9.Sueltame

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Ya era de mañana y Harry no despertaba, me preocupaba un poco pero no le quería dar tanta importancia.

—MADISON— escuche mi nombre al otro lado de la habitación.

—QUE—grite de vuelta.

—DESPERTÓ— volvió a  gritar Jade, me dirigí a la habitación en donde estaba Harry.

—¿Pero que mierda?—jalo Harry sus manos y pies con fuerza.

— Oww el niñero dijo una mala palabra — dijo mi mejor amiga con un tono dulce, mientras mi niñero me miraba con ira.

—Sueltame.

—No —Sonreí.

—Agradece que aun sigues con ropa— dijo Jade con un pedazo de pizza en la mano.

—Jade ¿ese no es mi trozo de pizza?— pregunte.

— No, bueno si, pero como hay de sobra —dijo Jade y Harry  rodó los ojos.

—Bueno, no por mucho seguirás con ropa —dije con un tono de firmeza y frialdad para después salir por la puerta seguida de Jade.

—¿Que harás con el? — dijo Jade con la boca llena.

—Jade necesito que no entres a esa habitación, solamente yo puedo entrar ahí ¿okay?.

—Okay — dijo Jade alzando los hombros.

...

Ya era tarde y Harry no había comido nada, eran las  cuatro de la tarde y yo estaba lista para mi plan, me dirigí a la habitación en donde estaba Harry y abrí la puerta lentamente, el estaba con su boca un poco entreabierta, estaba dormido.
Me dirigí a la cocina por un vaso con agua y volví a la habitación, cerré la puerta y le puse seguro, me acerque lentamente a un lado de Harry y  regué el liquido en su cara, en reacción de este salto y tomo aire.

—¿Que te pasa? — Pregunto un Harry desesperado, airado.

No respondí a su pregunta, solté mi pelo y me puse sobre el, su cuerpo se tenso al sentir el contacto de mis piernas encima de su cuerpo.
Comencé a desabrochar los botones de su camisa uno por uno.

Harry me miraba alterado, su boca decía que parara pero sus ojos decían otra cosa.

Comencé a pasar mi lengua por su piel desnuda, el olor a vainilla inundaba mis fosas nasales, quería quedar impregnada con su olor, su piel se erizo por tal contacto y eso me gusto.

—Madi— el tono de voz de Harry tenia un poco de lujuria y pasión—por favor, para—suplico.

Mi legua estaba a gusto con el sabor de su piel, mis manos se dirigieron a los broches de  su pantalón, un bulto estaba creciendo en su entrepierna.
Satisfecha de mi delito, me salí de la habitación dejándolo con su gran  excitación.

—MADISON—el grito de Harry hizo que de mi salga una sonrisa.
Volví a entrar.

—¿Si?—pregunte con una enorme sonrisa.

SUELTAME— grito, y yo salí de hay.

¿Niña Mala?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora