Capítulo 40

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Logan me mira expectante en busca de una respuesta. Sin embargo, yo sigo maquilando en mi cabeza una respuesta más o menos aceptable. Me planteo preguntarle sobre que carta habla, pero descarto la idea tan rápido como llega. Ya que estamos hablando de Logan Scott y probablemente me lleve a casa solo para que la lea.

—No he podido leerla— medio miento, medio digo la verdad

Sus gemas grises me miran con tanta intensidad que me veo obligada a apartar la mirada.

—Entonces ¿por qué me has llamado?

<<¡Si Noah!¿por qué lo has llamado?>>

—¿Qué hora es?— pregunto en un vano intento de llevar la conversación a otro lado

—Se te da fatal desviar el tema— me dice sonriéndome con sus hoyuelos. Sus malditos y perfectos hoyuelos —Ahora responde

Literalmente trago grueso. La respiración se me acelera y las manos me empiezan a sudar. Inevitablemente atrapo mi labio inferior entre los dientes y me lo empiezo a morder.

—Yo... necesitaba una explicación— admito tanto para él como para mí. Fue costoso admitirlo en voz alta; mucho más de lo que imaginé — ¿por qué no estabas cuando desperté? ¿por qué estabas con ella? — me muerdo el labio para no echarme a llorar. Pero lo hago tan fuerte que el sabor metálico me llega al paladar y hago una mueca de dolor.

—No me dejaste explicarte— dice con tono brusco. Nada que ver con el tono que me hablo hace unos minutos atrás.

—Yo no... sabía que pensar— digo casi gritando. Me siento ofuscada y defraudada.

—Debiste dejarme explicártelo— me grita de vuelta

<<¿Por qué narices siempre acabamos gritándonos?>>

—En primera, no tendrías que explicarme nada. No debías estar con ella. — le ladro

—Deja de ser tan terca y escúchame

Tiene la respiración agitada. Sus aletas nasales se abren y se cierran bruscamente. Tiene las manos hecho puño a cada lado. La vena de su cuello esta hinchada y tiene la mandíbula completamente presionada.

Se a la perfección que no estoy siendo nada comprensiva con Logan. Pero tengo todo el jodido derecho a estar enojada. Yo no fui quien estuvo con un chico, ni la que apareció en el hospital en el coche del mismo.

¡Maldita sea! arriesgue mi vida por él. Mi madre perdió toda su confianza en mí a causa de Logan. Defraude a Carmen y me defraude a mí misma. Lo mínimo que puede hacer es darme una explicación.

Estoy volviendo a romper una promesa más por él. Sigo corriendo tras el castaño sin importarme nada. Pero de una u otra forma siempre termino mezclando mi camino con el suyo. No puedo mantenerme alejada de Logan. Lo sé y soy consciente de ello. Estoy hasta el último rincón de mi cuerpo contaminada por su veneno.

<<¡Estoy enamorada de Logan Scott!>>

Lo supe desde siempre. Pero es difícil admitir algo cuando sabes que ese algo es perjudicial para ti. Y mi chico de ojos grises destila peligro por todos sus poros. Es peligroso para sí mismo, y para mí aún más.

—Logan— musito con los ojos centrados en su espalda. No me responde. Está sentado a un costado de la cama con la cabeza enterrada en sus manos. Respira pesadamente y temo hablar más de la cuenta. No quiero volver a iniciar otra discusión. Aunque todo indica que somos propensos a pelear en cada encuentro. Necesito que me mire, que me hable.

Coloco mi mano en su hombro izquierdo para llamar su atención y me sorprende percibir que salta por mí tacto, como si lo repeliera. Paranoica me planto en su frente y le obligo a quitarse las manos del rostro.

<<¡Madre mía!>>

Es la primera vez desde que conozco a Logan Scott que veo tanto dolor reflejado, tanto en sus ojos como en su rostro. Salvo la ocasión cuando lo encontré en su casa destrozando todo. Esa noche lloro en mi regazo.

Se me parte el alma ver a mi chico malo de esta manera. Prefiero que este gritándome sin cesar o incluso aporreando una pared cercana. Verlo así me mata. En este momento incluso preferiría que me de sus típicas miradas gélidas.

Solo de ver su rostro lleno de dolor, hace que me duele el pecho. Como si quien lo sintiera fuera yo no él. Pero todo esto me lleva a maquinar más preguntas en mi cabeza. Y obviamente ninguna de ellas tiene respuesta.

No sé exactamente que decir o hacer. Simplemente tengo la necesidad de quedarme a su lado. No dejarlo solo.

Y así, hoy comprendí que, aunque me encuentre furiosa con Logan; siempre voy a estar para él. No importa cuán peleados o distanciados nos encontremos. Él es mi prioridad.

Quiero quitar las facciones de dolor en su ya de por si demacrado rostro. Deseo quitar cada sufrimiento de su vida y remplazarlo con felicidad.

—Mírame— le ordeno. Y arriesgándome a un rechazo más de su parte, con manos temblorosas acuno su rostro en mis manos. Cierra los ojos por mi tacto, como si disfrutara de mis caricias. Cuando deja a la luz sus gemas grises, tiene la respiración más calmada y su rostro ya no esta tan afligido. Pero sus ojos siguen trasmitiendo la misma angustia y dolor de un principio.

Siguen encontrándose apagados; sin brillo, sin vida.

—Logan... yo...—no estoy segura de lo que iba a decir. Pero Logan niega con la cabeza y pone un dedo sobre mis labios indicándome que guarde silencio. Su simple contacto con mi piel logra que me derrita. Tiemblo ligeramente y agradezco que Logan no sé percate de ello cuando despega su índice de mis labios.

—Escúchame— medio ordena, medio pide.

Asiento sin mediar palabra y en un intento de alejarme de su cuerpo, me apoyo en la cabecera de la cama. Si sigo manteniéndome tan cerca de su cuerpo, no sé hasta qué punto pueda soportar antes de unir sus labios contra los míos. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que saboree sus labios. La boca se me seca en cuestión de segundos y ladeo la cabeza para no dar paso en este momento a mis pecaminosos pensamientos. No es el momento. Y antes que nada necesito escuchar su explicación, necesito que me diga la verdad. 

Mi círculo vicioso (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora