Paseo

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Aquella semana paso rápidamente, el malestar del rostro de Alyz desapareció por completo y durante ese tiempo se comportó ejemplarmente. Darius la visitaba con frecuencia y ella intentaba ser lo más amable posible con él, lo que se estaba tornando cada vez más difícil, pues el no parecía entender lo de tomarse las cosas con calma.

En cada oportunidad que tenía agarraba las manos de Alyz o le tocaba el rostro e incluso había intentado robarle un beso aquel último día de su encierro. Justo después de disculparse alegando que aún le dolía un poco la parte izquierda de su rostro. Darius le había dicho que al día siguiente la llevaría a conocer toda la manada.

Aquel día Alyz se levantó contenta pensando en que por fin saldría de esa aburrida habitación. Después de tantos años viviendo en el orfanato, compartiendo una pequeña habitación con varias chicas más, odiaba estar encerrada por lo que esa salida, era lo mejor para ella.

Como había prometido Darius a primera hora de la mañana se apareció por la habitación de Alyz y desayunaron juntos.

-te veo más contenta de lo normal- comento el chico

-es que me emociona salir a tomar aire y caminar- contesto Alyz

-me alegra escuchar eso y te aseguro que te divertirás, te mostrare todo el territorio de la manada, todo de lo que ahora eres parte-

-ante esas palabras algo dentro de Alyz floreció un poco, nunca había sido parte de algo, nunca había tenido una verdadera familia y ahora quizás, solo quizás si Darius le daba su tiempo podría aceptarlo y tener la familia que siempre había deseado.

En cuanto terminaron de desayunar salieron de la habitación y lo primero que Darius le mostró fue la gran mansión que tenían por hogar. Esta constaba de tres pisos. En el tercer piso se encontraban varias habitaciones de invitados y una sala de cine, así como una terraza. En la segunda planta estaba la habitación de Alyz y la de Darius que en ese momento se enteraba que era la que se encontraba junto a la de ella.

-al principio pensé en llevarte a mi habitación- explico Darius -pero como sé que eres humana y a ustedes les cuesta algo de tiempo asimilar las cosas opte por usar habitaciones diferentes-

-te agradezco ese gesto, tienes razón fue mejor que tuviera mi propia habitación- contesto Alyz dándole una sonrisa tímida

-aun así sé que pronto podremos compartir la misma habitación- añadió él

Alyz no dijo nada temiendo insultarlo, así que pregunto por las demás habitaciones

-¿y las demás puertas de quiénes son?-

-las que están del otro lado del pasillo son las de Dimitri y Alejo, ellos obviamente comparten habitación con Katya y Olga respectivamente y la habitación de junto a la de Alejo es la de su hermano Andre, hace tiempo una manada rival asesino a sus padres y desde entonces vive aquí- explico Darius

-lamento mucho escuchar eso- contesto Alyz sintiendo mucha pena por el chico y haciéndola darse cuenta de algo -¿y tus padres?- preguntó

-Murieron hace varios años, en la misma batalla que los padres de Alejo y Andre, como dije una manada rival invadió la nuestra y muchos murieron, desde entonces yo he tenido que hacerme cargo-

-bueno supongo que en ese caso los dos somos iguales, yo nunca conocí a mis padres-

-tienes razón, somos iguales y ahora nos tenemos el uno al otro para cuidarnos- contesto Darius tomando la mano de Alyz

Ella no la quito, lo dejo sintiéndose identificada con aquel chico por primera vez.

Siguiendo el recorrido, llegaron a la planta baja donde se encontraba una gran sala, en la cual podían caber, según calculaba Alyz al menos cincuenta personas, junto estaba un gran comedor con varias mesas circulares y al fondo de este se encontraba una cocina muy grande. En la planta baja según le explico Darius también había un estudio y una sala de reuniones donde casi siempre estaban todos los miembros importantes de la manada discutiendo su funcionamiento.

Flor de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora