Galletas

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Alyz en aquel momento tenía sentimientos encontrados, situación que cada vez se hacía más usual. Le alegraba saber que Mirna y Andrey eran pareja porque su amiga se merecía lo mejor, pero también porque eso significaba que Alekxander no tenía ningún compromiso ¿pero qué significaba aquello? ¿Sería acaso que se estaba enamorando del Zar? Pero aunque así fuera, él era un emperador y no cualquier emperador, el de los lobos y ella una simple chica humana y tampoco cualquier simple chica humana, una chica rota y sucia. Se tocó las cicatrices en sus muñecas y recordó parte de su terrible pasado.

Podría aparentar estar bien, pero la verdad era otra, había heridas que creía nunca sanarían y ella no era lo suficientemente buena para una persona como Alekxander que era el sol. Lo mejor que podía hacer era irse y dejar a sus amigos vivir su vida plenamente.

Caminaba sin rumbo fijo simplemente hundida en sus pensamientos hasta que un delicioso aroma llamo su atención, su estómago comenzó a rugir. Era verdad, aun no desayunaba. Sin pensarlo mucho siguió aquel aroma hasta llegar a las cocinas. En aquel lugar la servidumbre iba y venía apurada.

Alyz entro siguiendo el delicioso aroma hasta una de las mesas donde había una gran cantidad de platos preparados, no pudo resistir y pensando que nadie la veía tomo un trozo de uno de los panes que había en un gran plato y se lo llevo a la boca.

-¡hey tú! ¿Qué crees que haces?- grito una chica agitando una gran cuchara de madera en su dirección.

Alyz al verse descubierta solo logro esconder el pedazo de pan que tenía en la mano tras ella y negó con la cabeza ya que tenía la boca llena.

-¡no lo niegues! te he visto, ¿tienes idea de para quien es esta comida?-

-lo siento, no pude resistir- logro decir Alyz en cuanto trago lo que había comido

-A mí no me interesa tu poca fuerza de voluntad esta comida es para el Zar y su princesa, robar comida de esta mesa es un crimen- seguía regañándola la chica.

En aquel momento Alyz se preguntó a qué princesa se refería. ¿Alekxander tenía una princesa? Su pregunta fue contestada de inmediato cuando atraída por los gritos de la chica una mujer mayor se acercó a ver lo que sucedía y al notar a Alyz siendo regañada inmediatamente le tapó la boca a la chica, tomando ella la palabra.

-¡Princesa! ¿Qué hace en las cocinas?- pregunto la mujer sorprendiendo enormemente a la chica que tenía a su lado.

Alyz volteo hacia atrás para ver a quien le estaban llamando de esa forma, pero no había nadie más, así que en ese momento se dio cuenta de que le estaban hablando a ella y entonces reconoció a la mujer, era madre del niño que se le había acercado dos días antes diciéndole que era la princesa escondida.

-lo siento, caminaba por el palacio cuando no pude evitar acercarme por el maravilloso aroma y probar un poco de la comida, lo siento mucho de verdad- se disculpó Alyz

La chica que un momento antes la había regañado había palidecido mortalmente.

-lo siento mucho... yo... no sabía que usted era...- balbuceaba la pobre chica

-no te preocupes, lo siento, no debí de a ver tomando nada sin permiso-

-pero si usted no necesita ningún permiso, puede venir y tomar lo que guste cuando quiera- dijo la mujer mayor.

-sí, sí, cualquier cosa- añadió la chica

-entonces ¿está bien si tomo otro pedazo de ese delicioso pan?- pregunto Alyz

-¡por supuesto!- dijo la chica acercándole el plato a Alyz -pero disculpe mi atrevimiento, ¿no sería mejor si le llevamos la comida al gran comedor o a sus habitaciones como siempre?-

Flor de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora