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2. Me voy a Italia y tú vienes conmigo:

Me levanté media hora antes de que sonara mi despertador para poder darme un baño relajante antes de asistir a mi último día de instituto. Llené la bañera con agua caliente, he de decir que odio el agua fría, y vertí un poco de sales aromáticas para darle un toque de color y perfume. Me deshice de mi pijama de osos panda, me coloqué los auriculares y me recosté en la bañera cerrando los ojos.

Cuando abrí los ojos y mire la hora en mi iPhone ya había pasado más de una hora y llegaba tarde a clase, salí corriendo con una toalla enroscada en mi cuerpo, me acerqué al vestidor y cogí unos pantalones largos azul marino de tiro alto con lineas verticales y una camiseta blanca de tirantes ceñida que resaltaba mi pecho. En el pelo opté por hacer dos trenzas de raíz.
Bajé corriendo las escaleras hacia la cocina y me encontré con mamá.

Hacia años que mis padre se habían separado, mi padre nos había abandonado a mamá y a mí para irse con otra mujer, estuvimos realmente agradecidas que pasara aquello porque para que negarlo mi papá no era el mejor del mundo.

- Buenos días cielo.

- Buenos días mami. - Me acerqué a ella y deposité un beso en su mejilla - Luego hablamos que llego tarde y Beth debe estar esperando a que la recoja.

Beth no tiene coche, así que decidimos que pasaría a recogerla cada mañana para llevarla al instituto. Cogí una manzana del frutero y salí disparada para montar en mi preciso Jeep azul.

Cinco minutos después me encontraba en casa de Beth, toqué el claxon y la puerta de su casa se abrió dejando ver a mi mejor amiga. Cuando llegó hasta el coche se inclinó y encendió la radio.

- Buenos días a ti también - le dije en tono de reproche.

- Buenos días Em, ¿sabes que hoy es nuestro último día en el infierno?

- Claro que lo sé, no has dejado de repetirlo en la última semana. ¿Cómo te encuentras?

Después de el accidente nuestra amistad se había reforzado, fue duro para las dos haber pasado por una situación así, si la hubiese perdido aquel día no me lo habría perdonado nunca al fin y al cabo era yo la que conducía.

- Estoy bien y deja de pensar que fue culpa tuya porque no es así. -odio que me lea la mente- Nadie me obligo a subir contigo en la moto aquel día.

Aquel día... El día en el que casi la pierdo.

- No debimos haber ido a las carreras y no tendría que haberte dejado subir conmigo.

- Las carreras son nuestra pasión y no vamos a dejarlas por un accidente.

Lo cierto es que las carreras eran una vía de escape cuando nos sentíamos presionadas por nuestras familias o agobiadas por los exámenes.

- Las dejaremos por un tiempo, por lo menos hasta que volvamos de Italia.

- Te estas volviendo loca, no nos vamos a Italia.- Y sin más se echo a reír como una foca retrasada con asma.

- Yo me voy a Italia.- Le dije con voz decidida - y tú vienes conmigo. Es un regalo de graduación o de despedida del instituto tómalo con quieras.-
La cara de Beth era una mezcla de sentimientos, debí habérselo dicho mientras le grababa con el móvil.

- ¿Estás de broma?. - Me dijo.

- Yo nunca bromearía con una cosa tan seria como lo es un viaje. - Y me puse una mano en el pecho simulando dolor.

- ¡Es mi lugar favorito en el mundo entero!, claro que voy, tendría que estar majara para no aceptar una oferta tan tentadora comp estas.- Y sin más se abalanzó sobre mi desde el asiento del copiloto y me lleno la cara de baba.- Gracias Em, eres la mejor amiga del mundo mundial.

- Para ya Beth, me estas babeando toda la cara.- y con el torso de mi brazo me limpié la cara.- Y ya se que soy la mejor amiga del mundo, tú también lo eres.

Y ya habíamos llegado al infierno.

•Josephine Skriver como Beth Collins•

Dulce Provocación #DPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora