CAPITULO 3 Acercamiento.

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---Shinobu---

Me siento feliz de tener a Hiroki como mi hermano, aunque casi no nos vemos, él siempre me está apoyando, siempre me alienta cuando más lo necesito, siempre está al pendiente de mí, y eso se lo agradezco mucho.

Él junto con Shinoda me han sacado adelante, me pagan una buena Universidad y yo debo de agradecerles adecuadamente.

Seré el mejor abogado del país...

Ha pasado una semana desde que fuimos a esa exhibición, aunque me entere por los periódicos que fue asaltada y se llevaron una única joya de un precio descomunal.

Salí de la universidad y me dirigí a la estación.

-Es una sorpresa encontrarte Shinobu-chin.

Voltee lentamente y me encontré con ese pelinegro del otro día.

-Mmm, ¿Hola?
-No me digas que no me recuerdas, -sonrió- sí que tienes mala memoria.

"Solo recuerdo lo que me interesa..."

-Sí...
-Soy Miyagi You, -comento- ¿acabas de salir de la Universidad?
-Así es.
-¿Y cómo te fue?
-Muy bien gracias, -suspire- si me disculpa debo irme.
-Qué te parece si te invito a comer.
-¿Eh?
-Como disculpa por mi comportamiento del otro día.
-Pero no me hizo nada. –comento confundido.
-Bueno yo estaba coqueteando con la chica que debía atender a los que llegaban.
-No se preocupe no es nada. –sonreí.
-Insisto, -me miro- por favor.

Mire mi reloj y respire profundamente.

-Está bien.

Él me dirigió hasta un auto gris donde me ayudo a subir y me llevo a la plaza para llevarme a un restaurante.

Llegamos al restaurante y una chica nos dirigió a una mesa, me pude percatar que se le quedaba viendo a Miyagi y esté le sonreía.

Sinceramente no soy una persona muy social que digamos, me gusta dedicarme a mis estudios y solo enfocarme a ellos.

Además quiero alcanzar a Shinoda y me vea como a alguien a quien amar, no quiero que me vea como un hijo, sino como su pareja.

-¿Shinobu?
-Mande. –lo mire.
-Te preguntaba qué ¿Cuántos años tienes?
-Tengo 20.
-Te vez muy joven. –le dio un sorbo a su copa.
-Jeje, son los genes.
-Pues sí que te favorecen, te vez muy lindo.

Sentí como mis mejillas comenzaban a arder y desvié mi mirada.

-S-Soy un hombre, -murmure- no puedo ser lindo.
-Es que es la verdad. –aparto un mecho de mi cabello.
-Les traigo sus pedidos, -comento la mesera mientras me miraba con odio- espero lo disfrute mucho.

Esa chica le sonrió a Miyagi y se fue.

Ambos comenzamos a comer mientras me preguntaba acerca de la carrera que había elegido, sobre mis amigos, pero le hablaba de cosas superficiales, no quería hablar de cosas más profundas ya que apenas lo conozco.

-¿Usted en dónde trabaja Miyagi-san?
-Pues, -suspiro- soy dueño de una empresa.
-Vaya.
-Tal vez te contrate como mi abogado cuando termines tu carrera.
-¿Enserio?
-Así es. –revolvió mi cabello.

Al terminar de comer esa chica de nuevo sol ose le acerco a él, parecía que intentaba seducirlo, y por como Miyagi le hablaba parecía que aceptaba ese coqueteo.

Suspire y camine hacía la calle, no quería parecer mal tercio.

No entiendo porque me invitó a comer si quería coquetear con alguien.

Me molesta...

Mi celular comenzó a sonar y al ver el número no pude evitar sonrojarme.

-¡Shinoda!
-Hola mi niño, ¿Cómo estás?
-Bien, y ¿Cómo va tu viaje?
-De maravilla, por fin pude realizar el negocio.
-Me alegro tanto.
-¿Cómo te has portado?
-Shinoda, sabes que me porto bien.
-Jeje, -rio- eso lo sé.

Siento como mi corazón empieza a acelerarse.

-Te extraño.
-Yo también y mucho, a los dos.
-¿Cuándo volverás?
-Espero que dentro de unos días.
-Estamos esperando tu regreso.
-Necesito verlos y abrazarlos, quiero ver a mi futuro abogado.
-Daré lo mejor de mí.

Después de conversar un poco, nos despedimos porque se le hacía tarde para una junta.

Coloque el celular en mi pecho y suspire.

-Te llevaré a tu casa. –escuche a Miyagi.

Lo mire y tenía el ceño fruncido y rechinaba sus dientes.

"Seguramente se le escapo su presa"

-Gracias.

Me subí a su auto y le di mi dirección.

-¿Quién es Shinoda?
-¿EH?
-Es que escuche sin querer tu conversación.
-Oh, -susurre- es alguien importante para mí.
-Mmmm, ya veo.
-Bueno aquí me bajo, -me sonroje- gracias por haberme traído Miyagi-san.
-Solo dime Miyagi o You como tú prefieras.
-Con permiso.
-Tsss, no aguanto más.
-¿Eh?

De un movimiento tomo mi brazo y mi cabeza con la otra mano y junto sus labios con los míos, quería apartarme pero me sujeto con un poco de fuerza, mordió mi labio inferior haciendo que abriera mi boca y él metió su lengua.  

  Lo quiero aventar pero, no sé porque mi corazón se acelera tanto...

Nos separamos y él sonrió.

-Muy dulce. -se relamió los labios.

No pude decir más porque salí corriendo de su auto y me encerré en mi casa.

Afortunadamente Hiroki no estaba, así que me senté en el piso y abrace mis piernas.



---Hiroki---


En cuanto Shinobu se fue a la Universidad me dirigí al departamento de Reiga, es un escritor de novelas de ficción, las mejores de Japón, de ficción, un hombre atractivo de 28 años, cabello negro y ojos grises.

  A pesar de que parece un hombre gruñón o enojón, es completamente lo contrario, es un hombre tan bueno que siempre ayuda a los demás.

Siempre vela por mi bien y es el único que sabe lo que hago por culpa de Akihiko.

Él ha intentado hablar con ese Bakahiko pero no consiguió nada.

Reiga es muy bueno, siempre haciéndome bromas con doble sentido, me alegra de conocerlo es una agradable persona.

Aunque la pareja que tuvo no lo valoro y solo lo quiso por su dinero y fama, él decidió darle un tiempo a su corazón y solo dedicarse a sus libros.

Al llegar a su departamento abrí la puerta con la copia de la llave y entre.

-¿Reiga?
-Estoy en la cocina. –comento.

Deje mis cosas en el sofá y encontré al escritor sentado desayunando.

-Por favor Hiroki siéntate, te serviré un poco.
-No es necesario yo...
-Sabes que aunque digas que no lo deseas.

Empecé a reírme y asentí.

Me senté en la silla y comenzamos a desayunar.

-Hiroki.
-¿Sí? –bebí un poco de café.
-Quiero verte desnudo.

Escupí todo el café que había bebido y lo mire, se empezó a carcajear mientras me limpiaba.

-No haga esas bromas por favor.
-Es que te vi tan serio.
-No es verdad.
-Anda vamos a trabajar.
-Sí porque pronto se vence tu plazo.
-Tal vez si aceptarás ser mi pareja...
-Brincos dieras. –sonreí.
-Que cruel.

Terminamos de comer y empezamos a trabajar.

Ya como a las 4:30 de la tarde le mande un mensaje a Tsumori para vernos afuera de su trabajo, el cual acepto sin rechistar.

Decidí quedarme en un parque en lo que daba la hora. Un balón estaba a punto de estamparse en mi cara sino fuera porque coloque mis manos y lo detuve, agradezco tener buenos reflejos.

-¿Estás bien?

"No, no y más no, de todos los que me pude haber encontrado..."

-Vaya, eres tú. –suspire.
-¿Señor nos devuelvo nuestro balón? –comentaron unos niños.
-Aquí tiene. –se los di- Tengan más cuidado, pueden lastimar a las personas.
-Lo lamentamos. –hicieron una reverencia y se fueron corriendo.
-Sé que no te di una buena impresión y lo lamento, -me miro- déjame comenzar de nuevo ¿sí?
-¿Qué?
-Mi nombre es Kusama Nowaki y soy profesor de literatura.
-...
-Tengo 25 años y me gusta mucho leer y escribir en mis tiempos libres.

No puedo mirarlo fijamente a los ojos porque siento como si me estuviera ruborizando, así que solo desvié mi mirada.

-M-Mucho gusto, -suspire- soy Kamijou Hiroki.
-El placer es todo mío.

Él se acercó a mí y revolvió mi cabello.  

  -Espero podamos conocernos un poco mejor.

Aventé su mano y cruce mis brazos.

-N-No tengas tantas confianzas.

Él comenzó a reírse y desvié mi mirada.

"¿Por qué siento que lo conozco?"

Su cara, incluso su voz me es muy familiar...

Pero ¿Dónde?

-Hiroki yo...

Lo mire y él acercó su rostro al mío.

-N-Nowaki...
-¡HIROKI!

Sentí como me abrazaban y vi a Tsumori.

-Saliste temprano. –comente.
-Así es, termine todo a tiempo.
-Me alegro.
-Bueno es hora de irnos, -me tomo de la mano- con permiso.

Me empezó a jalar hacia su alto.

-Baka, ¿Qué crees que haces? Suéltame, estamos en la calle.
-Es tú culpa.
-¿Ah?
-No deberías de acercarte a otros hombres.
-Pero que rayos, Tsumori.
-LO siento pero eres mío.

Trampas de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora