Capitulo 18

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Niall

¿Y si Harry de nuevo está golpeándola en el baño de la biblioteca? No habría nadie quien pueda salvarla, yo debería ir en este momento. Me paré rápidamente llamando la atención de Zayn y de algunos de mis compañeros que estaban alrededor mío. Caminé hasta el escritorio del profesor y carraspeé para llamar su atención.

— ¿Cuál es su problema, señor Horan? –levanto la cabeza y me vio.

— Ehm... ¿puedo ir al baño? –excusé.

— Acaban de llegar del receso, señor Horan, lo lamento pero no lo dejaré. Para algo tiene el receso. –volvió la vista a los exámenes que revisaba. Mierda.

— Por favor Prof. Fred, necesito ir al baño, es urgente. –se sacó los lentes de mala gana y me miro serio con el ceño fruncido.

— Que esta sea la primera y última vez que pasa esto señor Horan. –yo asentí.

— Si, la última, gracias profe.

Sin más salí corriendo por la puerta. Corrí lo más rápido que pude hacia el baño de la biblioteca. Mierda. Justo me tenía que tocar el salón que se encontraba al otro lado de la biblioteca. Bajé las escaleras de dos en dos, e incluso de tres en tres pero casi me caigo. El salón de física estaba en la tercera planta y la biblioteca en la primera.

Cuando llegué escuché lo que en este momento era lo que yo más temía. Escuchaba los sollozos y los llantos de una chica en el baño de hombres. Alejandra, podría reconocer sus llantos. Me acerqué a la puerta que estaba ligeramente abierta y logré verla. Estaba en una esquina del baño abrazada a sus piernas con el pelo en su rostro. Solo podía verle el lado derecho de su rostro. Estaba sin su campera, su manga larga tenía una manga desecha, rota, al igual que en la parte de su estómago y llevaba mal puesto el pantalón de buzo.

Miraba a un punto fijo con temor. Como si en cualquier momento le fuese a llegar algo. Entonces me di cuenta que miraba a Harry. Él estaba de espaldas a ella con la cabeza recostada en su brazo que estaba apoyado en la pared. No sabía qué hacer. Algo me decía que entrase pero no podía. Mis piernas no querían hacerle caso a mi cerebro.

Harry comenzó a moverse y camino lentamente a Alejandra. Sus sollozos se hicieron más fuerte y bajó la cabeza. Como si le diera el permiso y el espacio necesario para que el pueda golpearla. Él pateó. Le dio en la pierna y luego le jaló el pelo con la mano derecha para lanzarla al suelo y dejarla tendida, de una manera en la que le fue más fácil patearla. Ella se estaba dejando, no ponía ni una resistencia. Él la seguía pateando y ella lloraba más fuerte.

— ¡Que te calles mierda! –reaccioné.

Entré y ambos se sorprendieron. Le lancé un golpe en la mandíbula a Harry y luego uno en el estómago, dejándolo en el piso, le di una pequeña patada en las cotillas, así como él le daba las patadas en las cotillas a Alejandra pero más suave. Puede que quiera matarlo pero no seré un animal como él. Cogí la campera de Alejandra que se encontraba en una de las cabinas de los baños y luego la ayudé a pararse con delicadeza pero rapidez.

La cargué como a un bebé y la llevé al baño de mujeres que se encertaba al lado del de hombres. La dejé en el suelo, cerré la puerta con candado, coloqué su campera alrededor de la perilla para que sea complicado abrirla y me acerqué a ella que seguía sollozando. Se tapaba la cara con sus manos y se hizo como una bolita llevando sus piernas hacia su pecho, esperando algún golpe.

— Sabes que no te golpearé, puedes calmarte por favor... –le susurré delicadamente, ella negó con la cabeza– ¿Dudas de mí? –ella volvió a negar dejando escapar un sollozo– Déjame ver tu rostro por favor.

Bullying, Anorexia y un Angel - Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora