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6. Italia, dolce Italia:

Beth se había quedado dormida en mi hombro y estaba llenando toda mi camiseta de baba iugh que asco. Me coloqué los auriculares y cerré los ojos dejando que el sueño me invadiera.

Alguien me cogía del hombro y como defensa lo cogí por el brazo, todavía con los ojos cerrados, y le hice una llave.

Cuando abrí los ojos encontré a una azafata unos años mayor que nosotras tirada en el suelo, me levante a ayudarla pero se apartó rápidamente.

- Lo siento muchísimo pero ha sido tu culpa, no puedes ir por la vida asustando a la gente que duerme. - Le solté a la azafata mientras tapaba la nariz de Beth para que despertara.

- Un poco más mamá, necesito dormir. - No me quedó otra que reír como una foca retrasada haciendo que se despertara.

- Beth te has quedado dormida en el avión y me has babeado toda la camiseta.

- Lo siento - me dijo desperezándose en el asiento - ¿por que la azafata te mira con miedo?

- Larga historia.

- Emily McAdams dime que no has hecho lo que creo que has hecho.

- No se lo que crees que he hecho - por supuesto que sabía lo que creía y estaba en lo cierto pero no lo iba a reconocer porque entonces me caería una buena regañina. - Y no me llames por mi nombre completo, sabes que lo odio.

- Pues no haber pegado a la azafata.

- Lo siento, ¿vale?, ahora salgamos de aquí antes de que llamen a seguridad y nos lleven presas a algún lugar de Italia.

Cogimos las maletas, yo fui al baño y Beth a comprar algo para comer, apostaría mi Jeep a que chocolate es adicta a él.
Cuando salí del baño Beth paso a mi lado corriendo.

- ¿Beth, que diablos estas haciendo?

- Corre Em, salgamos del aeropuerto antes de que nos lleven a prisión.

Y la seguí, porque sabía que algo había hecho.

Un cuarto de hora mas tarde estábamos metidas en un taxi que nos llevaría a nuestro hotel.

- Beth ¿me vas a decir ya que has hecho en el aeropuerto?

- Pues verás...

- Suéltalo de una vez.

- Pues vi las chocolatinas todas colocaditas y perfectamente amontonadas y me llamaron la atención pero no tenía suficiente dinero así que disimuladamente, que resulto no ser para nada disimulado, cogí una.

- ¿Has robado una chocolatina y has echado a correr?

- Si pero porque de verdad me pillaron, no me di cuenta de había un hombre de seguridad en una de las esquinas de la tienda y cuando cogí el chocolate me vio. - Ella se tapó la cara de la vergüenza y yo no podía hacer otra cosa que reírme a carcajadas.

- Como vayan al hotel a buscarte yo no quiero saber nada.

- Genial, ahora soy una delincuente, me meterán entre rejas y tendré que dejar de correr.

- Tienes un problemas si tu mayor miedo es no poder competir en las carreras por estar en prisión.

- Pero si a ti te preocupa más eso que ir a la cárcel.

Dulce Provocación #DPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora