Reacción

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—Yo no me rendiré con ella, debemos de hacerle ver que aún tiene una vida después de esto —contestó el Zar.

—Supongo que le es muy difícil verla después de todo lo que le sucedió —dijo Mirna con tristeza.

—Hablando de eso, no tengo muy buenas noticias sobre el asunto de su antigua manada.

—¿De qué hablas?.

—Después de que nos contaste lo que sucedió mande a Andrey a formar un equipo de captura para apresar a tu antiguo Alfa, fueron hasta la manada pero no lo encontraron, rastrearon por toda la zona e interrogaron a varias personas hasta que les revelaron que abandono la manda para buscarlas.

Mirna ahogo un grito de sorpresa.

—No puede ser.

—Lo estamos buscando, pero aun no dan con él, por eso es más importante que nunca, que se queden aquí hasta que lo hayamos encontrado. De hecho había pensado en que ya que Andrey es tu mate y Alyz es muy apegada a ti, se podrían quedar a vivir en la ciudad. Puedo darles una casa o un departamento, cualquier cosa que quiera Alyz.

—Gracias su majestad, siento que ya le debemos demasiado.

—Nada es demasiado tratándose de Alyz —declaró el emperador.

En los siguientes días Mirna siguió pensando en lo que había dicho el psiquiatra y la propuesta del emperador, quizás mirar hacia el futuro sería bueno para que Alyz regresara con ellos.

—Sabes Alyz —dijo Mirna mientras cepillaba su cabello que ahora ya le llegaba casi a los hombros —Alekxander me ha dicho que después de que te compongas y vuelvas a caminar —dijo esto con énfasis — podemos quedarnos a vivir en la ciudad y se me ocurre que podría darnos un préstamo para abrir un negocio, solo tú y yo, iniciando nuestra propia empresa, la ciudad es muy bonita y podríamos vivir felices aquí.

Mirna miraba la reacción de Alyz en el espejo que tenía enfrente, pero su amiga seguía sin dar muestras de hacerle caso, aun así continúo.

—Quizás podríamos abrir un negocio de ropa, ¿todos necesitan ropa no? solo que tendríamos que mantenernos al corriente de las modas, siempre hay que estar actualizadas —fue entonces cuando sintió como Alyz movía la cabeza. Por un momento creyó que había sido una coincidencia.

—¿No quieres una tienda de ropa? —aventuró Mirna. Alyz volvió a negar.

Una enorme sonrisa se extendió por el rostro de Mirna ¡funcionaba!

—De acuerdo, entonces ¿Qué te parece un negocio de música? podríamos vender de todos los géneros y escuchar todo el día música —Alyz volvió a negar.

—De acuerdo, déjame pensar, bueno entonces ¿Algún restaurante? aunque yo no sé cocinar ¿Tú si? —Esta vez Alyz negó con más énfasis.

—Eres difícil de complacer, ¿Qué tal si entonces propones algo? —dijo Mirna para ver si su amiga se animaba y por fin hablaba. Pero Alyz no dijo nada y se quedó muy quieta, lo que no le agrado nada a Mirna, entonces escucho una voz conocida.

—¿Que estas proponiendo? —preguntó el Zar entrando a la habitación de las chicas con un ramo de flores como siempre.

—Yo no, Alyz, hemos pensado que sería buena idea iniciar un negocio en la ciudad, cuando mejore, pero hasta ahora ha rechazado todas mis propuestas —explicó Mirna.

El Zar levanto una ceja incrédulo de que Alyz pudiera estar en eso, pero Mirna le lanzo una mirada y un gesto para que dijera algo.

—Bueno que tal ¿Un negocio de zapatos? a las chicas les gustan los zapatos —aventuro el Zar y para sus sorpresa Alyz volvió a negar.

Flor de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora