Origen: Libro I - Tritones

Capítulo 41: Cuarta prueba "Los siete generales"

Esa noche , los mellizos y Lillest terminaron durmiendo en una misma cama, para controlarlo. Por fin había hecho las paces con ellos, después de que me recogieron de las habitaciones de Mellias. Habían quedado un poco tensos cuando me hablaban; les explique que debía de cuidarlo, porque no estaba bien por algo que cocine...., después de burlarse de mi un rato, simplemente lo olvidaron. Tras desayunar, el capitán, vino a recogernos, esta vez fuimos dirigidos al mismo lugar donde tuvimos la primera prueba, el coliseum.

Al ingresar nos llevamos una sorpresa, solo la mitad de postulantes estaba aún presente . Era abrumador, y algo que Huoltaja no podía entender era como ningún miembro de nuestra torre había fallado en los exámenes mientras que el resto seguía fracasando..., Lushfa por ejemplo tenía tan pocos miembros que apenas y podías contarlos con ambas manos..., Xak por el contrario aún tenían un promedio de 25 a más integrantes... pero las demás torres, tenían cifras parecidas a Lushfa.

Esta vez nos mezclaron a todos en una misma fila, y no nos dejaron ver la arena hasta que fuera nuestro turno, si bien veíamos a los postulante ingresar no los veíamos salir, lo que nos daba algo de inseguridad. La convocatoria de espectadores había sido masivo, todas las guardias disponibles habían acudido a conocer a los postulantes, así que pronto empezamos a escuchar a la multitud en algarabía. Los nervios empezaron a correr en la mayoría.

- Abril

- ¡! – Me gire al escuchar que alguien me llamaba mientras buscaba mi lugar en la gran fila – Oh, Ikuya – Salude – Lo vi acercarse, pero los mellizos lo sujetaron de los brazos.

- Rey de Wohll....

- .... – Ikuya frunció el ceño al ver a Mir – El rey de Huoltaja... - De solo recordar el golpe que le había dado el día de la primera prueba, las ganas de devolvérselo afloraron en él.

- Me alegra que me recuerdes – Le sonrió cortésmente – Es mejor así, de esa forma me ahorro la amenaza.

- ... – Mire a Ikuya - ¿Y a que me debo el placer? – bromee.

- Pff – Bufo cruzándose de brazos – Te ves bastante confiada.

- Estuve entrenando – respondí relajada.

- .... – Se agacho a susurrarme algo - ¿Aun si te tienes que enfrentar a los siete generales, sola?

- ¡!

- Tenlo en cuenta – me palmeo el hombro toscamente y regreso a su posición en la fila. – ¡Aun puedes ser cocinera!

- ......... - fruncí el ceño.

- ¿Qué te dijo? – Lillest se acercó a preguntarme con un rostro algo fastidiado.

- Que hoy será la prueba de los generales... - Los mire algo sorprendida.

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En la residencia Windstorm, los padres de Ian habían aprovechado que su hijo estaba fuera de casa para finalmente revisar a la joven que permanecía dormida en la habitación más amplia del lugar.

- Pensé que no se iría nunca... - Una mujer de cabellos castaños y ojos azules suspiro pesadamente.

- Cariño, debes entender que Ian siempre ha cuidado de esta niña... - Un hombre de ojos miel, tez trigueña y cabellos rubios y rizados la veía con duda – Arrebatársela será algo duro para él. – Miro a la joven en la camilla.