A Alekxander no le pasaba desapercibido el sufrimiento de su querido amigo y Beta Andrey, no podía ni imaginarse lo que sería no poder ver a Alyz varios días seguidos, aunque cuando ella mejorara y decidiera irse tendría que hacerlo, un enorme dolor lo invadió pero alejo aquellos pensamientos de su mente y se centró en el presente, justo ahora la tenía cerca.
Fue eso mismo lo que lo impulso a ayudar a su amigo, ordenó todos sus asuntos de manera que tuviera dos días totalmente libres de cualquier cosa y le informó a su amigo de que podía tomarse esos dos días para estar con Mirna, Alekxander cuidaría a Alyz.
Un plan que a él también le agradaba ya que en los últimos días había sentido como Alyz se alejaba cada vez más de él, asunto que no le agradaba absolutamente nada.
Juntos le comentaron a Mirna el plan quien desbordo de alegría al saber que podría estar dos días enteros con su amado Andrey. Aunque el verdadero reto seria decírselo a Alyz, no sabían cómo podría reaccionar ella, quizás no le agradaría la idea y entonces Mirna no podría negarse a quedarse. Para infundirle ánimo decidieron que los tres se lo dirían.
Un día antes del día libre de Andrey, él y Alekxander llegaron a la hora de la comida para acompañar a las chicas y hablar sobre el asunto.
—Alyz hay algo que debo decirte —dijo Mirna sin saber muy bien cómo empezar.
Alyz le puso toda su atención al notar los nervios de su amiga.
—¿Es algo malo? —preguntó preocupada.
—No, para nada, bueno... tampoco es algo bueno... bueno en realidad no es ni bueno ni malo solo que... —se atropellaba Mirna. Andrey le tomo la mano por debajo de la mesa para infundirle ánimo.
—Me estas asustando —dijo Alyz.
—No es absolutamente nada malo —intervino Alekxander —es solo que Mirna me preguntó si podría cuidar de ti mientras ella sale dos días a la ciudad para despejarse un poco e ir a hacer algunas compras.
—¿Dos días para hacer unas compras? —preguntó Alyz.
—Si no te agrada la idea y me necesitas no iré —dijo inmediatamente Mirna recibiendo una mirada de enojo de Andrey por la poca fuerza de voluntad de su Luna.
—Lo que pasa es que le comenté de un pueblo cercano a Mirna y me ofrecí a llevarla a conocerlo estos días libres que tendré —dijo Andrey —por eso también serán dos días.
Alyz miro a los tres intuyendo que algo le ocultaban, sabia mejor que nadie que Mirna no se había separado de su lado desde que habían llegado a la ciudad, incluso desde antes y pensó entonces que lo que estaban intentando decirle de una manera muy sutil era que Mirna necesitaba cierto tiempo para ella misma y para respirar un poco, sin tener que estar cuidándola las veinticuatro horas del día. Sabía que podía caer de nuevo si Alekxander se quedaba con ella a solas pero el bienestar de su amiga valía la pena y resistiría con toda la fuerza de voluntad que tenía.
—Está bien, ve y diviértete mucho —dijo Alyz.
Los tres se sorprendieron por la facilidad con la que había aceptado Alyz.
—¿Estás segura? —preguntó Mirna.
—Sí, claro, sé que has estado encerrada conmigo todo este tiempo y no ha sido nada fácil para ti cuidarme, lamento mucho si te he llegado a abrumar, si necesitas tiempo para ti está bien —explicó Alyz.
Las lágrimas asomaban por los ojos de Mirna al escuchar a su amiga, quien no resistió más y se lanzó a sus brazos.
—Alyz no me molesta nada estar contigo pero te quiero porque siempre eres tan buena —sollozaba su amiga. Mientras Alyz acariciaba su cabeza sonriendo.
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Flor de sangre
WilkołakiAlyz es una chica tímida, con una vida normal, con un trabajo normal, pero toda su vida se vera cambiada de la noche a la mañana por el capricho de un alfa. ¿el amor lo puede todo? ¿y que pasa cuando el amor viene acompañado de violencia?