Capítulo 44

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Narra Ashley

"Un gusto", dije sonriendo de lado.

"El gusto es mío", respondió Axel coqueto. Solté una risita. "Te invito un trago", señaló detrás de él, indicando el bar. Asentí despreocupada y me hizo una señal para que lo siguiera.

Al llegar, pedimos al barman dos vodkas, uno para Axel y otro para mí.

"Y dime, Ashley... ¿Buscabas a tu novio?", preguntó Axel alzando una ceja. Negué tomando un sorbo de mi vodka.

"No tengo novio", reí nerviosa. "Busco a mi hermano o a mis primos", hice una mueca, "Los perdí justamente aquí", dije mirando a mi alrededor.

"¿Tu hermano?" Asentí. "¿Cómo se llama?" preguntó, dirigiéndome una rápida mirada antes de tomar un sorbo de su trago.

"Logan", respondí, rodeando el borde del vaso con una uña. "¿Lo conoces?", pregunté ladeando la cabeza. Axel asintió, mirando sus manos unos segundos antes de dirigir su penetrante mirada hacia mis ojos.

"Claro que lo conozco... Lo vi subiendo aquellas escaleras", dijo señalando detrás de él.

Miré hacia la dirección donde estaban las escaleras y dudé en subir; se veían bastante escalofriantes.

"¿En serio lo viste subir?" pregunté preocupada. Axel asintió, bebiendo otro sorbo de su trago.

"¿Escalofriante, no?" preguntó también mirando aquellas oscuras escaleras.

"Mucho", susurré.

"¿Quieres que te acompañe a ver si realmente está tu hermano ahí?" preguntó, regalándome una mirada de preocupación.

"Si quieres", dije encogiéndome de hombros. Bebí mi trago al seco, lo dejé nuevamente en la barra agradeciéndole al barman, y me giré para subir rápidamente las escaleras, con un Axel sonriente detrás de mí.

En el segundo piso se encontraban tres habitaciones, una a mi izquierda, otra a mi derecha y la última al final del pasillo.

Aceleré con lágrimas amenazando con salir, aunque me prometí a mí misma no derramar ninguna. No podía creer lo ingenua que fui, lo tonta que fui al creer en su fachada de chico bueno.

Cada vez que apretaba el volante, sentía cómo mis manos temblaban con furia contenida. ¿Cómo pude permitir que este desgraciado me hiciera sentir así? La traición y la rabia se mezclaban dentro de mí, ardiendo como una hoguera incontrolable.

Miré hacia mi izquierda y vi el coche de Axel acercándose, su presencia solo aumentaba mi determinación. Aceleré aún más, sintiendo el rugido del motor como una liberación de mis propias emociones.

Cada curva, cada recta, era una batalla interna contra mis propios demonios. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué tenía que haber caído en sus mentiras?

Con una mano, apartaba con furia las lágrimas que se derramaban, mientras mi corazón latía con tal intensidad que parecía querer liberarse de mi pecho, como si estuviera empeñado en huir de la tormenta emocional que lo aprisionaba.

Finalmente, divisé la meta a lo lejos. Era como un faro en medio de la oscuridad de mis pensamientos. Aceleré con más determinación, con más furia, con más deseo de dejar atrás todo el dolor que este hombre había causado en mi vida.

Un poco más y le ganaría a este idiota. Aceleré aún más y con un poco más de presión mental, logré llegar primero. Me detuve y bajé del coche, sintiendo una mezcla de alivio y agotamiento. Mis piernas temblaban, mi corazón seguía latiendo con fuerza, pero esta vez era por la emoción de haber vencido a mis propios demonios.

Mi Imbécil. (Libro 1) [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora