CAPITULO 31 Fiesta peligrosa. Parte IV.

252 27 2
                                    


---Ryu---

Después de ir con Kaoru a comer en su tiempo libre le dije que iría a comprar algunas cosas que necesitaba en mi departamento.

Y de nuevo empezó a comentar acerca de vivir juntos.

La idea es muy buena y me agrada.

Pero siento que es un gran paso en nuestra relación.

Quiero que lo tomemos con calma.

Es una decisión muy importante.

Además no es como si me olvidará de Kaoru.

Es a quien amo.

Pero todo lleva su tiempo.

Sé que pronto terminara la vida que llevo como mercenario, tal vez con el tiempo le confiese a Kaoru quien soy en realidad, espero no me llegue a odiar.

No pensé que me fuera a enamorar, pensé que después de Seiya ya no habría amor para mí.

Y apareció Kaoru.

Como si fuera mi rayo de esperanza.

Para volver a amar.

Me siento tan feliz a su lado.

-Ryu-kun.
-¡¡Seiya!!
-Me alegra de verte.
-¿Qué haces aquí?
-Venía a verte.
-...
-Necesito hablar contigo.
-¿De?
-De nosotros dos.
-Ya no hay un nosotros.
-Solo quiero hablar contigo.
-Ah, -suspire- sígueme.
-Ya sé dónde vives.
-Supongo que eres un acosador.
-De los mejores. –exclamo.
-Idiota.

Me invito a subir a su auto y me llevo hasta mi departamento.

Al llegar lo invite a pasar.

-¿Quieres un poco de té?
-Por favor.

Deje las bolsas en la mesa y camine a la cocina para poner el agua en la tetera.

-Me recuerda cuando me quedaba a dormir contigo y...
-Eso fue en...
-Ryu, no puedo dejar de pensar en ti.
-Seiya.
-Lo siento.
-¿Huh?

Siento como me pone algo en la nariz.

Maldita sea es cloroformo.

Intento apartarlo pero me supera en fuerza.

-Perdóname mi amor, pero dijeron que te lastimarían, yo prefiero que me maten o me hagan lo que sea, pero a ti no.

Mi cabeza comienza a darme vueltas.

-Te protegeré, -susurro- te dejaré en paz cuando ese hombre no exista, lo prometo.

Mi visión comienza a hacerse borrosa y siento como mi cuerpo comienza a pesarme.



---Hiroki---

Raito es un hombre muy insistente, pero me agrada.

Me recuerda a Nowaki.

Pero no lo es.

Parece chicle.

No sé cómo deshacerme de él.

Nunca pensé que todo lo que hizo fue con intenciones de quitarme el collar.

Ese infeliz.

Cuando sentí su abrazo fue cálido y agradable.

Pero al sentir el movimiento del collar, no pude más y saque el arma que tenía oculta y le quite el seguro apuntándole.

-Ni se te ocurra. –murmure.

Él me miro con sorpresa y luego sonrió.

-Así que tú eres el ladrón de joyas.
-Y ahora que te veo eres el que nos persigue.
-Te veías tan inocente.
-Lo soy. –sonreí.
-Dame la joya.
-No.

Escuche varios pasos y guarde mi arma.

-¿Miedo?
-Naoto, -comento Jack- te he estado buscando por todo el lugar.
-Lo siento, -comente- quería un poco de aire fresco.
-¿Quién es usted? –pregunto molesto "mi novio".
-Mi nombre es Raito. –hizo una reverencia.
-Te lo voy a advertir, -dijo Jack tomándome de la cintura- este chico es mío y solo yo puedo estar con él.
-Lo tendré presente.
-Más te vale.

Ese hombre me miro con una sonrisa.

-Idiota. –murmure.
-¿Nos vamos amor?
-Claro.

Lo tome del brazo y caminamos hacia adentro.

Solo debo esperar por el mensaje de Kaoru para marcharme de aquí.

No soporto más a este tipo.

Empezamos a bailar mientras me decía cosas lindas y me besaba.

-Me siento un poco cansado. –murmure.
-Vamos a mi habitación. –dijo con tono seductor.

Yo solo alce los hombros y subimos hasta su habitación.

Él me tomo de la cintura y comenzó a besar mi nuca.

-Eres hermoso Naoto.

Me separe de él y le dedique una sonrisa.

-Quiero brindar.
-¿Por?

Camine hacía donde estaban los vinos, tome en el que le hecho el afrodisiaco y serví en una copa, tome otro vio e hizo lo mismo.

Le di la copa con el afrodisiaco y sonreí.

