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27. ¡Hagamos que se muera de celos!:

Después de tener un tiempo para asimilar la noticia, Stefan y yo decidimos que esa noche iríamos a las carreras, por lo que volvimos a casa prepararnos.

Lo más probable es que él no hubiese tocado el asfalto de una de ellas en el tiempo que llevaba fuera.

También le conté lo del accidente que tuve con Beth y al hablar en plural se puso celoso, pues pensaba que se trataba de un chico. Tonto celoso.

Me miré en el espejo por última vez para asegurarme de que todo estaba en orden. Pantalón negro: listo, zapatos de tacón: listos, y por último la camiseta brillante que cambiaba de color según el movimiento: lista.Solo esperaba que no se me saliera una de mis tetas por el pronunciado escote.

- ¡Emily, tenemos que irnos o llegaremos tarde!- Gritó desde su habitación Stef.

Habíamos decido que se quedaría en mi casa hasta que encontráramos algo donde vivir y poder mudarnos juntos. Mi madre había aceptado encantada, pues para ella Stefan era con un hijo más.

- Ya bajo, me queda el maquillaje.- Me acerqué al espejo unos pasos y revisé mi rostro: labios rojos, eyeliner bien hecha, y rimel para alargar mis pestañas. Todo estaba en orden así que cogí mi bolso negro de YSL y bajé lo mas rápido que pude para encontrarme con mi mejor amigo en en el salón.- Lista.

- Ya era hora, me han salido canas en mi precioso cabello de tanto esperarte.- Protestó abriendo la puerta de la entrada para salir. Agarré mi casco y  las llaves y lo seguí al exterior. Subí a la moto detrás de él y pusimos rumbo a las carreras.

Estaba nerviosa, no quería encontrarme con Ian.

Cuando llegamos, bajé de la moto y me encaminé hacia la mesa donde debía apuntar mi nombre para poder competir. Ante de llegar me coloqué el casco azul para que no me reconocieran y la cazadora de cuero negra.

- ¿Nombre?- Preguntó borde la chica del otro lado de la mesa.

- La Chica de Azul.- Respondí cortante. Ella me examinó con la mirada de arriba a abajo y sonrió falsamente. Deposité el dinero correspondiente y me fui a buscar a Stef.

De camino a la moto divisé a lo lejos un coche con música, apoyados en el capó había cuatro chicos jóvenes, todos ellos tonteando con alguna chica escasa de ropa, pero solo me centré en uno. El chico iba vestido de negro por completo, sostenía una lata de cerveza en su mano izquierda. Cuando levantó la cabeza curioso mi corazón se paró al instante, el chico que miraba en mi dirección era nada más y nada menos que Ian. Tan rápido como pude me escabullí entre la gente para pasar desapercibida.

- ¿Em?- Levanté la cabeza esperando lo peor, pero frente a mi estaban los ojos azules de Stef. Su ceja estaba alzada sin entender porque estaba arrodillada junto a un grupo de chicas inexistentes hasta ese momento.- ¿Qué estas haciendo?.- Rápidamente pensé una escusa.

- Estaba comprobando el terreno.- me di un golpe en la cabeza internamente por haber dicho semejante estupidez.

- Vale.- Asintió dudoso.- Haré como que te creo. Pero levántate de ahí si no quieres pillar alguna enfermedad.- Me levanté de un salto, limpiándome el culo de mi pantalón por si se había ensuciado.- Tu carrera está a punto de empezar.

Dulce Provocación #DPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora