Al día siguiente Alekxander y Alyz no se separaron para nada y a cada momento compartían miradas cómplices y promesas futuras, lo que despertó cierta sospecha en Mirna y Andrey.
-ustedes dos están diferentes- dijo Andrey mirándolos mientras desayunaban
-No sé de qué hablas- contesto Alekxander restándole importancia mientras le ofrecía a Alyz una fresa que ella mordió de su mano.
-yo también los veo distintos- dijo Mirna
-seguramente es porque ahora soy una mujer comprometida- contesto Alyz enseñando su anillo de compromiso.
-No, es algo más, ya grite de alegría por eso en la mañana- dijo Mirna recordando lo contenta que había estado cuando Alyz le había mostrado su anillo y como se habían abrazado y gritado de alegría.
-quizás sea porque estamos muy contentos de poder regresar a casa después de tanto tiempo- dijo Alyz
-Es posible- concedió Andrey - yo también estoy contento y más tranquilo de que por fin podamos regresar-
-y a propósito de eso ¿ya tienen hechas sus maletas? el tren sale a las cuatro de la tarde y no quiero retrasos- dijo Alekxander
-ya todo está listo Alekxander, no tienes nada de qué preocuparte- contesto Mirna contenta
Y así fue, a las cuatro de la tarde abordaron puntualmente el tren hacia Syrop, las maletas con toda la ropa y cosas que habían comprado en Moscú habían sido guardadas y cargadas en el tren y todo estaba en orden.
Mirna y Alyz aprovecharon el viaje para platicar sobre la boda y comenzar a organizar todo. Mirna le explico que el ritual de boda en los lobos era diferente que las bodas normales, por algunos rituales que tenían que hacer, pero de ahí en fuera todo lo demás podía ser como una boda normal.
Durante aquel viaje de regreso todos estaban contentos y disfrutaban de los grandes triunfos que habían obtenido, sobre todo Alekxander y Alyz que se sentían más conectados que nunca. Aquella noche que pasaron en el tren volvieron a estar juntos disfrutándose el uno al otro.
Cuando regresaron al palacio Alekxander y Andrey estuvieron de acuerdo en que mientras ellos ponían en orden los pendientes del país, Mirna y Alyz dispondrían el nuevo orden de las habitaciones y el decorado de estas.
-Puedes tomar cualquier parte del palacio, si te gusta alguna otra y pide lo que quieras para decorar las nuevas habitaciones- decía Alekxander mientras entraba a la habitación de las chicas, junto con Andrey y Mirna.
-Gracias, te prometo que pondré todo mi empeño ¿hay alguna habitación que prefieras?- pregunto Alyz
-lo que tu decidas está bien- contesto Alekxander inclinándose para besarla rápidamente
-Ahora si nos disculpan, el consejo nos está esperando- comento Andrey también despidiéndose de Mirna
-no se preocupen por nosotras, estaremos muy ocupadas- dijo Mirna despidiéndose con la mano.
Alekxander y Andrey salieron de la habitación y se dirigieron al salón de reuniones, al llegar Pavel ya los estaba esperando afuera algo nervioso, lo que notaron de inmediato.
-¿qué sucede? ¿por qué no estas adentro con los otros?- pregunto Alekxander
-en un momento entrare, solo quería advertirle su majestad imperial- dijo Pavel
-¿advertirle sobre qué?- interrogo Andrey
-el consejo está muy molesto, sobre todo por que dejo los asuntos del país durante bastante tiempo y además...- explico buscando las palabras adecuadas - no están muy contentos con su Luna, ha habido demasiado escándalo sobre el asunto-
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Flor de sangre
Hombres LoboAlyz es una chica tímida, con una vida normal, con un trabajo normal, pero toda su vida se vera cambiada de la noche a la mañana por el capricho de un alfa. ¿el amor lo puede todo? ¿y que pasa cuando el amor viene acompañado de violencia?