Alejandra
Dijo que no lo volvería a hacer y aún así sucedió otra vez.
Después de haber aceptado la ayuda que me ofrecía, totalmente en contra de mi voluntad, y haberlo contado mis problemas volvió a hacerlo. Sentir el impacto de la palma de su mano contra mi mejilla fue algo que no esperaba. Noté que se estaba enojando cada vez más con el tiempo, pero en serio le creí cuando dijo que no volvería a golpearme y no creí que lo fuese a hacer. Sus palabras antes de hacerlo me destruyeron por completo.
Muérete de una vez.
Fue otro golpe –de palabras– inesperado. Él, considerándose mi amigo y diciendo aquello, sabiendo por todo lo que he pasado y seguía pasando, había dicho aquellas palabras sin pensarlo dos veces. Reía tristemente en mi interior con aquel comentario. Tranquilo, que al paso que vamos, sucederá pronto.
Al segundo de haber cerrado la puerta del baño, sabía que él seguiría ahí, en mi habitación, así que decidí esperar unos minutos hasta creer que se había ido ya, todavía llorando. Me separé de la puerta, en donde había estado apoyada mojando mi rostro con lágrimas y me acerqué a los cajones del baño. Abrí el primero, sabiendo exactamente dónde y qué estaba buscando. Una bolsa doblada con un papel dentro, también doblado. Abrí la bolsa, extrayendo aquel papel de su interior con cuidado. Apoyé el papel sobre el mármol al lado del lavamanos y comencé a desdoblarlo, dejando a la vista un hoja de gillette.
Dejé caer mis manos sobre el mármol a ambos lado de lo que tenía frente a mí, con la cabeza gacha y soltando un suspiro entre el llanto que no había cesado. Tras procesar lo que haría, recorrí la manga larga de mi pijama de mi brazo izquierdo hasta llegar a mi codo, dejando a la vista mi antebrazo lleno de cicatrices. Cogí con la mano derecha aquella hoja y analicé mi antebrazo descubierto, viendo dónde rasgaría mi piel en unos instantes. Tras encontrarlo, solté otro suspiro y apoyé la hoja sobre el sector elegido, deslizándola haciendo un poco de presión para que cortara la superficie de la piel.
Arrugué el rostro ante el ardor que aquello me había causado, prestándole más atención a aquel dolor que al que sentí dentro, porque de eso se trataba. Reemplazar el dolor emocional por el físico. Muchas personas dicen que es estúpido, que es para llamar la atención, pero eso es porque ellos no saben lo que aquel pequeño corte, aquella pequeña herida, podía lograr. Mi total atención estaba completamente en la herida, en el ardor que aquella hoja me había producido y no estaba pensando en lo demás, no tenía porqué. La nueva apertura en las primeras capaz de piel de mi antebrazo eran mi manera de lidiar con el dolor que llevaba adentro.
Cerré los ojos con fuerza por un momento, mordiendo mi labio inferior ante el ardor que la herida reciente me produjo. Tuve que abrir mis ojos rápidamente al sentir cómo algo líquido se desplazaba por alrededor de mi brazo hasta caer sobre el lavamanos.
Creí que sería una de las miles de lágrimas que continuaban saliendo de mis ojos, pero, al parecer, el corte había sido un poco más profundo de lo que había planeado, logrando que cierta cantidad de sangre brotara de la herida. Solté la hoja de gillette instantáneamente dejándola caer sobre el mármol y cogí el papel que antes la envolvía, presionándolo sobre el corte, intentando detener la hemorragia.
Tardé unos segundos hasta que pude retirar el papel sin volver a tener una cantidad no común de sangre saliendo de la herida. Arrugué el rostro sabiendo cuál era el proceso que realizaba cuando presionaba mucho al cortar, haciendo la herida más profunda de lo normal. Me incliné hacia el último cajón, extrayendo mi botiquín de su interior y dándole un empujón con mi pie para que se cerrase una vez volví a estar correctamente parada. Abrí el botiquín, encontrando a simple vista lo que necesitaba.
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Bullying, Anorexia y un Angel - Niall Horan
Hayran KurguAlejandra Distent: Una chica de dieciséis años. Sufre de abuso escolar: Bullying, y sufre de problemas alimenticios y autoestima: Anorexia. Con marcas en diversas partes del cuerpo: Auto-lastimarse/Auto-desprecio. Niall Horan: Uno de los mejores j...