Dulce Provocación #DP

.35.

Espero que os guste. 💕💕💕

35. Hora de arreglar el desastre:

UN MES DESPUÉS

BETH POV's

Miré mi reflejo en el espejo de mi cuarto de baño, concretamente situado en mi habitación, había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho ya. Mi cara estaba roja a causa de la salinidad que desprendían mis lagrimas, las cuales recorrían ambas mejillas acompañadas por restos de lápiz de ojos negro que aún llevaba puesto, y acababan unidas y cogidas de la mano entre ellas una vez alcanzada la barbilla. Caían y se perdían en el frío suelo de azulejos grisáceos.
Mi pelo rubio estaba enmarañado, tampoco es que me importara, en aquel momento tenía problemas más graves que debían ser resueltos.
Mis ojeras eran tan acusadas y oscuras como la inmensa oscuridad que invadía por dentro en ese momento.
Mi cara estaba hinchada de lo poco que había dormido desde que había conocido la noticia.
Tan despacio como había entrado salí, apagando la luz dejando que ambas oscuridades me invadieran por completo. Trepé hasta mi cama y me hice un ovillo para después volver a llorar.
Así pasé una semana entera, había apartado en ese momento a Mark, el cual estaba bastante preocupado, no había dejado de llamarme desde que decidí no abrirle la puerta para que entrara en casa hacía un par de días.
Mi mente era incapaz de asimilar algo así. Stefan era el único que lo sabía y se quedó a mi lado cada día durmiendo en el incómodo sofá de mi habitación, había insistido en que durmiera conmigo en la cama, pero había negado la invitación poniendo como excusa mis patadas nocturnas, en realidad había sido un intento fallido por hacerme reír.

Había intentado encontrar una solución, pero ninguna de las opciones me gustaba, lo único que provocaba es que me hundiera más y más.

En aquel aquel momento Stefan había salido a casa de Em a por ropa para cambiarse, en un par de horas volvería a estar a mi lado, apoyándome, como lo había hecho hasta el momento. Estaba sola en la casa, mi madre tenía que trabajar y papá no vivía con nosotras. Bajé una a una las escaleras, parándome con frecuencia para no perder el equilibrio y acabar en el suelo.
En los últimos días mi estómago se había negado a aceptar cualquier tipo de comida y no ayudaba el hecho de que me negaba a ingerir alimento alguno. Lentamente me deslicé hacia la cocina, levanté el brazo y abrí el congelador en busca de helado que milagrosamente consiguiera hacerme sentir mejor. A paso lento recorrí todo el pasillo directa a la sala de estar, me senté el el sofá y me cubrí con una manta de cuadros dispuesta a seguir mi hibernación en aquella habitación.
No me molesté siquiera en encender la televisión, la cabeza me dolía horrores y el sonido de fondo no ayudaría a que este remitiera.

STEFAN POV's

Cuando llegué a casa subí las escaleras lo más silencioso que pude para que Em no oyera mis pasos, pero todo fue un total fracaso. Mi mejor amiga me esperaba en lo alto de las escaleras con sus manos colocadas a a ambos lados de su cintura intimidando un poco y su ceño fruncido daba a entender que estaba realmente molesta, cosa, que para ser sinceros, no era nada tranquilizadora.

- ¿Dónde te has metido? No has venido a casa en una maldita semana y si lo has hecho ha sido esquivandome y sin decirme ni una sola palabra.- Evité mirarla a los ojos, pues si no era así acabaría riéndome y lo único que conseguiría sería cabrearla más de lo que ya estaba.- ¿Stefan?- Pasaron un par de segundos hasta que alcé la mirada, seguro de que no soltaría ninguna carcajada, y tomé aire para responder lo más calmadamente posible.

- He estado con Beth, ¿Sabes quien es? ¿Acaso la recuerdas?- Grité incapaz de contener todo el mal humor que estaba conteniendo. Estaba harto de su maldita actitud.- ¡No eres tú quien debería pedir explicaciones!.- Pasé a un lado dejándola de espaldas a mi, pero ella pegó un salto y acabó encima de mi cuerpo. Estaba volviéndose loca. Cuidadosamente la llevé hasta mi habitación y la agarré de las piernas para quitarla de encima y lanzarla sobre la cama. Decidí ignorarla. Me acerqué al armario y cogí algo de ropa para volver lo antes posible junto a Beth.

- ¡Claro que se quien es Beth!- Ya se había levantado y estaba apoyada sobre el marco de la puerta impidiendo que saliera.- Es mi mejor amiga.- En cuanto oí esas palabras la rabia volvió volvió a invadirme.

- ¿Si? ¿Realmente sigue siendo tu mejor amiga?- Cerré el armario de un golpe para desahogarme.- Te has pasado la mayor parte del tiempo con tu novio, Emily, ¿no te das cuenta de que estas cambiando?.

- Eres muy injusto.- Se acercó a la silla junto al escritorio y tomó asiento.- Sabes lo mal que lo he pasado desde que...- Se quedó en silencio.

EM POV's

Aún seguía sin poder decir su nombre. Respirar se volvió difícil y los ojos se me empañaron pero contuve las lágrimas como pude y me puse en pie dispuesta a dejarlo en paz. Stefan me detuvo, pasó sus manos por mis brazos cruzados y los separó para poder abrazarme.

- Ya lo se - susurró - lo siento ¿si?- No era su culpa, tenía razón sobre mí, los había dejado de lado pensando que eso haría que me sintiera mejor pero no había sido así y era egoísta. No sabía lo que pasaba con Beth, pero algo iba terriblemente mal.

Era hora de que los amigos a los que había dejado de lado para no sufrir volvieran a formar parte de mi vida. Desde que Ian se había marchado me había distanciado de ellos con la esperanza de poder olvidarlo, pero todo había sido en vano. Mi empeño era tal que hasta había comenzado una relación con alguien al que ni siquiera tenía aprecio. Las cosas realmente terminarían desastrosamente si no arreglaba cuanto antes la situación en la que me había metido. Estaba hiriendo a todos los que me rodeaban sin percatarme o pararme a pensar que no era la única que estaba sufriendo.

Cerré la puerta una vez que Stef se marcho y me permití por una vez en mucho tiempo derramar lágrimas.

BETH POV's

La puerta de la entrada se abrió, supuse que era Stef, pero al girarme para saludarle la sangre abandonó mi cuerpo en mi piel se volvió gélida adoptando un color blanquecino. Mi corazón se encogió ante el dolor que proporcionaba la imagen frente a mis ojos.