- "OH DIOS... OH DIOS..." – No podía creer lo que veía en mi reflejo y pronto el sonido de las puertas de mi habitación abriéndose estrepitosamente me hicieron dar un brinco y pegarme al techo.
- ¿¡Princesa!? – Los dos guardias que siempre estaban en las puertas de mi alcoba por la noche ingresaron con rostro de preocupación.
- Ah... - los mire avergonzada de mi actitud – Perdón - dije mirándolos desde arriba mientras intentaba descender – Me tome una sorpresa muy grande cuando vi mi reflejo no quise asustarlos.. – Suspire cuando logre bajar a una altura normal.
- ¿Entonces si esta.. – el guardia pronto se ruborizo y miro para otro lado.
- ¿Qué pasa...? – mire al otro guardia con una expresión de incrédula - ¿Tu lo entiendes?
- No..es solo que.. – el otro guardia miraba el suelo – Su ropa...
- ¿Mi ropa? – mire mi reflejo e hice una expresión de incomodidad porque aun no me acostumbraba a mi figura "adulta" – Ah... esta rota... - Toda mi ropa tenia las costuras rotas ya que había crecido demasiado rápido y tanto mis hombros como mis rodillas se veían ya que el cinturón de mis faldas largas se había caído y mi blusa exterior se había destrozado.
- ¿Realmente no se siente enferma...o débil..? – pregunto el primer guardia aun sin mirarme.
- Estoy perfectamente bien – le respondí sonriente – "HUM...¿Yo..no me estoy poniendo nerviosa..?" – los mire curiosa – "Pero los dos son apuestos... entonces..¿Por qué?" – nade sobre ellos para poder ver sus rostros – Que raro... - murmure – No siento nada... - los mire curiosa mientras llevaba mi mano al pecho – Absolutamente nada...
- ........ – Ambos me miraron cada vez mas ruborizados. – Um.. Alteza...
- No me llames así, solo dime Abril... - hice un gesto de incomodidad – Decirme alteza se siente extraño...
- Em.. princesa escuche... - insistió el otro soldado con un poco mas de valor, pero con el rostro igual de ruborizado que el de su compañero – Voy a llamar a una da...
- Bien, bien se acabo el espectáculo – Un amplio y grueso saco de color plateado me envolvió por completo – Creo que ustedes dos ya se pueden retirar... yo me ocupare de todo dentro de esta habitación – La voz alegre y traviesa fue fácilmente reconocible.
- ¿Blest? – asome mi cabeza fuera del saco para notar que Blest aun me abrazaba - ¿Qué haces?
- Cubriéndote – dijo con obviedad - ¿Qué más, si no? – me soltó una vez aseguro el saco y los guardias salieron de mi habitación – Sabia que ibas a crecer pero no pensé que te harías tan bonita – rio – Esta vez si podrías seducirme – dijo en tono bromista.
- ..... – Lo mire fastidiada – "Siempre con la misma broma...uno de estos días te golpeare la cara.." Espera... ¿Ya sabias que iba a crecer? – lo mire incrédula - ¿Cómo?
- Cuando el emperador te dio su energía era , con la intención de que te repusieras y al mismo tiempo llegaras al cierre de tu maduración.. era evidente que tu cuerpo crecería – sonrió.
- Ya veo... - dije asombrada – El emperador es genial... tomándose la molestia de venir hasta aquí..
- Tú no has escuchado todas las veces que te ha dicho que eres su familia ¿Verdad? – descendió hasta sentarse en la cama haciendo que bajara con el.
- Si lo he hecho... - dije bajito con el rostro algo avergonzado.
- ¿Si un familiar tuyo estuviera enfermo no iras a verlo?
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Origen: Libro I - Tritones
De TodoLibro 1 de la trilogía. Tritones - Humanos - Ragness. Sinopsis: Una joven despierta agonizando un día en medio del mar , ¿Quien era y como llego ahí? no lo sabe , no recuerda absolutamente nada a excepción de su nombre. Temerosa de morir...