-Brindo por ti, porque eres un hombre tan apuesto, y me permites estar a tu lado.
-No tienes nada que agradecer amor mío.
-...
-Yo brindo por ti, que eres tan sexy y eres solo mío.
-Salud. –murmure.
-Salud. –sonrió.

Nos tomamos el vino mientras me miraba fijamente.

Sonreí internamente de que lo hiciera.

-Naoto me tienes loco.
-¿Enserio?
-Déjame hacerte mío.
-...

Se acercó a mí y con sutileza me recostó en la cama.

-Eres jodidamente sexy.

Se quitó su abrigo y su corbata.

-Tengo tantas ganas de acerté mío.

Intente apartarme pero no me dejaba.

-Me tienes muy caliente.
-J-Jack aún no...
-Me vale mierda la fiesta, quiero tenerte.

No entiendo porque su fuerza había aumentado, siento como su miembro rosa el mío.

-Suéltame.
-Eso era lo que pedias a gritos ramera, te daré lo que quieres.
-¿CÓMO ME HAS DICHO?
-Eres mi putita.
-jejeje, -reí- IDIOTA.

Le di un cabezazo tan fuerte que lo deje inconsciente.

Lo aparte de mí y me levante.

-Yo que no quería golpearte y tú que haces estupideces.

Me acomode el collar y mire por la ventana.

-No está tan alto, puedo brincar al árbol y de ahí a la cerca.

Mire mi celular y tenía un mensaje de Kaoru que me esperaba.

-Fue un placer trabajar contigo Jack.

Abrí la ventana y brinque hacía el árbol sujetándome de las ramas.

Mire alrededor y no había gente.

-Pareces un gato.
-Raito. –gruñí.
-¿Escapando?
-Es algo que no te importa.
-Lo es porque esa joya es mía y tú irás conmigo.
-¡Ja! Si claro.

Medí la distancia de la barda y salte.

Sonreí victorioso de llegar y mire hacia atrás.

¿Es enserio?

Ese tipo brinco de nuevo al árbol.

Mierda.

Salte hacia las calles y comencé a correr.

Ese hombre va a ser un obstáculo.



---Yokozawa---

Regrese a mi hogar esperando tomar un relajante baño para bajar el estrés que sentía.

Subí las escaleras porque el levador no respondía.

Al llegar al piso me sorprendí de ver a Kirishima discutiendo con Takano.

¿Cómo sabe dónde vivo?

Maldición.

De un momento a otro estaban a punto de pegarse pero corrí hasta ellos y los detuve.

-¿Qué diablos hacen?
-Takafumi. –comentaron al mismo tiempo.
-¿Dónde está Hiyo? –pregunte.
-En su habitación.
-Ah, -suspire y lo mire- Takano puedes dejarme a solas con él.
-No
-Masamune.
-No te dejaré a solas con ese idiota, jamás.
-Por favor.
-Iré adentro, si tardas más de 10 minutos vendré por ti.
-Sí.

Él entro y cerré la puerta.

-¿Qué rayos haces aquí?
-Takafumi dime una cosa. –miraba un punto fijo.
-...
-Esa niña, ¿es tú hija de sangre?

Siento como mi corazón se acelera cuando me mira.

-P-Pero qué...
-Respóndeme por favor.
-Sí. –rechine los dientes.
-En ese caso ella...

¿La vio?

¿Qué tanto le dijo?

-Se parece tanto a mí, -sonrió- es mi hija ¿verdad?
-¡No!
-¿Eh?
-Hiyo es solo mi hija.
-Pero ella es...
-Vete Kirishima y no vuelvas más.
-Es mi hija y también tengo derecho a conocerla.
-Ese derecho se perdió cuando me hiciste quedar como una puta frente a todos, cuando aceptaste las palabras de los demás, y no te importo lo que decían de mí.
-Yokozawa yo...
-Vete, ni mi hija ni yo te necesitamos, ya tenemos a alguien.



---Shinobu---

Las palabras de Miyagi sonaban tan serias pero...

Ya no surge efecto en mí.

-Lo siento Miyagi, ya no siento nada por ti.
-Mi amor te amo.
-Miyagi yo estoy saliendo con Shinoda.
-Él ha sido tu figura paterna, estás confundiendo tus sentimientos.
-No lo hago.
-Perdóname por favor, -me abrazó- te amo más que a mi vida y...

Lo aparte de mi lado y mordí mi labio.

-Estoy esperando un bebé.
-¿Cómo? -se sorprendió.
-N-No sé de quien es.  

Trampas de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora