Después de largos minutos que parecían eternos, puedo ver como sus ojos se abren dando paso a dos preciosas gemas grises. Nunca me cansaría de observar sus preciosos ojos, un precioso gris mezclado en ciertos puntos con un verde esmeralda, cautivando todo a su paso, consiguiendo más de un suspiro a su paso.
— Noah — murmura sacándome de mis cavilaciones, estoy segura que un color carmesí se está apoderando de mi rostro, me acaba de pillar mirándolo, me pongo de pie casi de un salto para evitar cualquier comentario de su parte, más torpe no pude ser, él se encontraba con la cabeza en mis piernas, claro, en mi intento de pararme él golpeo su cabeza contra el suelo.
— Disculpa, disculpa, disculpa— repito, per el solo se soba la cabeza
— Por poco y me desnucas — bromea, lo fulmino con la mirada y el alza las manos en rendición.
Se apoya con las manos y se pone de pie, seguramente no es momento para bromas, pero es un intento de su parte para suavizar el ambiente tenso que nos rodea.
— ¿Dónde se encuentra Megan? — pregunto sin ningún atisbo de miedo.
— No estaba en condiciones de cuidarla, hable con mis abuelos de madre, ellos la están cuidando por ahora — menciona con un poco de melancolía en la voz.
— Ahora vas a estar preparado para cuidarla — susurro tratando de brindarle ánimo, al contrario de tener una sonrisa o una afirmativa de su parte, me niega con la cabeza simplemente
— No puede regresar, al menos no por ahora — su voz suena un poco rota al pronunciar esa frase, la duda del saber porque me invade, de todas formas, no pregunto más sobre el tema, solo asiento con la cabeza.
— ¿Quién ere ese hombre? — pregunto tratando de desviar el tema, pero no fue buena idea, su cuerpo se tensó al mismo instante que acabe de formular mi pregunta.
— Un mensajero
— Eso no llena mis dudas— susurro para mí misma, pero me alcanzo a oír ya que centra su mirada en mi
— Lo sé — dice pasándose la mano por el cabello exasperado, niego con la cabeza antes de perder los estribos completamente.
— ¿Mensajero de qué o quién?
— De los jefes — su mirada se centra en un solo punto — Él ha venido a advertirme que de no presentarme a mi siguiente pelea me quitaran a Megan, ellos están al tanto de donde se encuentra, la dirección exacta de la casa de mis abuelos, saben sus actividades diarias y apuesto a que saben hasta a qué hora va al baño —
Me sorprende escuchar con la frialdad que habla, en algún momento llegue a pensar que Logan cuidaba y adoraba a su hermana, me equivoque quizá.
— Es tu hermana de quien hablas — farfullo
— Se de quien hablo y lo creas o no, me preocupa su bienestar, traerla aquí seria arriesgarla más, yo no decidí que ella sea parte de esto joder — grita
— ¿Cuándo es la siguiente pelea?
— En dos días
— ¿Vamos? — digo sujetando su mano y caminando hacia la puerta, Logan me regresa a ver con una mirada cargada de confusión, suelto una pequeña risita ante su rostro incrédulo — Hay que prepararte — grito animada.
— Pero no sabes ni a donde ir — responde burlón
— Claro que sí— respondo obvia, aunque la verdad no tenía la más mínima idea de donde se preparan
— ¿A dónde?
— A un gimnasio — sé a la perfección que allí practican boxeo aunque dudo mucho sobre si ese es un buen sitio para que Logan entrene, niega con la cabeza y me sonríe, pero una sonrisa de verdad.
Maldita sea, juro por Dios que es la sonrisa más hermosa que he visto en la vida.
¿Alguna vez han visto un atardecer en la playa? ¿Un amanecer en una montaña?
La misma sensación, la misma calma, la misma calidez, la misma magia, pero en su boca.
Llevo mi dedo instintivamente a un hoyuelo que se le forma en la mejilla, se sorprende ante mi acción tanto que se tensa, bajo la mano de su rostro y la escondo avergonzada.
— Lo siento — murmuro totalmente avergonzada, baja las escaleras ignorándome por completo, imito su acción y cuando estamos en la planta baja sorpresivamente me abraza.
Todo lo que pensé que en estos tres meses fue enterrado como: sentimientos, sensaciones, emociones, descontrol. Todo absolutamente todo sigue avivado, nunca murieron, solo quise pensar y hacerme creer eso.
Tratando de no llegar a mas o salirnos de control, me separo de sus brazos prácticamente obligándome hacerlo. Muevo una mano cerca de mi nariz y la muevo de un lado a otro.
— No sé desde cuando no te duchas, pero la necesitas ahora, hueles a pescado — bromeo, sujeta el cuello de su polo y se lo lleva a la nariz, al olerlo hace una mueca y asiente dándome la razón.
Se encamina nuevamente y sube las escaleras.
— No me tardo
Le regalo una sonrisa y se marcha, me dirijo al living y enciendo la televisión, paso más de quince minutos cambiando de canales, sin embargo, nada logra cautivarme hasta que encuentro Bob esponja.
Mi caricatura preferida desde que tengo memoria, me quedo tan entretenida mirando que no noto la presencia de Logan, carraspea y yo regreso a ver, me hace una seña con la cabeza en señal de irnos, niego con la cabeza y me quedo en mi sitio viendo a Bob.
— ¡Hey! Ya es hora de irnos
— ¡No! — chillo
— Noah, no seas infantil — le doy una mirada fulminante y este suspira resignado, toma asiento junto a mí y sonrío victoriosa. Cada cierto tiempo miro por el rabillo del ojo a Logan y de vez en cuando veo ciertas risitas que se esfuerza por ocultar.
Casi al final del episodio el castaño río a carcajadas. Cuando con asombro dirigí mi mirada hasta su lugar trato de callar las sonoras carcajadas, unió sus labios formando una línea recta, sin mucho éxito trato de hacerse el serio, pero en un segundo más del episodio no pudo aguantar más y sus carcajadas llenaron toda la habitación.
Cuando regrese a mirarlo por segunda vez se me enterneció el corazón, dudo mucho que alguna vez, Wendy o sus "amigos" hayan presenciado una sonrisa de verdad de su parte, dudo que siquiera alguna vez hubieran observado sus hoyuelos, hayan escuchado sus roncas, fuertes y preciosas carcajadas.
Estoy más que segura que nadie sabe que siquiera tiene una hermana, que nunca en la vida alguien se detuvo a conocerlo, y me siento completamente orgullosa de saber que quizá no fui la primera en ser un pilar en donde pueda derrumbarse, pero tuve el honor de haber secado sus lágrimas, de conocer su faceta más débil, tal vez no la primera pero si una de las muy pocas o quien sabe, única que ha conseguido que en su momento se abra conmigo.
Conocí al pequeño y débil Logan, del que tanto se ha esmerado por ocultar o quizá, incluso eliminar cualquier rastro de aquel pequeño.
Lo que él desconoce es que incluso quien tiene el corazón más frío puede enamorarse, lo fuerte puede romperse, lo puro corromperse, lo inteligente perder la cabeza, la luz volverse obscura, y el valiente puede temer
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Mi círculo vicioso (Completa)
Romance- No resulte ser un ángel del todo, no hago milagros - El ángel se equivocó al escoger que demonio rescatar - No me arrepiento de haberlo hecho - ¡Abre los ojos Noah! - grita - Te quiero - musito con los ojos cerrados, recogien...