¿Niña Mala?

33. Logan

Madison's POV

Era hora de actuar, han pasado dos días, dos dolorosos días dentro de un hotel, sacando conclusiones, llorando y comiendo a más no poder.

No puedo estar así, no por un hombre, ni por nadie. No sabía qué hacer. Al principio pensé que debería de ir por Jade, pero no sé dónde está ella y lo que único que sé es que está con Liam. Busque el número de Liam en el celular de Harry, lo encontré y al marcar contesto Jade, ella estaba riendo, se escuchaba feliz, no respondí.
Ella tal vez este mejor sin mi, entonces decidí dejarla ser feliz.

Pensé en varios contactos, pero no me convencía, finalmente pensé en Logan, él fue mi ex novio en secundaria, él era el chico malo el cual todas las chicas deseaban, Logan me enseñó a beber, fumar y a defenderme con boca y puño.

Finalmente lo llame.

—¿Si?— escuche al otro lado de la línea.

—Logan, soy Madison— hablé cortante.

—¡Cariño! Sabía que me buscarías.

—Necesito un favor— rodé los ojos.

—El que quieras mi amor— volví a rodar los ojos, este tipo me fastidiaba.

—Necesito que investigues a una persona— mordí mi labio esperando una respuesta.

—¿A quien?— pregunto interesado.

—Harry— dije rápido.

—¿A quien?

—A Harry Styles— aclare.

—¿Que quieres que investigue?— golpee mi frente con la palma de mi mano.

—Su vida— hablé obvia.

—¿Toda su vida?— asentí aunque él no me miraba.

—Si.

—¿Dónde estás?— pregunto.

—¿Acaso importa?

—No seas estúpida Madison, tengo saber al menos en donde se encuentra ese tipo, también tengo que reunirme contigo— parecía impaciente.

—Estoy en Londres.

—¡Que coincidencia! ¿Él también está aquí?

—Si, es el jefe de un internado en los suburbios de la ciudad— hablé un poco menos cortante.

—¿Cuánto me pagarás?— pregunto riendo con ironía y sarcasmo.

—¿Recuerdas el favor que te hice hace dos años?— pregunté esperando a que recuerde.

—¿Cuál?

Rodé los ojos.— Cuando le dije a tu madre que estabas conmigo en una reunión familiar pero tú estabas en una orgía.

—Ah, esa— río— ¿Este es tu número? — evito el tema.

—Si.

—Dentro de unas...— se quedó callado, pensando— ¿Dos semanas?

—¿Me lo preguntas o lo afirmas?

—Lo afirmó, en dos semanas tendrás la vida de este Hapril— dijo seguro.

—Harry—corregí.

—Si, dame el nombre completo.

—Harry Styles— casi sonó como pregunta.

—¿Solo tiene un nombre y un apellido?— No.

—Estem... Solo sé que se llama así— dije fingiendo una sonrisa.

—Okay, ¿Cómo es físicamente?— hablo de nuevo impaciente.

—Él es alto, tiene los ojos verdes, tiene cabello ruloso, viste formal, cuando ríe de le marcan oyuelos, es castaño...

—Okay basta, pareces enamorada, tu voz se volvió diferente— en el fondo quería colgar el maldito teléfono— ¿Estas enamorada?

—¿Dentro de dos semanas me llamás?— pregunté evitando el tema.

—Oh si, mientras tanto haz lo que tengas que hacer.

—Okay— colgué.

...

¿Que se suponía que tengo que hacer? Esperar, nada más que eso. Debo de calor de este encierro pero no podía arriesgarme a ser encontrada.

Pensar, pensar, pensar y más pensar.

Y entonces un pequeño foco se encendió, me dirigí a la puerta y antes de salir tomé un abrigo y un bolso con mi dinero dentro de este, baje he inmediatamente un joven apuesto me acompaño a la entrada, sin decir nada paro un auto y abrió la puerta trasera
mientras tanto yo acomodaba mi cabello con fastidio.

Entonces entre, me acomode y sin decir gracias ni dar alguna propina, cerré la puerta.

—Llévame a una peluquería, a la más profesional— pedí al conductor y él arrancó.

Pasaron algunas calles y al fin llegamos al destino, mire por la ventana y observé un gran letrero que decís "Pelos y pelos". Tomé mi bolso y saqué un billete y se lo di al conductor, baje y entre a la peluquería.

Al entrar me encontré con una sala llena de muebles forrados con la bandera de Reino Unido, las paredes estaban forradas con espejos y uno que otro hombre haciendo peinados y cortes de cabello.

Me dirigí a un mueble disponible y me senté en este a esperar a que me atiendan, aunque no espere mucho. Un hombre de tez morena se acercó y me saludó cortes, de la misma manera lo saludé y le dije lo que

—Quiero que me hagas unos mechones, que sean tipo africanas— dije tocando mi pelo— que sean rosadas, pero no tan rosadas, que sea un rosa claro— aún no tenía en claro lo que quería.

— Okay, lo haremos y si no te gusta podemos hacer un lavado y te lo tinturo como desees— hablo con amabilidad— ¿Te parece?

—Dejo mi pelo en tus manos.