Capítulo 51

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Me arrepiento rotundamente por haber prácticamente obligado a Logan que vayamos a ese lugar. Él me advirtió que sería mala idea y yo no quise escucharlo. Pero ahora lo que más me ronda es ¿Qué fue todo eso? ¿Por qué lo trataron de esa manera?

—¿Ya no voy a quedarme más con los abuelos? — pregunta Megan desde su asiento para niños. Ya llevamos media hora de camino, y desde que nos subimos al coche esta es la primera vez que alguien habla.

—No princesa, vas a regresar a vivir conmigo

La nena sonríe con ganas. Después de algunos minutos me atrevo hablar por fin.

—¿Estás bien? — pregunto

—Te dije que no era buena idea ir— afirma

—Lo siento

Tras eso nos quedamos en un profundo silencio, y nos sumergimos en una tención muy densa, tanto que podría cortarla con un cuchillo. Logan no me habla y prácticamente está ignorándome. Cuando llegamos Logan entra a su casa con una dormida Megan en brazos, sin siquiera darme una mirada. Entro a la habitación de Logan y por primera vez, me dirige una mirada, pero no de las que me estaba acostumbrando. Volvió a ser la misma mirada fría, y vacía. Por un momento me quedo en mi lugar estática sin saber que hacer o decir.

—Logan yo...

—¿Lo sientes mucho? Si ya lo sé— me espeta bruscamente

—Yo no tengo la culpa— farfullo medio alzando la voz

—Sí, sí que la tienes. Te advertí que no era buena idea. Pero siempre me presionas, quieres que haga lo que tú dices y ya. No escuchas razones

—No sabía que iba a pasar esto ¿vale? No sé nada de tu vida, tú no me hablas de tu pasado. ¿Cómo iba a saber que tu familia se comportaría de esa forma?

—Ellos no son mi familia, mi única familia es la niña que está dormida en la habitación de junto

No tengo idea porque, pero sus palabras me dolieron más de lo que deberían. Mi vista empieza a tornarse borrosa, pero me niego a volver a llorar frente a sus ojos.

—Sí, ahora llora. Hazte la jodida victima

—Está bien— murmuro. Entro al baño y me saco el vestido y los zapatos. Me visto con la ropa que tenía en el bolso. Cuando salgo Logan ya no está. Dejo el vestido perfectamente doblado sobre la cama, junto al collar de ángel que me obsequio y los zapatos.

Sí, probablemente yo tenga la culpa, pero eso no quiere decir que pueda tratarme de esta forma. Mis intenciones no eran que acabe peleándose con media, o toda su familia. Yo quería que se reconcilien.

En meses atrás probablemente me quedaría a recibir todos y cada uno de sus malos tratos. Como su saco de boxeo. Sin embargo, me encuentro agotada, tanto psicológica como físicamente, que prefiero marcharme.

La decepción me abruma aún más cuando cierro la puerta de entrada, y Logan no me ha detenido. Salgo a la avenida con mi bolso en manos y la poca dignidad que me queda. En el momento que doy el primer paso fuera de la casa de los Scott, mi corazón se oprime dolorosamente en mi pecho causando que llore desconsoladamente.

Cuando llego a casa me doy cuenta que son las doce de la noche, ya que mis vecinos empiezan a gritar y la pirotecnia se hace presente. Entro ignorando los gritos de mi madre y camino directamente hasta mi habitación. A estas alturas debo parecer un tomate llorón. No he parado de llorar, y mis ojos ya empiezan a doler. Cuando me tumbo en mi cama, ya he parado de llorar.

Tengo una tristeza incontenible, pero ya no tengo lágrimas.

<<No me busco, dejo que me marchara. No le importo como dice>> esto es lo único que se me pasa por la cabeza. Y sí, vuelvo arrepentirme por confiar en Logan; por haber accedido tan fácilmente a formar un vínculo fuerte, a sabiendas de sus comportamientos. Me deje llevar por la emoción del momento y palabras bonitas.

<<¡No quiero perderte de nuevo!>> son solo palabras banas, sin ningún significado para Logan.

<<¿Cómo fui tan ilusa para creer que esta vez sería diferente?>>

Camino hasta el baño y observo mi reflejo en el espejo; demacrada, pálida, mis parpados están manchados de negro, y mis ojos rojos y llorosos, mi nariz y mis mejillas rojas. Mi aspecto desastroso delata cuan mal me encuentro. Tengo un agujero enorme en el pecho, que incluso hace que duela respirar. Pero sigo aquí, de pie y respirando.

Me lavo la cara y me pongo mi pijama. Me tumbo en la cama y me obligo a ya no pensar más en el castaño, y sus palabras hirientes. Me cobijo y espero a caer en los brazos de Morfeo. Fuera de todo dolor y decepción que tiene la realidad. Mi vida.

Cierro los ojos y por unos minutos me permito imaginarme otra vida; una en la que Logan y yo estemos juntos, pero juntos de verdad. Tomados de la mano caminando y platicando, plácidamente en un parque. Se sentiría orgulloso de estar conmigo y no me diría cosas hirientes. Me llamara amor y me presentaría con sus amigos. Confiara en mí como yo en él y me hablaría sobre su pasado y sus temores. Al llegar la noche me dejaría en casa y me besara la frente en un tierno beso de despedida que para mí significaría más que uno en los labios. A la hora de irse, no querría marcharse, y yo tampoco querría que lo hiciera, pero al final, se despediría de mí y prometería llamarme cuando llegue a casa para darme las buenas noches.

Claro, todo eso solo son sueños e imaginaciones mías. Logan nunca me hablaría tiernamente, y si lo hiciera con lo gilipollas que es, me insultaría hasta el cansancio para compensar tres palabras bonitas.

Tal vez, y mi madre no estaba tan equivocada como creía... tal vez y la equivocada respecto a Logan soy yo. Probablemente yo no soy quien la vida le tiene deparado. No soy su salvación, ni su cura. Ni el la mía...


Mi círculo vicioso (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora