Niall
Debido a la diferencia de horarios entre Estados Unidos e Inglaterra, me quedé toda la noche hablando con Alejandra por teléfono. Traté de animarla diciendo estupideces y de vez en cuando daba el resultado que quería, pero aun así no fue suficiente.
Colgamos cuando aquí las manecillas del reloj marcaron las cinco de la mañana con treinta minutos. Dejándome así, solo una hora y media para dormir antes de levantarme y alistarme para ir al instituto. De todos modos, había valido la pena.
El instituto.
En este momento no tenía ganas de saber de aquel lugar. Tanto por las tareas y el aburrimiento que nos brindan algunas materias, había algo que hacía que se sobrepase mi límite. Y al decir algo me refiero al imbécil de Harry Styles.
Y ahora que sé qué es lo que tramaba y logró su cometido, me hacía sentir furioso. Pero más conmigo que con él. Por el simple hecho de que no pude hacer nada para impedirlo. Alejandra salió lastimada. Tanto física como emocionalmente. Y ella no se merecía aquello. Definitivamente no lo hacía.
Una vez más me sentía un completo imbécil. Yo le había prometido que la cuidaría y que no dejaría que le pasara nada, ¿y qué sucedió? Le había fallado. Otra vez. Y eso solo me hacía sentirme como un completo estúpido. Como un completo imbécil, inútil e incluso más. Le prometí cosas las cuales no cumplí. Y me arrepiento de corazón. Me dan ganas de golpearme hasta quedar como ella quedo o incluso peor. Porque yo si lo merecía.
Yo debí hacer recibido aquellos jalones en el cabello y aquellas patadas en el estómago. No ella– y claramente yo hubiera podido soportar más aquel dolor que ella pero aun así, fue ella la que sufrió en ese momento. No yo–.
Y aunque en este momento sí me encuentre sufriendo por saber cómo se sentía ella, no se compararía jamás con su sufrimiento, con el dolor que ella tuvo que soportar. Porque yo no había vivido eso.
Mientras me arrepentía de lo sucedido y daba vueltas en la cama, el tiempo se iba. Y cuando menos me di cuenta, el sonido de mi despertador se escuchó fuertemente por toda mi habitación. Deje que sonara por unos segundos antes de apagarlo. No tenía humor para levantarme de la cama siquiera.
Arrastrando los pies caminé hacia mi baño y tome una duche de, al menos, unos quince a veinte minutos. Finalmente, salí del baño después de unos diez minutos más.
De mi ropero extraje unos bóxers grises de Calvin Klein y me los coloqué. Un par de jeans, una camiseta manga larga de color café con coderas marcadas color café más oscuro y unas vans –también cafés– para hombre. Una vez vestido, voltee fijando mi vista en mi ropero nuevamente y me quedé ahí, con la mirada perdida.
Estuve así como por unos dos minutos y reaccione. Parecía un completo estúpido así. Fije mi vista en el reloj que me había calzado en la muñeca izquierda. 7:40am. Tenía veinte minutos hasta que el timbre de entrada a la primera clase del día sonara.
Baje las escaleras y mi madre se encontraba en la cocina junto a Lucy. Sonreí al ver a Lucy con dos trenzas en el cabello y una sonrisa enorme. Veía su cereal atentamente mientras intentaba coger los granos que eran del mismo color. Al sentir mi presencia, levanto la vista en mi dirección.
— ¡Manito! –gritó. Sonreí aún más grande.
— Buenos días, princesa. Hola, mamá —saludé a ambas.
— ¿Adivina qué? –me pregunto Lucy.
— ¿Qué? –dije mientras tomaba asiento a su lado y comenzaba a prepararme un sándwich con mantequilla.
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Bullying, Anorexia y un Angel - Niall Horan
FanfictionAlejandra Distent: Una chica de dieciséis años. Sufre de abuso escolar: Bullying, y sufre de problemas alimenticios y autoestima: Anorexia. Con marcas en diversas partes del cuerpo: Auto-lastimarse/Auto-desprecio. Niall Horan: Uno de los mejores j...