Compras

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Alyz se despertó al otro día al escuchar que alguien golpeaba a la puerta, al principio pensó que lo había soñado, pero cuando se repitieron los golpes se sentó en la cama tapándose con las cobijas lo mejor que pudo.

—¡Adelante! —dijo levantando la voz.

La puerta se abrió lentamente dejando ver a Darius con la cabeza gacha y con una charola de comida en las manos.

—¿Estás muy molesta conmigo? —preguntó con cautela.

Alyz lo miro sorprendida.

—No... no estoy molesta contigo —contestó ella.

Y era la verdad, no estaba molesta, estaba muy asustada, un lobo con problemas de ira era algo que le ponía los pelos de punta.

Darius entro y dejo la charola en el buró junto a la cama, después jalo una silla y se sentó junto a Alyz pero manteniendo cierta distancia.

—Lamento mucho lo que pasó ayer, perdí un poco el control al verte con Dimitri —dijo con sinceridad.

—No estábamos haciendo nada, el solo estaba ayudándome, tenía mucho frió —explicó ella tranquilamente.

—Lo sé, lo sé, él... me lo explico todo, es solo que no puedo soportar la idea de verte con alguien más.

Alyz se mantuvo en silencio, no sabía que decir, por un lado se sentía alagada por el amor que parecía profesarle Darius pero por otro lado le daba mucho miedo y más aún porque ella no podía corresponderle.

—¿Te dormiste con el vestido? —preguntó divertido Darius mirándola.

—No tenía otra cosa que ponerme —alego ella —mi ropa desapareció del baño.

—Ese fui yo, la mande a lavar, pero aun así creo que vas a necesitar más ropa.

En ese momento una idea cruzo por la mente de Alyz y quizás, si Darius se sintiera lo suficientemente arrepentido por su comportamiento del día anterior, funcionaria.

—Definitivamente voy a necesitar más ropa y... si me dejaras ir a mi casa por mis cosas...

—Eso no es necesario, dentro de la manada hay tiendas de ropa y de casi todo lo que te puedas imaginar, te comprare todo nuevo.

—No es necesario.

—¡Insisto! te llevaría ahora mismo pero tengo una junta urgente que creo me llevara casi todo el día.

—No creo que pueda esperar hasta mañana, el vestido se rompió un poco cuando me trajiste jalando hasta la habitación —dijo Alyz poniendo su mejor cara de pesar.

Darius suspiro profundamente y miro a Alyz con ojos arrepentidos.

—Está bien les diré a Katya y Olga que te lleven a comprar ropa, ¿entre mujeres se entienden mejor no?

—Gracias —respondió ella intentando poner su mejor sonrisa, sabía que eso era lo mejor que podría conseguir y tendría que esforzarse por aprovecharlo.

—Ahora tengo que irme, desayuna bien y te veo después —dijo antes de inclinarse hacia ella y darle un beso en la frente para después salir por la puerta.

Dos horas después cuando Alyz ya estaba perdiendo la esperanza de que llegaran Katya y Olga para llevarla de compras, las dos entraron con toda confianza sin siquiera tocar la puerta.

—Espero que ya estés lista, porque no pienso esperarte mientras te arreglas —declaro Katya mirándola de arriba a abajo.

—Faltaba menos, todavía que le estamos haciendo un favor —añadió Olga.

Flor de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora