Capitulo 30: Una canción para dos

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Cuando finalmente tuve algo de tiempo libre sentí hambre... Todos ya habían almorzado en la torre, pero yo solo había desayunado en la mañana. Lillest tampoco había comido nada , conseguiré algo .

- Me pregunto si ir a la cocina a esta hora , que más da, ya lo he hecho antes.

Con esa idea me puse en camino ya le había pedido a Krish un favor en la mañana...

- "....sigo con hambre... - mire la puerta de la cocina indecisa, cuando pronto escuche la voz desanimada de Krish y las risas animadas de Blest. - ¿? – me gire a verlos

- Oh, Abril – Blest me sonrió – Que perfecta casualidad.

- Hola Blest – le sonreí - ¿Krish, te encuentras bien..?

- Princesa... - Krish alzo a vista algo apenado – siendo sincero me siento algo avergonzado, pensé en que podría hacer, para lograr su pedido lo más rápido posible. Hice algo insensato...Le pedí apoyo a su alteza ...

- ¿...?

- Le pidió a Mellias sus flores... , pero al final ...nos termino echando a ambos – rieron.

- Vaya... , no me imagino su excelencia de esa manera.. - retrocedí hasta llegar a la puerta de la cocina.

- Cualquiera se enojaría si toman algo preciado , sin permiso. – comento Blest .

- Princesa, ¿Pueda ayudarla en algo? – me pregunto Krish tímidamente.

- Oh... - mantuve mi distancia de Blest – Veras... la cocina de la torre ya cerro... no volverá a abrir hasta la cena... me estaba preguntando si podía comer aquí .... – Disculpa que solo venga a pedirte cosas Krish...

- Es un completo placer alteza – me sonrió , a decir verdad yo tampoco había almorzado y solo queda algunos bulbos, mis compañeros han ido al campo ... para la cena. Veré si puedo encontrar mas -

- Que servicial – Yo tampoco he almorzado.. – comento Blest con su habitual sonrisa .

- Entonces iré a buscarlos , para que podamos compartirlo – dijo animado Krish , por favor tomen asiento , ahora regreso.

- Estuve con Mellias todo el día y antes que lo supiera se paso la hora del almuerzo. – suspiro.

- ¡..! – De solo escuchar el nombre de Mellas una vez más me empecé a ruborizar, había estado tratando de no pensar en mi sueño, pero al parecer no estaba funcionando. Puse una imagen mental de una pared totalmente blanca y rápidamente desvié mi mirada lejos de la de Blest, tratando de buscar un lugar para esconderme de él.

- ¿A que viene eso ...? – me pregunto divertido al notar mi tensión

- Ocultas algo. – rio divertido

- No – respondí mirando hacia otro lado.

- Déjame tocarte entonces. – sonrió pícaro.

- Bien, bien oculto algo, pero es privado – admití avergonzada.

- Oh... - sonrió mas – Eso lo vuelve aun más interesante para mí.

- ¡Blest! – me ruborice aun mas.

- ¿Me pregunto qué tan interesante será..? - canturreo mientras se acercaba.

- ¡Te daré lo que quieras, pero por favor no mires mis recuerdos! "¡Si lo haces moriré de vergüenza"

- .... – se detuvo y me miro algo serio - ¿Lo que quiera?

Origen: Libro I - TritonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora