CAPITULO 23 Conflictos.

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---Ijuuin---


Espero que esta vez podamos detener a esos ladrones y tomarlos de rehenes para sacarles información acerca de Akihiko.

Espero que está vez no haya ningún error.

Sé que Nowaki, Miyagi y Ryu no van a fallar.

Más les vale.

Aunque les hago aparentar que soy un dictador...

Soy todo lo contrario.

Me preocupo mucho por ellos.

Al contratarlos sé cuál es su trabajo, y solo elimino a la escoria de la sociedad.

Como ese imbécil de Erwin.

Nadie se mete con mi amado.

Voy a proteger a lo que amo.

No permitiré que lo lastimen.

Incluso, protegeré a mis subordinados, en cuanto terminen su trabajo les daré su libertad, para que disfruten de una vida "normal".

Ahora que he terminado el trabajo debería marcharme para ver a mi querido niño.

Espero que su "amigo" ya se haya marchado, me molesta que otros hombres estén a solas con mi Ishi.

Tome mis cosas y baje hasta el estacionamiento y me subí a mi auto.

Maneje hasta mi departamento y me extrañaba que hubiera mucho tráfico.

-Y vine por este lado para llegar más rápido, QUE JODA.

Desde que me he dado cuenta de los sentimientos que tengo por Ishi, quiero estar todo el día con él, no despegarme ni un momento.

Después de una hora llegue a mi departamento y abrí la puerta.

Si de por si me sentía celoso de solo saber que su amigo estaba aquí, ahora los tenía con más motivo.

Ese chico estaba sentado en su sofá, mi amado estaba recargado en su hombro dormido, y ese mocoso de un movimiento lo acurruco en su pecho.

-Cof, Cof. –tosí un poco para llamar su atención.

Ese chico me miro y sonrió.

-Buenas noches, usted debe ser el casero de Ishi.
-Soy su pareja, -comente- y no me gusta que le llamen por su nombre.
-Oh, que posesividad.
-Así es, y... ¿te quitas o?
-No me malinterprete, -acomodo a Ishi en el sofá- no hacía nada malo.
-Sí claro, -cruce los brazos- conozco a los de tu tipo.

Él miro a Ishi y se inclinó para darle un beso en la frente.

-¿Qué crees que estás haciendo?
-No podía evitarlo.
-Serás...
-Con permiso, -sonrió- espero venir de nuevo a cuidar a Ishi.
-No te acerques tanto a mi pareja.
-Usted no decide eso.

Salió de departamento y chasque la lengua.

-Le daré una lección.

Suspire pesadamente y camine hacía mi amado.

Me hinque frente a él y acaricie su cabello.

-S-Senpai. –murmuro.
-...
-Hace frío.

"Dios dame paciencia para no estallar en celos..."

Mi niño poco a poco abrió los ojos y me miro.

-¿Kyo? –se sorprendió.
-¿Ya no me llamaras Senpai?
-E-Etto...
-Así que me confundes con ese chico.
-N-no, yo no...
-No me agrada ese tipo.
-Kyo.
-Ese hombre quiere contigo.
-Pero que dices.
-Es la verdad.

Se empezó a reír y coloco su mano en mi mejilla.

-Él es un amigo muy querido.
-Pero él no lo ve así.
-Eres un celoso sin remedio.
-Porque te amo.
-Y yo a ti.

Le di un beso apasionado.

-¿Quieres comer?
-Sí tengo mucha hambre. –lo mire.
-Iré a prepararte la cena.
-Comeré ahora mismo, -sonreí- gracias por la comida.

Lo empecé a besar y meter mi mano debajo de su camisa.

-N-No me refería a esto. –se sonrojo.



---Nowaki---

Ese peliplata me miraba fijamente como si me pidiera explicaciones, como si estuviera molesto, lleno de ira, pero ¿por qué? ¿Me abre metido con su pareja en mis momentos de casanova?  

  -¿Para qué quiere hablar conmigo? –cruce los brazos.
-Tengo que aclarar algunos asuntos importantes.
-¿Cómo cuáles?
-Quiero... no, ¡Te exijo que no te acerques a Hiroki!
-¿Qué?
-Hiroki es mío y no permitiré que te vuelvas a meter en lo nuestro.
-¿Volverme a meter?
-Así que por las buenas te lo digo, ALEJATE DE ÉL.

Me empecé a reír y él me miro con odio.

-Ya una vez me aleje de Hiro-san, porque tenía asuntos pendientes, pero por un idiota terminamos olvidándonos, creyendo que éramos lo peor, pero solo fue un deseo egoísta de un imbécil y creo que he encontrado a ese imbécil.
-Maldito...
-Tú eres el bastardo que metió cizaña, -lo sujete de su camisa- tú nos separaste, maldito infeliz.
-Y funciono ¿no?
-TE MATARÉ.
-Si es que lo puedes hacer.

De un movimiento estuvo a punto de pegarme en la cara y lo esquive, pero no creí que él tuviera habilidad y de un rodillazo me saco el aire del estómago.

-Muy lento. –se acomodó su cabello.
-Infeliz.
-Te falta mucho para superarme, -se puso en posición de pelea- levántate, dame tu mejor golpe.

Odio su risa, odio que diga esas cosas.

Me levante y me acerque a él.

De un movimiento con mis grandes habilidades pude darle un golpe en la mejilla y luego un cabezazo.

Empezaba a escurrir sangre por su nariz y se la limpio.

-Nada mal.
-Te voy a hacer pagar el daño que hiciste.
-¿Sigues resentido?
-INBECIL.
-No eres nadie para Hiroki, -sonrió- eso me demuestra cada día.
-Tú eres el único que no soportas que Hiro-san sea feliz con otro, siempre serás rechazado.
-Maldito...
-Nadie te va a aceptar, vas a quedarte solo.

Volvió a acercarse a mí con intención de patearme pero detuve su pie y lo empuje.

-Así que se pondrá serio. –sonrió y se quitó su saco.

Me quite mi chamarra y me acomode las mangas.

Se volvió a acercar y me dio un rodillazo en el estómago.

Le tome su pie y lo tire al piso.

Sujete su mano y coloque mi pie en su cuello.

-Aggg. –se quejó.
-No se meta conmigo.
-...
-Y entiéndalo bien, -gruñí- Hiro-san no lo ama, está enamorado de mí.
-IDIOTA JURO QUE AGGGG...

Presione mi pie un poco más.

-Hiro-san es mío. ¿Entendido?
-Eso dices...
-Idiota...

Lo solté y lo mire.

-Hiro-san no quiere estar con usted, ¿ok?
-...
-Que lastima me da.

Suspire y me fui a mi auto.

-Debo prevenir a mi Hiro-san, ese hombre es de cuidado.

No dejare que lo alejen de mí.

Ya no...



---Shinoda---

Sé que tal vez esto que ocurrió pueda verse mal, pero solo quería que mi amado Shinobu olvidara todo el dolor que sentía.

Pero no me arrepiento.

Me aproveche de su debilidad, de su sufrimiento y lo hice mío.

Le hice el amor tan dulcemente, en cada caricia le demostraba que lo amo más que a nada en el mundo.

Sus gemidos me llenaron de placer y lujuria.

Ni en mis mejores sueños se podría comparar con esto.

Fue algo tan placentero, por fin es mío.

Acepto mis caricias, mis besos, todo...

Sé que tal vez ese idiota lo lastimo pero yo sanare todas sus heridas.

Ahora mi lindo niño está durmiendo acurrucándose en mi pecho.

Juego un poco con su cabello mientras lo veo fijamente.

Realmente es hermoso.

Su piel es tan suave, su aroma es embriagador.

Ahora puedo reclamarlo como mío.

No dejaré que nadie lo aparte de mi lado.

Delineo su espalda con uno de mis dedos y él se estremece acercándose más a mí.

Me acerque a sus labios y lo bese.

Él lentamente fue despertando y me miro.

-Buenos días amor. –acaricie su mejilla.

Él me miro con sorpresa y se apartó de mí.

-¿Shinobu?
-E-Esto...

Estaba bastante sorprendido.

Sus ojos estaban abiertos como platos.

-Mi niño... -intente acercarme.
-¿Qué ocurrió?
-...
-¿Qué paso? ¿Nosotros no...?

Alzo las cobijas y se di cuenta de nuestra desnudez.

-I-Imposible.
-Shinobu...
-Y-Yo no... esto no...
-Mi niño.

Sus lágrimas comenzaron a caer y se levantó pero se detuvo de la cama.

-No te muevas así, te dolerá. –me preocupe.
-No, esto no.... Lo siento Shinoda.

Salió corriendo de la habitación.

Supongo que debo esperar para que se tranquilice.

Trampas de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora