¿Niña Mala?

32. Bob

Madison's POV.

Llamada entrante de Bob.

Conteste el celular de Harry y la voz gruesa de un hombre hablo.

—¿Puedes decirme dónde diablos estás?— hablo casi gritando.
No respondí.

—¡Te contraté para que cuides a Madison!— grito— ¡No te contraté para que le alcahuete cada cosa que ella quiera hacer!— no sabía de qué se trataba, su voz me era conocida.

—No sé de qué habla señor— trate de imitar la voz de Harry.

—Más te vale hacer tu trabajo Harry, no quiero que te metas en problemas, suficiente tengo con Niall y con Madi— suspiró pesadamente.

¿De que hablaba este señor?, lo único pensaba era que tiene el mismo nombre que mi padre y  la misma voz.

—Te necesito en mi oficina hoy en la tarde, por hay a las cuatro, necesitamos hablar sobre mi hija, ya sabes, se nota que estás interesado en ella— volvió a hablar y algo dentro de mi despertó, ¿rabia? Tal vez, ¿tristeza? Un poco. — Lo demás te diré en persona, cuida de tu voz porque paso de a ser masculina a travesti— fue lo último que dijo y colgó.

...

La llamada me había dejado pensativa, dolida y confundida.
Lo único que se me pasaba por la cabeza es que Harry había jugado conmigo, una lágrima de escapó de mi ojo, parece tan inocente y justamente ayer me decía que me quería.
Lo peor de todo es que yo también lo quería, miré al techo de la habitación del hotel y solo podía pensar en lo hermosa​ que era mi vida cuando lo único que miraba a diario era a Jade.

¿Como estará ella? La extraño, necesitaba una amiga, quería desahogarme, quería llorar, quería sentir a Harry, quería estar con él, quería morir. Lágrimas salían de mis ojos, los sollozos más profundos de mi alma eran música para las paredes.
Jamás me había sentido de esta manera por ningún hombre, no se, tal vez es porque no tengo nadie a mi lado, nadie con quién contar.

...

Eran las dos de la tarde y estaba pensando seriamente en salir a distraerme, recordé que aquel hombre, Bob, quería ver a Harry hoy a las cuatro de la tarde. Estaba pensando en ir pero no sabía la dirección. Suspiré frustrada y me fui a dar una ducha.

Harry's POV

Estaba desesperado, no sabía dónde más buscar, no sabía en donde diablos  podía estar.

Eran las cinco y media de la tarde, tenía que llamar a Bob para hablar sobre lo ocurrido y decirle que perdí a Madison, esto se estaba saliendo de mis manos. Fui a un teléfono público y marque el número de Bob, al tercer timbre contesto.

—¿Que?— dijo brusco y aleje un poco el teléfono de mi oído.

—¿Bob?— hablé temeroso.

—¿Quien habla?— de nuevo dijo bruscamente.

—Habla con Harry— trague saliva— señor.

—¡Te he estado esperando una hijueputa hora!— grito y por inercia aleje el teléfono de mi oído.
No dije nada, no sabía cómo decirle.
—¡Edward Cox, te necesito en mi oficina!— exclamó aún más fuerte— ¡Ahora!

Colgo...

Mi corazón dio un vuelco, él me llama a su oficina ya sea para hablar de Madison o para mí pago. Claro está ahora que es para hablar de su malcriada hija.
Suspiré con frustración, se notaba que esta de mal humor y que no está puesta aguantar el problema que le espera, nos espera.

Madison era astuta, también era ingenua y de cierta manera inocente. Eso me gustaba de ella, me gusta cada vez que trata de salirse con la suya aún así no lo logra pero ella piensa que si, me gusta cada gesto que hace cuando está enfadada, me gusta como es y no solo físicamente, en si, me gusta todo de ella.

Aún así, Madison simplemente es trabajo y no la veo más que eso, bueno, no la puedo ver en una relación seria. Gracias a ella mi empleo está en peligro, solo por ella.

He trabajado con muchas niñas problemáticas y ninguna me queda grande, hoy en día ellas me agradecen haber enderezado sus vidas y Madison no será la excepción.

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Llegué a la gran empresa de mi jefe, Bob. Subí al ascensor y presione el número del piso al cual me dirigía y este no tardó en llegar.

Al abrirse las puertas me encontré con la secretaria, Noah, quien saludo coquetamente y me dio paso a la oficina de Bob.

—¿Puedo?— saque mi cabeza por la puerta.

—Te estoy esperando desde hace dos horas— murmuró malhumorado, organizando su escritorio.

—Lo siento señor, yo no tenía ni la menor idea— alce mis hombros y me acerque a una silla.

—Pero si yo te dije— me miró encima de sus gafas— A las cuatro te espero.

—De hecho yo no tengo teléfono.

—Te iba a propo...— sus palabras quedaron en el aire.—¿Cómo que no? Pero si tú contestaste.

— Madison se llevo mi teléfono— dije sin ningún tipo de expresión en mi cara.

—¿Que?

—Madison tiene mi teléfono— sonreí, este asunto me ponía nervioso y daba gracia de alguna manera u otra.

—¿De qué te ríes? ¿Acaso es una maldita broma?— frunció su ceño.
Negué rápidamente y me puse serio.
— ¡Maldita sea Harry, te pedí que la encierren y le quites todo tipo de comunicación!— se acerco a mi, intimidante.
— ¡Y lo único que haces es salir en las malditas noticias rompiendo el vidrio de un maldito auto!— se alejó y se sentó en su silla, soltó un suspiro pesado, lleno de frustración y río sin gracia alguna.

—Señor yo lo sien...

—¿Cómo pasó?— me interrumpió.

—Madison y yo estábamos en un bar, ella me llevo a una habitación— trague saliva — al despertar ella ya  no estaba y mi celular tampoco.

—Eso quiere decir que Madison no está contigo— afirmó Bob.
Asentí y baje mi mirada.

—Estás despedido— dijo en un tono frío.

—No, por favor señor, no puede hacer esto.

—Lo estoy haciendo, vete— sus palabras me golpean cada vez más fuerte.

—Deme una oportunidad, por favor, lo he hecho bien con Niall, puedo lograrlo con Madi— suplique.

—Niall es un niño, es más fácil de cuidar.

—Madison también es una niña, le prometo encontrarla— Bob negó con la cabeza.— Deme quince días.

Estaba a punto de rendirme y dejar todo esto, aún así Bob asintió y solté el aliento retenido.

—Gracias— susurré.

—Vete.