Capítulo 18

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Logan

— Noah, Noah — murmuro moviéndola ligeramente de un hombro, joder, sí que tiene el sueño pesado, llevo más de cinco minutos así y no despierta — Noah — digo en tono más fuerte.

— ¿Qué? —dice frunciendo el entrecejo, sin abrir los ojos aun lo que me saca una sonrisa.

— Ya llegamos — digo en un tono suave, más de lo que quería en realidad, abre los ojos y se sienta de golpe, mira a través de las ventanas.

— ¿Qué lugar es este?

— Aquí esta Megan, ven, te voy a presentar a mis abuelos

Su cara es un poema, su sorpresa ante mis palabras es evidente.

— Prefiero esperar a que traigas a Megan

— Venga, vamos — digo tomando su mano y jalando de ella para que entre conmigo a la casa.

Toco el timbre y espero en el portón, Noah mira nerviosa cuando la puerta de entrada se abre, me da gracia ver que se encuentra nerviosa, pero prefiero no hacer ningún comentario sobre ello.

Noah

— Jorge, mira a quien tenemos aquí — dice emocionada una mujer, parece muy joven para ser la abuela de Logan, tiene los mismos ojos que sus nietos, su mismo gris, pero el suyo a diferencia del de Logan expresa una calidez única, se acerca a su nieto y apretuja sus mejillas no sin antes de besarlo.

— ¿Quién eres? — pregunta mirándome con una sonrisa radiante.

— Ella es Noah, Martha — responde Logan por mí

— Mucho gusto cariño— responde besándome ambas mejillas — Pero pasen, pasen, aquí hace frío

Miro a Logan en busca de una respuesta, el simplemente tira de mi mano haciendo entrar, es una casa preciosa, no con mucho lujo como la del castaño, pero realmente acogedora, una chimenea y un juego de muebles con unas mesitas de noche adornan el living.

— Siéntense, ahora traigo galletas y café — se pierde en la cocina y después de unos minutos el olor a café inunda mis fosas nasales.

— Logan — grita una voz chillona, Megan aparece y corre hacia su hermano, se abalanza sobre Logan y en cuestión de segundos esta apretujada en sus brazos.

— ¿Ya voy a volver contigo? — pregunta la pequeña con esperanza, este asiente y salen un momento del living, me quedo sola unos minutos hasta la llegada de la señora Martha.

— Ten cariño — dice mientras me extiende unas galletas junto al café.

— Gracias — murmuro

— Desde hace mucho tiempo, es la primera vez que Logan pisa esta casa, mi marido y yo creímos que nunca volvería — la voz se le quiebra a su pobre abuela, se seca algunas lágrimas que mojaron sus mejillas y me sonríe débilmente — Me alegra ver que mi querido nieto es feliz, ese brillo en sus ojos es extraordinario, eres una buena chica Noah

— ¿Por qué no venía Logan?

— Él te lo contara en su debido tiempo cariño, solo te puedo decir que Logan es así por diversas razones, porque su vida no fue fácil y sigo sin...

— ¿De qué hablan? — pregunta Logan interrumpiéndonos, las dos nos miramos cómplices y me llevo la taza de café a los labios para evitar una respuesta

— De nada cariño, solo le contaba de tus travesuras de niño — este se sonroja y asiente, deja a Megan en el suelo y ambos cogen un par de galletas, hago lo mismo y mis papilas gustativas se deleitan con el delicioso sabor.

— Megan ve a traer tus cosas, la abuela ya querrá descasar — la pequeña sale corriendo escaleras arriba.

— Promete que vas a volver Logan — dice con la voz cargada de esperanza, sus palabras sorprenden a su nieto sin embargo este con una mueca asiente.

Minutos después ya está Megan con una pequeña maleta y todos sus bracitos llenos de juguetes, a mi sorpresa no son barbies ni osos de peluche lo que sostiene, son carritos, muecos de acción, pistolas e incluso un balón de vóley.

— ¡Hey! Y tu uniforme de lacrosse — pregunta su hermano tomando la maleta y sacando un par de juguetes de sus manos

— En la maleta, aquí no he tenido con quien jugar — dice la pequeña haciendo morritos, sonrió y veo a Logan sonrojarse.

Se le cae el balón de vóley de las manos y yo lo recojo.

— Si quieres yo puedo jugar contigo y enseñarte a jugar vóley— me ofrezco, sus ojitos se iluminan de emoción y asiente frenéticamente varias veces, le sonrío y sujeto los juguetes que acaban de desparramarse.

Logan saca del portaequipaje un asiento de niño, lo coloca en la parte trasera, toma a Megan en brazos y la coloca en el asiento, cuando iba a abrochar los cinturones la pequeña le dio un manotazo diciendo que ella puede hacerlo sola.

Me causo gracia ya que paso cerca de quince minutos intentando ponerlos, no logro hacerlo y dándose por vencida le dio paso a Logan para que el los abroche correctamente.

Después de algún tiempo ya de viaje la nena empieza a bostezar y sus ojitos se ponen llorosos, sus lloriqueos se hicieron presentes hasta que Logan aparco el auto y la toma en brazos.

— Hey princesa, no llores, puedes dormir en tu asiento— ella niega con la cabeza y sorbe por la nariz.

Logan se sienta en la parte trasera con su hermana en brazos, le tararea una canción y ella poco a poco se va dejando caer en sueños.

— Noah

— ¿Si?

— ¿Puedes sujetar a Megan? Con ella en mis brazos no voy a poder conducir — asiento y rápidamente me pasa a Megan con sumo cuidado, una vez que la tengo en brazos la nena comienza a moverse incomoda pero no despierta.

Aliviados los dos echamos un largo suspiro, nos sentamos en nuestros lugares correspondientes, empieza a ventear un poco y Logan me pasa una manta con la que cobijo a su hermana.

— Noah — dice después de un largo momento de silencio — necesito de tu ayuda —

— ¿En qué? — pregunto intrigada

— Necesito que cuides de Megan para que yo pueda entrenar sin tener que preocuparme por ninguna de las dos

En modo de respuesta asiento simplemente y él me sonríe de vuelta en modo de agradecimiento.

— Y ¿En dónde la cuidare?

— Las dos vendrán conmigo en las tardes a un viejo gimnasio, allí tu cuidaras de ella y yo estaré tranquilo — sin ganas de pelear por el asunto y por su gana de tenernos vigiladas, decido no responder.

Mi círculo vicioso (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora