul con otro de mis trabajadores.

-Ya era hora. –suspire.
-Aquí están los papeles. –me los dio.

Le di otra calada a mi cigarrillo y lo tire para revisar los documentos.

Sonrió ampliamente y guardo los documentos.

Que idiota eres Kyo, no contratar más seguridad en tu edificio.

Sin duda alguna, serás un prófugo.

Estos papeles son mi pase a la cima.

Y para ti...

Serán tu ruina.

-Vámonos. –comente.

Nos subimos al auto y mire de nuevo el edificio.

-Pobre de ti... estarás en la prisión de máxima seguridad.  

Trampas de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora