Capítulo 70

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Mientras conducimos hasta el hospital, mis nervios aumentan. Ha pasado sumamente deprisa el tiempo. Puedo decir que todo ha mejorado en mi salud. Mi anemia está muy bien controlada, y mis puntos los sacaran hoy. Desearía que mi vida amorosa este igual, mejorando cada día. Pero al parecer, a mi parecer, no hemos avanzado. Me sigue ocultando su vida, y cosas que son demasiado importantes. Por más que me haya prometido hacerlo, no lo ha hecho. Se niega hablar conmigo de su familia, y lo único que he conseguido saber es su segundo nombre. Una que otra cosa que le gusta hacer, y dos que tres anécdotas. A su diferencia, el me conoce más de lo que creería. O quisiera.

—Llegamos— dice la rubia. Aparca el coche, y yo dejo de lado mis cavilaciones. Mientras nos sumergimos en las instalaciones del hospital, reconozco a algunas enfermeras que les he tomado bastante cariño. Cuando aún no podía marchar a casa, me platicaban sobre sus pacientes, y me supieron dar apoyo. No puedo evitar sentir cierto cariño, y aprecio al hospital que me albergo durante un mes de mi vida.

Mientras nos sentamos en las sillas negras de espera, observo con detenimiento las paredes blancas con celeste. En el momento que el doctor Lancaster me nombra, mis nervios se desbordan, y se arremolinan en mi interior. Trago en seco, y le hago una seña a la rubia para que me acompañe.

El doctor, como siempre me saluda muy cordialmente. Me pide que me recueste sobre la camilla, y que me retire la blusa lila que llevo puesta. Me limpia el contorno de la herida, y saca todo lo necesario para deshacerse de mis puntos. Todo coloca sobre una especie de bandeja, y se coloca guantes de látex. Mi respiración se empieza agitar. Mi pensamiento no duda en afirmar que estaría mucho más tranquila si quien me acompañara fuera Logan.

—No te preocupes, no va a doler— realmente no temo a que duela. Pero tampoco sé a qué se debe tanto nerviosismo de mi parte. En el momento que acerca una tijera quirúrgica a mi ombligo, siento un leve pinchazo, pero nada insoportable. No ha demorado más de quince minutos en terminar su labor. Tampoco es que no me dolió como para necesitar anestesia, pero si fue una sensación molesta.

Me pide que, si me siento mal, no dude en volver. Le agradezco repetidas veces, y al fin, nos disponemos a marcharnos a casa.

—No ha quedado tan mal— me anima. Le sonrió en agradecimiento. Aunque la cicatriz que tengo en el abdomen será algo que me acompañe durante toda mi vida. El doctor me ha dado una alternativa para hacerla menos visible, pero le dicho que me lo pensare.

Gaby ya se marchado, y yo he trato de eludir mis pensamientos distrayéndome con cualquier cosa. He arreglado mi habitación, e incluso arreglado toda mi ropa por colores. Doble meticulosamente mis camisetas en los cajones. Incluso lavé las ventanas de mi habitación. Por último, arreglo las estanterías de mis libros, y me tumbo en la cama.

Cuando vuelvo a encender mi móvil, inmediatamente reviso si tengo un nuevo mensaje de Logan, y desafortunadamente no tengo nada. Dejando mi orgullo de lado, decido enviarle un mensaje yo.

20:34 HRS

Noah: Me ha ido bien, no me ha dolido nada

Logan: Ah, vale. Estoy cansado, nos vemos

Me deja desconcertada su frialdad, y no envió una respuesta. La opresión en mi pecho a seguido creciendo, y mientras me encontraba en el hospital, no he podido sentir que algo va mal. Me trago las ganas de llorar, y me meto bajo las sabanas obligándome a cerrar los ojos y dormir.

A la mañana siguiente, cuando salgo de la ducha, me quedo viendo el reflejo de mi cicatriz. El dolor cuando la bala impacto contra mi vientre, perforándome, me invade. El dolor era tan punzante, y penetrante, que no encuentro comparación. Recuerdo claramente como Logan trato de sujetarme con sus brazos para que mi cuerpo no impacte contra el suelo. Todo para mí se tornó en oscuridad, y silencio. Probablemente todo se volvió un caos, pero en mi mundo todo se oscurecía. Cuando Logan acudió a mí, podía ver claramente la desesperación en su mirada, y con pánico y manos temblorosas hizo presión en mi vientre.

Todavía no puedo reconocer si fue una lágrima, o una gota de lluvia lo que cayó sobre mi rostro. Aunque ya ha transcurrido dos meses y medio, desde mi despertar, para mi sigue el recuerdo intacto. Recuerdo a la perfección mi sangre embarrada en gran parte de su ropa, y manos; su olor nato me envolvió haciéndome sentir segura, cuando mi vida se iba poco a poco de mi cuerpo. Sus suplicas para que no cierre los ojos, y me quede a su lado. El temblor de su cuerpo, y el miedo reflejado en sus gemas grises. Con un dolor jodidamente penetrando, y con escasa fuerza, me negaba a dejar de mirar a Logan.

Quería memorizar su rostro, y el hermoso color de su iris. No quería que su recuerdo se desvaneciera. Un "te quiero" sincero broto de mi garganta, casi como un murmuro. Ese momento cerré los ojos satisfecha por habérselo dicho de una vez. Aun tras la oscuridad de mi mundo, había una luz. Sus suplicas y su voz eran mi esperanza para no caer en el pozo sin fondo.

No soy capaz de saber si cuando me recostaron sobre una camilla, solo fue una alucinación o realmente fue el grito desesperado de Logan diciendo que soy su novia. Pasado ese momento no recuerdo más.

No sé en qué momento empecé a llorar, pero mis mejillas están bañadas en lágrimas. Aunque me diesen la oportunidad de regresar al tiempo, y dejar que esa bala no impacte contra mi cuerpo, no lo haría. Seguiría soportando ese dolor una y otra vez. Por él. Aunque sea una eternidad, lo haría. Me seco las lágrimas y me visto con ropa más ligera ya que el clima ya no se encuentra tan frío.

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Seis capítulos más, y mi círculo vícioso llegara  su fin!!

Las amo con todo mi corazón..... 

Mi círculo vicioso (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora