No dormí absolutamente nada, estuve toda la noche pensando en el, en la forma en la que me dijo que me quería, en como me miraba, en sus quemaduras, en que hacer con toda esta mierda.
Tenía dos opciones, quedarme con el e intentarlo, o seguir el consejo de Alex, hacerlo pagar por lo que había hecho y disfrutar de ello.
La primera me proporcionaba felicidad, pero a costa de pasar por encima mío. La segunda me proporcionaba tristeza, pero estaría pensando en mi.
¿que demonios iba a hacer ahora? Sabía de Kian y Jared sin siquiera yo haber abierto la boca ¿podia ser así de controlador? Verlo sólo me hizo amarlo y odiarlo más, si mi corazón no podía decidirse , mi cerebro tendría que tomar la decisión.
El quería explicarme las cosas...¿que podía explicar? Stefano había sido bastante claro, pero ¿y si es hubiera mentido? Dioooos! Tenía que tomar una postura.
Me levanté de la cama rendida, no iba a conseguir dormir, tome una ducha rápida para quitar el cansancio de mi cuerpo y me preparé algo para desayunar. Odiaba la sensación de no haber dormido , mientras mis ojos estaba hinchados de tanto llorar.
Tenía que decidir si contarle a Alex de mi encuentro con Stephen, lo cual me trae a la memoria a Sofia, jamás lo imaginé de ella, ¿será ese el chico con el que estaba tan obsesionada?.
Mi cabeza dolía demasiado, tome una taza de café aunque no me gustara, necesitaba despertar. Comenzaron a golpear la puerta y maldije entre dientes, no quería hablar con nadie hoy.
Abri la puerta no con una de mis mejores caras seguramente.
-Carther!- dijo animado, con una caja en su mano- necesito pedirte un favor de esos grandes
Kian abrio la caja mostrándome unas deliciosas donas, bendita sea la comida.
-¿Supongo que estás intentando sobornarme verdad? - me cruce de brazos y lo mire con una sonrisa de suficiencia-
-Puede...- se encogió de hombros- necesito que cuides de Lucifer un momento -
-¿Que?- lo mire extrañada no sabía si estaba jugando conmigo o habla enserio-
- Es mi perro, bueno no es mío, es de mi hermano, y hoy no podrá venir por el, ¿puedes por favor? No hablo con nadie en este edificio, sólo me quedas tú -
-¿ Es un perro endemoniado ?¿porque colocarle Lucifer?-
-Por si no sabías significa portador de luz, ¿que tiene de endemoniado?- arqueo su ceja con una sonrisa en su rostro- ¿entonces? ¿donas por cuidar a Lucifer?-
-No juegas limpio -suspire y tome la caja - puedes traerlo , pero no pienses que me quedaré todo el día con el.
- Lo vas a amar ya lo verás, Dios gracias Carther, puedes pedirme lo que quieras desde ahora, tienes consultas gratis conmigo - me guiño un ojo y desapareció para ir a buscar a Lucifer.
Dejé la caja sobre la mesa de la cocina cuando de pronto escuche ladridos bastante agudos, y vi a un cachorro entrar rapidamente y comenzar a dar vueltas en mi sala. Como esa cosita tan adorable podía llamarse Lucifer.
-Eh! Venga no muerdas nada, no es tu casa- lo apartó de la alfombra que tenía en el comedor y lo tomo en sus brazos- este pequeño de aquí es Lucifer - acercó a mí con el en los brazos, a decir verdad Kian vestido de médico era bastante atractivo, y con un cachorro en los brazos, podía hacer caer a cualquiera, no me extrañaba que tuviera a alguien todos los dias.
El cachorro dio unos cuantos ladridos antes de calmarse y comenzar a lamer mi mano, cuando ya estaba lo suficientemente seguro, Kian me lo entregó .
-No te dará mayores problemas, es algo jugueton, asique no dejes nada a su alcance o lo va a destrozar - me miró en silencio mientras Lucifer lamía mi mano- te hará bien estar con él un rato - se acercó y beso mi mejilla- siempre me ayuda cuando estoy estresado o con problemas, los animales parecen tener poderes curativos - me sonrió amablemente-
- ¿por que lo dices? Estoy bien- sonrei como si no supiera de que hablaba, me miró meneando la cabeza y se alejó para salir-
- la manzanilla ayuda con las ojeras, no llores guapa, no lo mereces - cerro la puerta, pero a los segundos después volvió a abrirla- ¿quieres comer conmigo hoy? Tengo turno hasta las ocho pero si me esperas, puedo preparar lo que tú quieras -
Lo mire desconfiada, no estaba segura de si fuera buena idea comer con el, no quería confundir las cosas, pero tal vez una cena de amigos, no iba a lastimar a nadie.
-Esta bien, pero quiero helado de chocolate de prostre -
-Tenia otros planes para el postre...-me miró con picardía- pero helado también está bien.
-Vete ya, llegarás tarde - reí y deje a Lucifer en el suelo-
-Que tengas buen día Carther -sonrio y cerró la puerta.
Lucifer era una ternura con cuatro patas, pero estaba mordiendo todo lo que contaba su paso, tuve que recoger todas las cosas que pudiera destrozar del suelo.
Kian me había dejado su comida a un lado de la puerta y como el cachorro era inteligente , comenzó de apoco a escalar la bolsa para terminar regando un poco se comida en el suelo. Dejé el resto sobre una silla , este pequeño iba a destrozar todo en un par de horas.
Cinco minutos mas tarde volvió a tocar la puerta, de seguro algo se le había olvidado, Lucifer corrió de inmediato hasta ella esperando a que la abriera, pero entonces me di cuenta que había sido mala idea abrirla.
Hola - apenas si escuche cuando me saludo, traía una bolsa de papel en su mano- ¿podemos hablar ahora? Traje tus dulces favoritos
