Capítulo 59

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Narra Connor

Después de aquel incidente con Manson y mi hermano, nos dirigimos rápidamente hacia la casa de Manson para que él buscara todas las cosas necesarias para atacar a Axel en caso de que nos enfrentemos a él.

Luego de eso, seguí las indicaciones de Manson y comencé a conducir hacia las afueras de la ciudad.

Llevaba más de una hora y media conduciendo, y el cansancio estaba haciéndose notar en todo mi cuerpo. Me sentía débil.

Era de noche y el lugar estaba completamente a oscuras. El silencio me relajaba como nunca antes. Tanto mi hermano como Manson iban dormidos y no tenía distracción alguna.

Mis ojos comenzaron a cerrarse poco a poco, y observaba a mi alrededor cada vez más borroso. Me dejé llevar por el sueño, cerré los ojos y solo faltaron segundos para que me quedara inconsciente mientras conducía.

Abrí los ojos de golpe, desorientado, y frené de sopetón mientras miraba hacia todos lados asustado y nervioso. Podía escuchar gruñidos de dolor por parte de Manson y quejas por parte de mi hermano.

Por poco provoco un accidente.

—¿Qué pasó, Connor? ¿Por qué frenaste de esa manera? —Murmuró Jack, adormilado, dirigiéndome una rápida mirada.

—Me quedé dormido conduciendo. —Dije con la respiración agitada. Jack abrió sus ojos como platos.

—¿Qué tú, qué? —Gritó al unísono con Manson, que ni siquiera se acordó del dolor de su brazo. Tragué saliva asustado por lo que acababa de ocurrir. Tenía el pulso acelerado a causa de los nervios y mis vellos completamente erizados.

Después de calmar mi respiración agitada, observé por el retrovisor a Manson, quien suspiró cerrando los ojos mientras tragaba saliva.

—¿Quieres que conduzca yo? —Preguntó, resfregándose los ojos. Asentí apenado. —Está bien. —Dijo, y salió del coche. Copié su acción y me introduje en la parte trasera del coche, cerrando la puerta a mi costado.

Segundos más tarde, la puerta se abrió y Manson se subió al asiento del conductor para conducir hacia un lugar en particular.

Cerré los ojos y rápidamente caí en los brazos de Morfeo.

(...)

Desperté con un sobresalto cuando Jack me sacudió suavemente.

—Hermano, despierta. Debemos vigilar a Axel desde la distancia por un tiempo—, susurró. El simple hecho de escuchar el nombre de ese individuo despreciable activó todo mi sistema de odio y asco. Me incorporé bostezando y observé el panorama a mi alrededor.

Estábamos a unos cuantos metros de una mansión que más parecía una especie de cabaña, con las esquinas iluminadas y el centro completamente oscuro, lo que le daba un aire tenebroso. Había cuatro hombres en la puerta, caminando de izquierda a derecha vigilando el lugar, lo que me hizo sonreír complacido ante la mera posibilidad de que Axel se encontrara allí.

—¿Y Manson?—, pregunté al percatarme de que el chico no se encontraba en el coche.

—Fue a orinar, hacia los arbustos—, murmuró Jack, mirándome por el retrovisor. Solté una suave risita entre dientes y observé a uno de los hombres acercarse al que estaba en la puerta y susurrarle algo al oído. Me tensé.

Jack parecía estar observando lo mismo que yo, pues rápidamente me miró preocupado.

—¿Crees que nos hayan visto o algo por el estilo?—, preguntó, girándose para mirarme más cómodamente. Fruncí el ceño.

Mi Imbécil. (Libro 1) [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora