Un gran bullicio en el piso de abajo hace que vaya despertándome poco a poco. Me muevo de un lado a otro, para tratar de conciliar el sueño. Incluso me cubro hasta la cabeza y tapo mis orejas con las manos. Pero los fuertes gritos y alaridos de mi madre me terminan por despertar completamente.
<<¡Genial! Primer día del año y mi madre ya está gritando>>
A los pocos minutos de estar completamente despierta, las dagas vuelven a clavarse dentro de mi pecho haciendo que recuerde todo lo sucedido el día anterior. Instintivamente busco mi móvil por todos los lugares de la cama, y cuando lo encuentro, lo tomo apresuradamente para revisar si tengo algún mensaje o llamada de Logan, pero no tengo nada.
<<¡Ja! ¿qué creía? ¿qué me iba a llamar suplicándome perdón?>>
Con ira arrojo el teléfono al suelo y salgo de la cama. Lo vuelvo a levantar sabiendo que el aparato no tiene la culpa de nada. La culpa la tengo yo por ser tan ingenua como diría mi madre. Con toda la mala gana del mundo. camino arrastrando los pies hasta el baño. Ignoro los continuos alaridos de mi madre. Seguramente todo es dirigido a mí, y mi comportamiento, pero en este momento no tengo intención de escucharla. Mi vida ya es miserable en este momento, como que para ella venga con sus sermones. Cuando ingreso al baño. me tomo mi tiempo cepillándome los dientes y lavándome la cara.
Vuelvo a ver mi reflejo en el espejo y sigo siendo el mismo desastre que ayer. Mi apariencia es idéntica a mi estado de ánimo.
Abro la llave de agua caliente, y prosigo a desvestirme para ducharme. En el momento que me saco el polo por la cabeza escucho unos sonoros pasos subiendo por las escaleras. Solo ruego para que mi madre no empiece aporrear la puerta del baño para darme su sermón por lo sucedido anoche. Cuando termino de desvestirme, la puerta de mi habitación se abre. Ignorando eso, entro a la ducha y dejo que las gotas de agua caliente caigan sobre mi piel. Empiezo a sentir calma hasta que empiezan aporrear la puerta del baño.
Automáticamente los músculos de mi cuello se tensan.
<<¿No aguantar sus sermones hasta que acabe de ducharme? >>
—Estoy duchándome mamá, puedes dejar tu sermón para cuando termine— le grito. Suspiro y trato de volver a relajarme, pero cuando el pensamiento que quizá Jake este abajo porque mi madre pudo llamarle, hace que me preocupe aún más. Lo que menos soportaría en este momento es a Jake, y a los absurdos intentos de mi madre para ligarme con él.
—Noah— y me quedo con la mano a medio camino para ponerme el shampoo en el cabello. —abre la puta puerta— grita Logan al otro lado.
Los gritos que se escuchaban desde abajo eran porque Logan estaba en este lugar, pero ¿cómo carajo hizo para que Carmen lo deje pasar? Sus gritos avisaban que él no era bienvenido, y que primero pisaría el cielo, antes de dejarlo pasar hasta mi habitación. Este es el momento en donde menos quiero ver sus ojos grises. Necesito estar sola.
Sin siquiera cerrar la llave de agua, me envuelvo en un toalla y corro a sostener la puerta. Seguramente una de las ideas que pasa ahora por su cabeza es echar la puerta abajo.
—Voy a echarla abajo si no abres la jodida puerta— grita furioso. Sus golpes cada vez se hacen más fuertes.
—Vete— digo en un susurro que asumo, no escucha por sus golpes
—Noah— grita con más furia —por favor— lo último dice dando un golpe más suave, y con la voz en tono de súplica. Por un momento casi me dejo convencer, y casi abro la puerta.
—Vete Logan
—¡No! Joder no. Podemos hablar y...
—¿Y qué?— lo interrumpo. Se queda en silencio —eso pensé— digo en tono amargo. Empieza a aporrear de nuevo la puerta y a estas alturas ya estoy llorando.
—No puedes hacerme esto— grita desesperado
—Estás enfermo Logan. Necesitas ayuda, y yo no puedo ayudarte
Unos minutos después, el único ruido que se escucha es cuando la puerta se cierra. Me dejo caer en el ya, mojado suelo y me permite llorar libremente.
<<Es lo correcto>> me repito una y otra vez tratando de convencerme a mí misma, y a mi corazón. Con cada repetición el agujero en mi pecho se hace más. Me entran unas arcadas horribles, gateo pronto hasta el váter y desecho todo. Me recargo en una pared cercana, y escondo la cabeza entra mis piernas. Mis sollozos son el único sonido que se escuchan en todo el baño, pero no puedo detenerme. Duele mucho.
No recuerdo la última vez que llore de esta forma. De hecho, yo no acostumbraba a llorar en mi antiguo hogar. Había ocasiones en las que me deprimía, pero por una mala nota, o porque una mascota murió. Pero desde que llegue a este sitio, he llorado más de lo que he llorado en toda mi vida. Tengo más recuerdos amargos en estos cinco meses, que en mis diecisiete años. Claro en todo eso abarca mi madre, y el castaño. Descubrí cosas que nunca me hubiera imaginado.
Cuando mi cabello ya está casi seco, decido que ya es hora para dejar de dar pena. Ni siquiera vuelvo a la ducha a terminar lo que empecé, solo me vuelvo a enrollar la toalla y giro la perilla de la puerta. Camino monótonamente hasta mi cama, y me tumbo en ella. Cierro los ojos y trato de pensar en cosas diferentes, pero lo único que inunda mi cabeza en este momento son dos gemas grises preciosas.
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Mi círculo vicioso (Completa)
Romansa- No resulte ser un ángel del todo, no hago milagros - El ángel se equivocó al escoger que demonio rescatar - No me arrepiento de haberlo hecho - ¡Abre los ojos Noah! - grita - Te quiero - musito con los ojos cerrados, recogien...