Capitulo 20

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Niall

Una vez que Zayn se fue, regresé a mi casa. Al llegar me preparé un sándwich de jamón con queso para luego sentarme en la mesa de la cocina con mi madre a comer.

— ¿Dónde has estado toda la tarde? –preguntó una vez que me senté frente a ella.

— Con Zayn, tiene una cita y quiso ayuda.

— Zayn ¿una cita? –asentí– ¿Quién es la afortunada?

— Una chica que ingresó hace no más de un mes al instituto. Su nombre es Andrea Roca.

— ¿Roca? –volví a asentir– Por casualidad, su madre no es Roxana?

— No tengo idea. –respondí– Solo sé que su padre es un famoso ginecólogo en España.

— Su apellido me es muy conocido, y más con ese nombre, pero ya me fui del tema. Zayn debe de estar hechizado por esa chica, ya que, según sé, Zayn nunca tuvo novias. –de haber tenido, ha tenido, pero nada serio, pensé.

— La verdad es que sí. Ha estado muy nervioso esta tarde, pero creo yo, mañana ya serán novios. –seguí comiendo.

— Me alegro por Zayn. –se quedó callada para tomar un sorbo de su té– ¿Y tú? –fruncí el ceño.

— ¿Yo qué? –tomé de mi jugo.

— ¿Alguna chica de la cual quieras hablar? ¿Alguna chica que quieras conquistar? –me atraganté con la bebida.

— No. –dije en medio de tos.

— Ya tienes diecisiete Niall, creo que te vendría bien una novia.

— No necesito una chica ahora má, estoy bien teniendo a una mujer hermosa como mi madre y a una piojita como hermana. –ella carcajeó.

— Hablando de esa "piojita" –hizo comillas en el aire– Se ha puesto triste porque no llegaste y ha preguntado por una tal Alejandra. –sonreí inconscientemente al oír su nombre– Un momento ahí... –me señaló con su dedo índice– Algo me dice que sientes algo por esa tal Alejandra. –negué al instante.

— No, a más de amigos no. Además, es solo una amiga la cual ayudo con un problema que tiene.

— ¿Problema familiar? –negué.

— Tiene el mismo problema que la peque. –los ojos de mi madre se abrieron como dos huevos fritos, totalmente sorprendida– La ayudo con ese trema. Y con más razón si es que aún puede salvarse.

— Me alegro que la ayudes. –asentí dándole el último mordisco a mi delicioso sándwich.

— ¿Lucy ya comió? –cambié de tema

— No, no tenía hambre y la castigué. Dejé un vaso de leche y su tazón de cereal en el frigorífico. ¿Puedes intentar hacer que coma? Yo cogeré todo esto y lo dejaré en el lavavajillas. –asentí.

Cogí las cosas del frigorífico. Un vaso de My Little Pony y un tazón de La Cenicienta. Salí de la cocina y subí las escaleras parta luego tocar la puerta de la habitación de Lucy. Toqué la puerta y ya que nadie me contesto, abrí.

— ¡Manito! –gritó al verme entrar. Se paró en la cama y me extendió sus bracitos. Dejé el vaso y el tazón en su mesita y la cargué. Le di muchos besos en sus mejillas riojitas para darle el último en su coronilla.

— ¿Por qué no respondiste cuando toqué la puerta?

— Pensé que eras mami. Estoy enojada con ella y no quería hablarle.

Bullying, Anorexia y un Angel - Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora