Alyz recorría los pasillos del palacio tan rápido como sus hinchados pies se lo permitían, adentrándose en cada salón y habitación buscando por todos lados, una búsqueda que cada vez se le complicaba más por el cansancio de su gran barriga, un mes más y estaría de parto, quizás no había sido tan buena idea aceptar asistir a la fiesta de Mirna y Andrey en un estado tan avanzado de su embarazo, pensaba mientras seguía recorriendo el palacio, no, ese no era el problema, el problema era otro.
Acababa de revisar uno de los salones de té cuando escucho una voz familiar llamándola.
-Alyz querida, por fin te encuentro- exclamo Yuri acercándose a ella –cualquiera diría que te estás escondiendo-
-Créeme, no soy yo la que se esconde, estoy a punto de abandonar la búsqueda, ayúdame Yuri- se explicaba mientras le daba un breve abrazo como saludo.
-¿otra vez no lo encuentras?- se quejó el chico
-solo me descuide dos segundos ¡dos segundos en los que tome su abrigo! – se quejó ella mostrándole el abrigo que traía en las manos.
-está bien querida, está bien, déjamelo todo a mí-
Yuri entonces comenzó a caminar también por los pasillos seguido de Alyz, con sus manos haciendo bocina iba recitando.
-¡oh pero en qué terrible situación me encuentro, he traído estos deliciosos chocolates de almendras y ahora no tengo con quien compartirlos, pero que será de mí, sin nadie que me ayude a comerlos engordare terriblemente, quien podrá ayudarme!-
Tan solo unos segundos después, de uno de los salones salió corriendo un pequeño de cabello negro y ojos azules gritando y riendo.
-Yo tío Yuri, yo te ayudo, yo, yo- decía corriendo hacia él
Yuri lo atrapo y lo levanto en el aire.
-Aquí estas pequeño travieso, tienes a tu madre buscándote por todo el palacio- lo reprendió Yuri
El pequeño entonces volteo a ver a Alyz que lo miraba con el ceño fruncido, pero ante aquello el solo le dedico una enorme sonrisa de disculpa. De inmediato el semblante de Alyz se suavizo.
-No puedo enojarme con mi bebé- le dijo acercándose y dándole un sonoro beso en su mejilla, haciendo reír al pequeño –pero no vuelvas a esconderte Nikolae, ya es tarde, tu padre y tu hermano nos esperan en la entrada y llegaremos tarde por tu culpa-
-Bueno eso podemos remediarlo, correremos hacia ellos- dijo entonces Yuri emprendiendo la carrera con el pequeño en sus brazos.
Alyz no pudo decir nada mientras ellos se alejaban, los inconscientes se habían dado a la fuga sin recordar que ella estaba embarazada y no podía correr, en ese momento suspiro resignada y comenzó la marcha hacia donde ya la esperaba el resto de su familia.
Alekxander miraba el reloj de su mano mientras en la otra cargaba a su hijo que se aferraba a su cuello, llegarían irremediablemente tarde, suspiro resignado mientras el pequeño se removía incómodo.
-Tranquilo Luka, tranquilo, seguro tu madre no tarda en llegar- le decía mientras lo arrullaba en sus brazos y acariciaba sus risos caoba.
Pero no fue a Alyz a quien vio llegar en ese momento, si no a su algo despistado primo.
-Te mande a buscar a mi esposa y ¿traes a Nikolae?- pregunto Alekxander
-Y si encontré a Alyz, juro que venía justo detrás de mí- se excusó su primo.
-Llegaremos tarde-
-Es culpa de tu demonio, ni me mires a mí, hice milagros para encontrarlo- se defendió Yuri
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Flor de sangre
WerewolfAlyz es una chica tímida, con una vida normal, con un trabajo normal, pero toda su vida se vera cambiada de la noche a la mañana por el capricho de un alfa. ¿el amor lo puede todo? ¿y que pasa cuando el amor viene acompañado de violencia?