Fiestas, alcohol, rebeldía y descontrol, describen a la perfección mi vida.
Tengo una vida fuera de lugar, no asisto a tontos institutos, pues no me gusta seguir reglas, me parece que es tener limites sobre si mismo cuando en verdad a mi me gus...
Entre charla y charla tome más confianza con el moreno, él hablaba con mucha confianza y me contaba su vida y yo le contaba un poco de la mía, cuando acabo me encantó lo que hizo en mi cabello, hizo pequeños rizos y le hecho varios tratamientos para no dañar mi cabello, me regaló aceite de coco para que este no se reseque y tenga un brillo espectacular. Me despedí de él y le di un "Gracias" sincero.
Al salir, fuera de la peluquería había un auto negro, reconocí inmediatamente a Andrew, el chófer de Harry. Alce mi vista en busca del ruloso pero no estaba por ningún lado.
—Rayos— susurré al verlo dirigirse hacia mi.
Baje la cabeza y apreté mis labios rogando que esto no esté pasando, aún así él pasó de largo. Levante mi cabeza un poco tratando de no lanzar una carcajada.
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Era hora de correr, tenía que irme de este lugar. Comencé a correr captando la mirada de Andrew, este me miró y sin algún gesto expresivo tomó su celular, supongo que va a llamar a Harry, comencé a correr más rápido. Me detuve en una esquina para tomar aire, tomé mis rodillas y me apoye en un poste de luz. Alce mi vista y no había nadie, no sabía en donde demonios estaba, me enderece y pasando la calle mire una fotografía mía, ¿Que demonios? Cruce la calle y mire mi fotografía.
Era yo y estaba sonriendo, el encabezado decía en letras mayúsculas SE BUSCA.
Madison Lawrence, tiene 16 años, mide 1.64 y es castaña, desapareció este 18 de diciembre en horas de la mañana en los suburbios de la ciudad.
Acabe de leer, pues ahora tengo el pelo rosado, no pueden encontrarme, anoté los números y me fui al hotel, no sin antes ir por comida.
Harry's POV
Doce días, faltaban doce días y no la encontraba, busque en hoteles, fui al aeropuerto y a la terminal y no habían registros de que ella haya salido de la ciudad, peluquerías, si, peluquerías ¿Porque? Es astuta, se pintara el pelo o se lo cortará para que así sea más difícil encontrarla, moteles, restaurantes y nada, es como si la tierra se la hubiese tragado. Mi nuevo celular comenzó a sonar.
—¿Si?— respondí, cansado.
—Harry, Madison se acaba de ir.
—¿Que?— parte en seco, estaba confundido.
—Que la señorita Madison acaba de pasar frente a sus narices y usted no sé dio cuenta— dijo Andrew lentamente. Salí de la peluquería rápidamente sin colgar el teléfono.
—Espera en el auto— había encontrado a Madison.
—Señor, yo no estoy con ella— colgué y me acerqué al auto.
—¿Dónde está?— mire dentro del auto.
—Ella se fue, apenas me vio se esfumó corriendo— alzo sus hombros. Había escapado, ¡Frente mis narices!
—¡¿Que, porque no fuiste tras ella?!— hablé exasperado.
—Usted me dijo que por nada del mundo me mueva de aquí— apunto su asiento. Golpee mi frente contra mi mano lo más fuerte que pude.
—¡No si se trata de Madison!— grite.
—L-lo siento— rodé los ojos y volví a la peluquería.
Mire a varios hombres haciendo peinados y cortes, tomé la foto de Madison en mis manos y comencé a preguntar.
—¿La has visto?— mostré la foto y el rubio negó y volvió a lo suyo.
Pregunte lo mismo a varios hombres y ninguno respondía un "si".
—¿La ha visto? — pregunté— dígame qué si— Rogue.
—Si.
—No lo decía tan enserio— le dije con el semblante fruncido.
—Lo dije enserio, ella estuvo aquí, hace una media hora acaba de salir— dijo el moreno mostrando la entrada.
—¿Ella... Que se hizo?— pregunté cauteloso.
—¿Para... Que quiere saber eso?— pregunto en el mismo tono.
Tomé el puente de mi nariz.— Ella, ella está prófuga— el moreno tapo su boca y río— ¿Te estás burlando?
—¿Tú crees?— el moreno lanzó una carcajada.— ¡Oh, tú eres Harold!
—¿Cómo sabes mi nombre?— fruncí mi ceño.
—Según las características que ella me dio— miro al cielo— Eres Harold—afirmo.
—No me llamo Harold— dije serio, cruzando mis brazo.
—Aja— sonrió— si, y yo me llamo María.
Lo mire confundido— ¿Que?
—Se pinto el pelo— dijo prestando atención a un hombre que quería ser calvo.
—¿Color? — dije prestando atención.
—No diré más— dijo y me miró de reojo.
Di media vuelta dispuesto a irme.
—¿No quieres saber lo que me dijo de ti?— pare en seco.
No—Si— respondí contradiciendo mis pensamientos.
—¡Vaya!—aplaudió— Tenemos una larga noche.
Tomé asiento y espere a que se digne a contarme.
Está si sería una larga noche.
........
¡Feliz año! Quería desearles un año lleno de prosperidad y bendiciones.