Alejandra
Un sonido proveniente de abajo hizo que me despertara.
Un grito.
Hice el intento de levantarme de la cama para poder ver de qué se trataba, pero algo me impidió hacerlo. Bajé la vista hacia aquel impedimento, siendo un brazo posado sobre mi cintura, rodeándome el cuerpo. Giré la cabeza para poder ver al dueño de aquel brazo. Niall estaba tranquilamente dormido a mi lado.
Otro grito.
Fruncí el ceño al darme cuenta de la voz que podía notarse a través del grito. Se trataba de mi madre. Ahora, claramente preocupada sabiendo que mi madre estaba gritando, sujeté el brazo de Niall y comencé a moverlo de lado a lado, sacudiéndolo para intentar que él se despertara, pero no lo estaba logrando.
— Niall –susurré, todavía agitando su brazo–. Niall –dije un poco más fuerte, pero seguía obteniendo el mismo resultado: Nada–. ¡Niall! –grité.
Despertó, sentándose rápidamente por el susto que le había causado mi grito. Miró de lado a lado, como si estuviera asegurándose de que todo a su alrededor estuviera bien. Luego, volteó la cabeza en mi dirección, mirándome con el ceño fruncido.
— ¿Qué es lo que te sucede? –dijo en un susurro gritado.
— Mi madre acaba de llegar y... –otro grito se escuchó, esta vez diciendo mi nombre a diferencia de las anteriores dos–, eso pasó. Debes irte.
Seguía con el ceño fruncido, intentando procesar la información que le acababa de dar. No pasó ni un segundo hasta que la expresión de su cara cambió y se levantó de la cama. Esta vez fui yo la que frunció el ceño.
— ¿Qué?
— Creo saber porque tu madre está gritando –respondió.
Antes de poder pedirle una explicación, la puerta de mi habitación se abrió de golpe, dándole paso a mi madre con la cara asustada. Al segundo en el que su mirada conectó con la mía, trotó hacia mi y me abrazó. Podía sentirla temblando.
— Alejandra, hija. ¿Estás bien? –sujetó mi rostro con ambas manos y me besó la frente.
— Si –respondí completamente confundida por su comportamiento–. ¿Por qué no debería estarlo?
— U-un ladrón- la puerta de casa- l-la ventana –fruncí el ceño sin entender qué era lo que trataba de decirme.
Niall carraspeó, llamando nuestra atención.
— Si, bueno –se rascó la nuca, nervioso–. Ese es el porqué del del por qué tu madre estaba gritando.
Tanto mi madre como yo estábamos confundidas, yo más al no saber qué era exactamente lo que pasaba.
— ¿Tú quién eres? –preguntó mi madre.
Un poco asustada por una posible reacción negativa por tener a un chico dentro de mi habitación, volteé para ver el rostro de mi madre, llevándome un sorpresa. Su ceño estaba ligeramente fruncido, pero una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios.
Y lo entendí al instante. Yo nunca había traído a alguien a casa.
— Niall Horan – se presentó, estirándole la mano para darle un apretón por sobre la cama.
Tragué con fuerza a ver cómo la mirada de mi madre sobre Niall cambiaba. Ya no tenía una posible sonrisa en el rostro, ahora se veía seria, molesta. Era bastante obvio el por qué. Mi madre, aquella a quien le cuento varias cosas, sabía que sufría de acoso escolar. No, nunca me atreví a decirle lo que en verdad me hacían. Solo mencioné insultos, nunca mencioné nada más. Ella conocía algunos nombre que yo le había dicho, entre ellos el de Niall.
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Bullying, Anorexia y un Angel - Niall Horan
ФанфикAlejandra Distent: Una chica de dieciséis años. Sufre de abuso escolar: Bullying, y sufre de problemas alimenticios y autoestima: Anorexia. Con marcas en diversas partes del cuerpo: Auto-lastimarse/Auto-desprecio. Niall Horan: Uno de los mejores j...