Capitulo 2: Un Imperio acogedor

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El lugar al que llegue era un imperio acuático, para mi suerte termine muy cerca de la capital, y fui acogida por el hermano menor del Emperador, el príncipe Lillest, él fue quien me explico el orden de ese imperio. A pesar de ser solo una nación , se dividía en siete reinos debido a que estaban sumamente alejados uno de otro, por lo que cada rey elegido en la capital era designado a un respectivo territorio por excepción del segundo rey que era quien gobernaba en la capital , pero al ser también el hogar del emperador solían regir juntos. 

Me imagino que alguien capaz de dirigir siete reinos debe ser una persona realmente fría para tomar decisiones correctas sin dejarse influenciar por sus emociones – trage saliva fuertemente - ¿Realmente estaba a punto de conocer a un ser tan poderoso? De solo pensarlo la piel se me erizo.

-¿Sucede algo? – me pregunto Lillest al verme palidecer y pararme estática frente a las gigantescas puertas

- No..solo... creo que estoy nerviosa – reí torpemente

-¡Relájate! – me palmeo suavemente la espalda – Mi hermano no es un ser sin corazón , apuesto a que te dejara quedarte – abrió las puertas campante – Solo ten confianza de ti mismo.. – me susurro avanzando conmigo

- "Soy mujer..."- pensé algo malhumorada, pero en realidad ya no tenía tiempo para eso al alzar la vista choque con unos imponentes ojos plateados y una larga y lacia cabellera pelirroja , a diferencia de Lillest su cabello era un rojo oscuro semejante al vino , sin pensarlo me quede boquiabierta al ver tanta belleza y sentir tan imponente presencia - Ah.. unn...un ..placer... - trate torpemente de hacer una reverencia , pero aun no podía controlar mi peso y termine flotando más de lo debido , inmediatamente sentí como mi rostro y orejas quemaban a mas no poder , por lo que no me atreví a volver a alzar el rostro.

- Cellest me contó sobre ti pequeña... - la voz del emperador retumbo por todo el salón, sin embargo no era atemorizante, de hecho era acogedora, me dio algo de confianza y subí un poco la mirada – ¿No sabes cómo llegaste aquí?

- Yo... No recuerdo nada más que mi nombre... lo siento, em.. se algo de cultura general , pero creo que aquí eso no es de mucha importancia

-Entonces podríamos decir que has llegado aquí como un recipiente en blanco

-¿Eh?

- Respóndeme pequeña, ¿Te gusta este lugar?

- ¿Huh? – Lo mire algo sorprendida – No he podido conocer mucho, pero siendo sincera me he quedado maravillada por este lugar, si se me diera el permiso me encantaría quedarme aquí un poco más...

- ......... - pude notar una sonrisa casi imperceptible en sus labios – Entonces que así sea; bienvenida a mi imperio, a partir de hoy eres una más de mis hijos.

- Eso significa... - lo mire asombrada – que yo...

- ¡¿Puede quedarse?! – Lillest se adelantó entusiasta - ¡¿Realmente puede quedarse con nosotros?!

- No me hagas repetir las cosas dos veces Lillest... - hablo el emperador

- Lo siento, hermano – rió

- ¡Príncipe Lillest! – Cellest lo regaño

- Ah cierto... lo olvido siempre jejejeje; lamento eso "tío" – dio una reverencia formal

- ¿...? – los mire algo confusa, pero no llegue a preguntar nada ya que Lillest me saco del salón rápidamente - ¿A dónde vamos? – lo mire algo confusa

- A conseguirte algo de ropa, no piensas seguir con esos harapos, ¿o si?

- ¡No tengo otra cosa! – exclame avergonzada

- Pues ninguno de mis hermanos vestirá como pordiosero

- ..... – sonreí – Gracias Li..

- ... - se detuvo de golpe mirándome curioso - ¿Cómo me llamaste?

- ¡..! ¿Fui atrevida..? "Es cierto él es un príncipe.." Perdón

- ¡No, no! – Negó presuroso – Es solo que nadie me había dado un apodo antes – sonrió – ¡Me gusta!

- ......oh...entiendo – mire hacia adelante para seguir nadando - ¿Entonces puedo seguir llamándote así?

- Sera un placer – me tomo de la mano

- Li...¿Puedo preguntarte algo?

- ¿No lo estás haciendo ya?

- ............. "Bueno , es cierto.." – Rodé los ojos – Entonces iré directo ¿Por qué te ves tan feliz?

- Ah.. – Rio – Eso es porque verte aquí es una verdadera sorpresa ¡Un humano entre tritones! – Exclamo entusiasta – Eso sí que es algo poco común, aunque cuando era pequeño escuche que hace mucho hubo uno... - murmuro pensativo.

-Hum... - lo solté y me aleje

- ¿Qué sucede? – me miro extrañado

-Cuando te acostumbres a mi, te aburrirás... es algo triste, ¿sabes?

-........- hubo un corto silencio que fue interrumpido por una alegre risotada – Jamás me aburriría de ti, pareces especial y no solo por ser un humano – me volvió a tomar de la mano y me llevo por los pasillos hasta una pequeña plazuela – Dime... Ya que no tienes planeado donde vivir... ¿Vivirías con nosotros? – me pregunto algo entusiasmado.

Admito que en ese momento no supe que responder, pero mi silencio fue tomado como un 'si' , claro yo no supe lo erróneo que fue aceptar aquella oferta hasta que conocí a el rey Mellias...



Origen: Libro I - TritonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora