Capitulo 37

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Alejandra

Cerré la laptop luego de apagarla y la dejé en el escritorio que tenía en mi habitación. Abrí las puertas de mi armario y cogí el pijama. Me encaminé al baño para darme un ducha rápida. Quería despejar mis pensamientos.

Antes de entrar al baño, decidí ir al baño de la habitación de mi padre para sacar la balanza que había ahí. Debido a que mi padre ya se encontraba dormido, saqué la balanza con delicadeza y sin hacer algún sonido que despertara a mi padre.

Una vez llegué a mi habitación nuevamente, me adentré al baño y dejé la balanza en el suelo. Luego de despojarme de la ropa que llevaba puesta y quedar en ropa interior, me subí a la balanza.

47 kg.

Había subido tres kilos en esta última semana. Eso era demasiado tomando en cuenta que era solo una semana. Sonreí abiertamente orgullosa de mi misma y bajé de la balanza. Terminé de desvestirme y entré a la ducha.

Diez minutos después me encontraba vistiéndome con el pijama. Me lavé los dientes y luego de hacer mis necesidades salí del baño.

Me recosté en la mi cama y cogí el móvil. Entré a mis mensajes esperando tener alguno de Alex. No había nada de él.

Veintitrés mensajes de Kat, uno Patrick y otro de Niall. Abrí los mensajes de Kat;

MUJEEEEEEEEEER! Mañana a mi casa, no te olvides. Trae ropa para dormir

Amiga británica, contestameeeeeee

Alejandraaaaaaaa

Reí a causa de su insistencia ya que todos los mensajes decía prácticamente lo mismo. Le respondí con un Vale, ahí estaré.

Abrí el mensaje de Patrick el cual hizo que suelte carcajadas.

Por favor, contéstale a Kat que está desesperada, me llenó de mensajes diciendo que no le contestabas. CONTESTALE!!!!! Por favor

Por último, abrí el mensaje de Niall.

Buenas noches, princesa. Duerme bien, hablamos mañana. Te quiero, bye xx

Sonreí como una tonta. Le respondí con un Buenas noches a ti también, igual te quiero xx

Dejé el móvil en mi mesa de noche y luego de apagar la luz me adentré a las sabanas para dormir. Segundas antes de caer en brazos de Morfeo, reaccioné.

En verdad me gustaba Niall.

(...)

— Adiós, pa, iré a lo de Katherine –él asintió y besó mi mejilla. Notó el bolso en mi mano derecha y habló.

— ¿Te quedarás a dormir? –asentí–. ¿Irán estos chicos... Patricio y Troye? –asentí.

— Patrick y Tyler, papá –corregí.

— No estoy de acuerdo con que vayas –sentenció.

— ¿Por qué?

— Son hombres, hija.

— Lo sé, y uno de ellos es gay.

— ¿Y el otro?

— Es un chico ejemplar, papá, por favor –le hice carita de perro.

Siempre ganaba con esa cara.

— Vale –accedió luego de unos segundos–. Me llamas por cualquier cosa –asentí.

— Gracias, pa –besé su mejilla–. Nos vemos –salí del apartamento.

Bajé por el ascensor y en menos de diez segundos me encontraba fuera del edificio frente al auto de Patrick.

Bullying, Anorexia y un Angel - Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora