Zapatos

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-¿estás seguro de esto?- pregunto Andrey por milésima vez a su amigo Alekxander

-¿cuantas veces debo de decir que si para que te convenzas?- decía mientras analizaba de nuevo los locales en renta que serían más idóneos para el negocio de Alyz

-Alekxander tú no la quieres dejar ir, no sé por qué haces esto-

-¿entonces que debería hacer?- pregunto el Zar levantando la voz - ¿encerrarla en el palacio? ¿Crees que soy como el maldito bastardo que la lastimo? no voy a negarle su libertad-

-No digo que lo hagas, solo... habla con ella... dile la verdad, dile lo que sientes-

-eso no servirá más que para alejarla más de mí-

-y entonces ¿prefieres quedarte solo como un amigo por siempre?-

-si eso me mantiene a su lado, si, lo prefiero-

-Alekxander, no seas necio, es una chica fuerte, no se romperá si le dices que estas imprimado de ella, además quien te asegura que ella no sienta lo mismo por ti-

-creo que es obvio que no es así-

-no lo sabrás a menos que se lo preguntes-

-¡ya te dije que no! y no sigas insistiendo no cambiare de parecer-

-realmente algunas veces te comportas como un verdadero imbécil, después no digas que no te lo dije- sentencio Andrey antes de salir furioso del despacho del Zar

Habían pasado dos días desde que Alyz les había dicho sobre su decisión y Alekxander como había prometido estaba arreglando todo para que pudiera iniciar un negocio y pudiera ser libre y vivir cómoda y feliz. Aquello le partía el alma pero si Alyz era feliz él también lo seria, no podría soportar verla llorar de nuevo, aun así aun le dolía su partida y era por eso que en esos días había estado evitando a Alyz. Aunque sabía que no podría seguir haciéndolo por mucho tiempo más, por eso, ese día en la tarde la visitaría con el pretexto de revisar los avances que tenía.

***

-¿estás segura de que quieres hacer esto?- preguntaba Mirna por milésima vez

-sí, Mirna, ¿cuantas veces debo de decirlo para que me creas?- decía Alyz algo desesperada por la insistencia de su amiga.

-Es solo que quiero que estés segura de lo que estás haciendo, ¿por qué no esperas un poco más?-

-¿para qué? no quiero seguir quitándole el tiempo a Alekxander ni seguir dependiendo de ustedes, ya te dije no es necesario que vengas conmigo, si quieres quedarte con Andrey puedes hacerlo-

-no es eso, sabes que te seguiré a donde vayas, es solo que... Alekxander estará muy triste si te vas-

Alyz dejo de clasificar su ropa un momento para voltear a ver a Mirna.

-No estoy muy segura de eso, él es un emperador seguro tienes cosas más importantes en que pensar, además siempre podremos reunirnos cada vez que queramos y el de esa forma podrá recuperar su vida normal-

-¡Alyz por Dios! ¿Es enserio? me vas a decir que Alekxander no te gusta ni un poquito- escupió Mirna sin poder evitarlo. Alyz se quedó de piedra mirándola, luego agacho la mirada y regreso a lo suyo.

-eso no tiene nada que ver, ya te dije él es un Emperador y yo... solo soy yo- Mirna iba a debatirle pero Alyz agrego -y no quiero discutir ese tema, así que por favor déjalo estar-

Al darse la vuelta molesta para salir de la habitación y evitar el tema, tropezó y cayó estrepitosamente.

-¡Alyz!- exclamo Mirna preocupada que ya estaba a su lado

Flor de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora