Dulce Provocación #DP

.10.

10. Venecia:

Dolor de cabeza, eso es lo que tenía a consecuencia de la horrible resaca por tomar tanto en la fiesta.

Me incorporé lentamente, la habitación estaba patas arriba, no recordaba nada de lo que pasó la noche anterior, tenía flashes pero no sacaba nada en claro.

¿Y Beth? ¿Dónde coño estaba mi mejor amiga? ¿Como y con quien había llegado a la habitación?

Me levanté de la cama, fui despacio al baño y encendí el grifo esperando que se llenara la bañera, me deshice de la ropa y dejé que el agua acariciara cada parte de mi cuerpo.
Me vestí, cogí una pastilla para el dolor de cabeza y fui a la habitación de Beth. Toqué hasta que mi mejor amiga abrió la puerta.

- Joder Em pareces un muerto. - me dijo revisándome de arriba a abajo deteniéndose en mi rostro.

- Si no me lo llegas a decir no me entero - le dedique una mirada mortal y me tiré en su cama.

- ¿Cuanto tomaste ayer? - se sentó a mi lado.

- Perdí la cuenta. - Me reincorporé para poder mirar a mi amiga - ¿Y tu por que no estas mal?

- Porque no me pase con el alcohol - me dedicó una mirada de reproche.

- No debiste dejarme tomar tanto.

- ¿Como querías que te controlara si mientras yo conducía tu bebías?

-¿Qué conducías? - alce una ceja.

- Un coche - respondió con sarcasmo.

- No bromees, la cabeza me va a estallar.

- No te acuerdas de nada ¿cierto? - cuestionó señalándome con el dedo.

- No, solo recuerdo haber ido con los chicos de voleibol, después todo se vuelve borroso. - Conteste resignada.

- Osea que no recuerdas al chico sexy contra el que corriste - estaba hablando en voz alta.

- ¿Que chico?, ¿yo corrí? - me sentía frustrada, después de tantos meses por fin había vuelto a competir y no me acordaba de absolutamente nada - dime al menos que gané.

- Claro que ganaste igual que yo.

- ¿Que ganaste? - pregunte dirigiendo mi mirada hacia la ventana.
Realmente era un día de mierda, era sábado y el cielo estaba nublado, la temperatura oscilaba entre los 10 grado, la carretera esta empapada con el agua de anoche, ¿acaso anoche llovió?.

- Cinco mil euros - respondió provocando que dejara de mirar al exterior y centrarme en el interior. - Y tu una disculpa de parte del chico guapo.

- ¿Una disculpa? - nada, no recordaba nada.

- Si, pero dejemos de hablar de anoche, ¡hoy nos vamos a Venecia! - y en su rostro apareció una sonrisa - ve a tu habitación y haz la maleta - me empujó fuera de su habitación.

Regresé a la mía, preparé sobre la cama la ropa que usaría durante el día, que constaba de unas leggings negras, una sudadera gris y mis botas de Balenciaga, si iba a pasar todo el día conduciendo a Venecia prefería pasarlo cómoda.
Hice la maleta y me duché, cuando salí dejé caer la toalla que llevaba enroscada sobre mi pecho sobre el suelo de la habitación, me coloqué la ropa interior y me vestí. Cuando estuve lista bajé a recepción y pedí amablemente que avisaran a Beth.